Hombres siguen usando la masturbación y el exhibicionismo para acosar a algunas mujeres y prueba de ello es que el estado de Puebla cerró el 2022 con un total de 27 víctimas del sexo femenino por ultrajes a la moral pública, así lo informó la Fiscalía General del Estado de Puebla (FGE).
De acuerdo con especialistas, esto es un problema que se puede tratar acudiendo a terapia, ya que es una parafilia, sin embargo, este padecimiento no absuelve al victimario del daño que está provocando a las víctimas, pues genera un impacto emocional y psicológico.
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En su sitio oficial, la FGE dio a conocer que del 1 de enero del 2022 al 31 de diciembre del mismo año se registraron 27 víctimas mujeres por dicho delito y los municipios con más incidencia fueron la capital poblana, San Pedro Cholula y San Martín Texmelucan.
En cifras, el delito se desarrolló de la siguiente manera, Puebla cerró el 2022 con 16 víctimas, San Pedro Cholula con 3, San Martín Texmelucan con 2 y el resto de los siguientes municipios con una víctima cada uno: Mixtla, Chapulco, San Salvador El Seco, Tecamachalco, Atlixco y Tehuacán.
Es decir, que en nueve municipios del estado de Puebla, algunas mujeres tuvieron que presenciar una conducta de exhibición obscena por parte de un hombre. De acuerdo con el Código Penal del Estado de Puebla, los ultrajes a la moral se castigan con prisión de 8 a 14 años y una multa de 100 a mil 200 días de salario.
Se puede tratar acudiendo a terapia, señalan especialistas
En entrevista con este medio, la psicóloga Erika Suleim Espinoza Morales compartió que el Manual Diagnóstico y Estadístico de trastornos Mentales en su quinta edición (DSM-5) menciona a la parafilia como un padecimiento o afección anormal, la cual, está relacionada directamente con la pulsión sexual.
Con esto refiere a que son deseos sexuales irrefrenables cuya satisfacción va más allá de los límites sociales establecidos, es decir, que el victimario es una persona que satisface sus deseos transgrediendo.
Dentro de estos trastornos, se menciona el exhibicionismo, cuyas características van relacionadas a la exposición de los genitales con el fin de una excitación sexual, generalmente en lugares públicos, esta forma de operar limita en muchos casos el que actúe de otras formas, por ejemplo, tocando a la víctima.
“El exhibicionista disfruta las miradas de temor, asco, incertidumbre que manifiestan las víctimas siendo en su mayoría mujeres, niñas y niños. La persona con un trastorno exhibicionista va a sentir dominio sobre la víctima al observar sus expresiones faciales de terror, esto es lo que generará la excitación y satisfacción del agresor; este dominio difícilmente lo experimenta en su vida cotidiana, el exhibicionista suele tener rasgos de inferioridad, son impulsivos, tienden a tener problemas al concebir su autoconcepto y dificultades en las relaciones sociales y personales”, compartió.
Sin embargo, dejó en claro que este padecimiento no absuelve al victimario del daño que está provocando a las mujeres, pues genera un impacto emocional y psicológico. Además, al ser un trastorno en el que se daña a terceros, es conveniente que se intervenga de forma inmediata y oportuna con profesionales de la salud mental.