Poblanos consideran que es más peligroso el consumo de heroína que de mariguana, y es entre los jóvenes de 12 a 17 años de edad donde aumenta la percepción de riesgo. Este opiáceo, explicó Eduardo López Villalobos, coordinador de la Clínica de Urgencias de la Universidad Popular Autónoma de Estado de Puebla (UPAEP), deja más secuelas y es más difícil de erradicar entre los usuarios.
Según la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (Encodat) 2016-2017, el 60.9 por ciento de los poblanos cree que la heroína es más peligrosa y solo el 36.9 por ciento piensa esto de la mariguana.
El secretario de Seguridad Pública y Tránsito Municipal, Manuel Alonso García, dio a conocer que en Puebla la heroína ya desplazó a la mariguana entre los consumidores de drogas que han sido detenidos en la capital poblana.
La percepción de riesgo de los poblanos entre 12 y 17 años de edad es de 62.4 por ciento, de 18 a 34 años de edad es de 60.5 por ciento y de 35 a 65 años de edad es de 60.6 por ciento.
La Encodat reveló que en México menos del 0.1 por ciento de personas admitió haber consumido alguna vez en su vida o en el último año opio o heroína. Es un estimulante que se localiza únicamente en el mercado negro y como opiáceo tiene la función de aliviar el dolor.
QUÉ ES
El académico de la UPAEP dio a conocer que la heroína tiene efectos analgésicos y además es hipnótico, pues actúa en el cuerpo con efectos sedantes, por lo que el consumidor tendrá sueño y subrayó que no se utiliza con fines médicos.
Explicó que existen dos tipos de heroína, la que se conoce como blanca porque es menos tóxica y la marrón, que tiene más impurezas; aunque ambas presentaciones tienen efectos negativos sobre el cuerpo humano.
Se aplica por la vía intravenosa en la piel, huecos del cuerpo como codos, detrás de las rodillas, cuello y hasta en las venas de la lengua con la intención de esconder los piquetes o “arponazos”, como se dice entre los consumidores.
No obstante, comentó que ante el riesgo de contagio de enfermedades como el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) o hepatitis, los consumidores han optado por fumar o inhalar el opiáceo.
SUS EFECTOS
A corto plazo, expuso López Villalobos, en lo que se conoce como “luna de miel”, el consumidor tendrá una sensación de placer, sedación y euforia, síntomas que desaparecen progresivamente en un lapso de dos a tres horas. Físicamente habrá resequedad de las mucosas, reducción de la pupila, estreñimiento, respiración y latidos lentos.
Mientras que, a largo plazo, tras un amplio periodo de consumo, el usuario comenzará a adelgazar, sentirá estreñimiento y anemia; en una mujer embarazada puede causar aborto espontáneo. Psicológicamente el consumidor tendrá apatía, desinterés, depresión, egocentrismo, pérdida de memoria e insomnio. En una sobredosis el paciente puede perder la vida a causa de un paro respiratorio.
REHABILITACIÓN
Si el paciente decide rehabilitarse, aunque es de las drogas más difíciles de erradicar y la más agresiva, cursará un síndrome de abstinencia con ansiedad además de flujo nasal y sudoración, síntomas que se manifiestan entre las primeras ocho y 15 horas después del último contacto.
Entre las 16 y 24 horas después de la última fecha de consumo hay dilatación de la pupila, piel de gallina, calambres, cambios de temperatura súbitos y, por intervalos, dolores musculares, insomnio, torpeza, movimientos muy lentos, dolor de abdomen, náuseas, vómito, aumento de la respiración y el pulso.
Finalmente, expuso que la heroína es la droga más difícil de dejar y que causa más secuelas, además, lo primero que hace la mayoría de los pacientes después de un periodo de abstinencia es regresar a consumirla.