Será hasta el 2023 cuando las grandes armadoras como Volkswagen y Audi México, recuperen sus niveles de producción que tenían antes de la pandemia por coronavirus. Mientras tanto, el 2022 será un año de crecimiento gradual y con complicaciones en el suministro de materiales.
José María Salazar, presidente del sector automotriz y autopartes de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), dio a conocer que la recuperación del sector dependerá en un 100 por ciento de factores externos.
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Entre estos, se encuentra garantizar el abasto de semiconductores y otros materiales indispensables para la producción, así como un buen control de la pandemia y sus nuevas variantes.
También será importante que las reformas establecidas por el gobierno federal no afecten a la industria, entre las que se encuentra la del outsourcing, laboral, energética y fiscal.
Asimismo, será indispensable mantener el Tratado de Libre Comercio (TLC) para generar inversiones entre México, Estados Unidos y Canadá, a fin de reactivar la economía.
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“Vamos a depender de factores externos para crecer el año que viene. Entre estos, se encuentra la pandemia, las reformas y los tratados comerciales. (…) El 2022 seguirá siendo complicado, por lo que tendremos paros técnicos; sin embargo, para 2023 ya tendríamos una recuperación normal”, comentó.
María Salazar recordó que debido a la pandemia, la producción de vehículos en 2021, ha caído en el estado de Puebla en un 17.1 por ciento comparado con el año anterior.
En este contexto, el empresario expuso que tan solo entre México, Estados Unidos y Canadá se han elaborado en lo que va del año, 2 millones 500 mil unidades, cuando en otros años se fabricaban hasta 12 millones.
Pese a este panorama, se recordó que la industria automotriz no ha despedido a su personal, pues se han generado estrategias para cuidar la plantilla laboral y las finanzas de los colaboradores.
IMPACTO EN LA INDUSTRIA POR LA PANDEMIA
La pandemia por la Covid-19, es un factor que ha impactado a la industria automotriz poblana desde principios del 2020 a la fecha, por lo que Volkswagen y Audi presentan una caída en su producción y ventas.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), hasta el mes de noviembre del 2021, la empresa de los cuatros aros registra una disminución del 12.5 por ciento en la producción de la camioneta Q5, comparado con noviembre de 2019.
El Registro Administrativo de la Industria Automotriz de Vehículos Ligeros (RAIAVL) muestra que hace dos años se elaboraron 153 mil 173 unidades, y actualmente han realizado 134 mil 105, lo que representa una diferencia de 19 mil 068 vehículos menos.
En el caso de sus ventas, estas han caído en un 18.7 por ciento, pues en 2019 se comercializaron 10 mil 853 camionetas, y actualmente han sido 8 mil 831, lo que muestra 2 mil 022 unidades menos.
La situación en Volkswagen es aún más crítica, pues su producción disminuyó en un 37.9 por ciento, debido a que hace dos años elaboró 414 mil 002 unidades y actualmente han alcanzado 257 mil 158.
Por su parte, las ventas cayeron en un 29.2 por ciento, ya que en 2019 se comercializaron 129 mil 042 automóviles y hasta el momento llevan 91 mil 377 unidades vendidas.
FALTA DE CHIPS, GENERÓ PAROS TÉCNICOS DURANTE TODO EL 2021
La falta de semiconductores o chips es otro factor que ha venido afectado al sector automotriz durante todo el 2021, por lo que desde de enero a la fecha, Volkswagen y Audi han tenido paros técnicos escalonados que detienen totalmente su producción.
En 11 meses, la empresa de los cuatro aros ha acumulado 73 días sin producción de la camioneta Q5; sin embargo, para diciembre se tiene programado otro ajuste de tres semanas, por lo que cerrará el año con 94 días sin elaborar la unidad.
Volkswagen presenta el mismo problema, pues hasta el momento lleva 124 días en paros técnicos, por lo que ha disminuido la producción de los automóviles Taos, Jetta y Tiguan.
El freno de las actividades en las grandes armadoras, también ha afectado de manera directa la producción de las proveedoras, quienes han visto mermados sus ingresos.
Esta situación ha orillado a los colaboradores a irse a descansar de forma obligatoria ante la falta de materiales para llevar a cabo sus actividades, por lo que han recibido durante casi un año el 50 por ciento o el 70 por ciento de su salario normal, o en su caso, tomar sus vacaciones disponibles para evitar descuentos.