Las diversas manifestaciones de violencia no son exclusivas de un estrato social, coincidieron especialistas, pero reconocieron que la ideología de superioridad influye, al tiempo que advirtieron que la erradicación de las agresiones es trabajo de todos y no sólo de las diversas autoridades.
Para los académicos de la Universidad Iberoamericana Puebla y la Universidad Popular Autónoma de Puebla (UPAEP), José Leopoldo Castro Fernández De Lara y Emma Verónica Santana Valencia, respectivamente, los recientes casos de agresión perpetuados por jóvenes de un estrato socioeconómico alto no son exclusivos de este sector poblacional, más bien es un reflejo de la normalización de la violencia desde hace tiempo atrás.
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Falta de paciencia y manejo de emociones
En entrevista para El Sol de Puebla, Castro Fernández De Lara consideró que los jóvenes que actúan de forma agresiva ante problemas cotidianos que se generan por la limitada tolerancia a la frustración, la falta de trabajo sobre la paciencia y manejo de emociones. En el caso de la ciudadanía que cuenta con un poder económico elevado, suelen enfrentarse al abandono, que se refleja en sus acciones, ya que los tutores compensan la falta de presencia con obsequios.
Además, subrayó que el concepto del poder es una variable trascendente en estos casos, pues al percibirse superiores creen que pueden actuar de manera violenta sin recibir un castigo. Al tiempo, expuso que el clasismo también juega un rol importante, debido a que la sociedad enfatiza los roles de la diversidad de personas.
“Son chicos que prácticamente crecen solos que no tienen un protagonista emocional cercano, existe esta fantasía de que si tienen muchas cosas y las necesidades básicas cubiertas todo va bien y eso genera violencia porque cuando una persona se siente sola normalmente busca conectar otras desde el poder”, expuso.
Para el académico de la Universidad Iberoamericana Puebla los espacios educativos también son importantes en el comportamiento de las y los estudiantes, pues consideró que son espacios donde se promueve la competencia, individualismo y el logro personal por encima de los valores sociales o la regulación emocional.
Ausencia de empatía y solidaridad
La directora académica de los posgrados en investigación en UPAEP se sumó a la opinión de que los actos violentos se han normalizado y que no es exclusivo de un sector poblacional, ya que, con el paso del tiempo, las agresiones se han normalizado como una forma de interacción.
Según comparte la docente a este diario, la falta de valores, así como de empatía y solidaridad, son algunos factores involucrados en la normalización de la violencia que, insistió, no es exclusiva de un sector.
“La violencia se ha normalizado en todos los ámbitos, hay violencia simbólica y no verbal, hay violencia en los medios de comunicación donde todo se filtra, también en el acceso tan sencillo de la ciudadanía a información sin filtros o sin acompañamiento. Tenemos que entender que la violencia genera más violencia”, enfatizó.
Agregó que la familia es el primer círculo responsable de reconocer y atender estas violencias, el espacio educativo es el segundo sector en donde se socializa, por lo que se debe de generar ambientes de paz, diálogo y comunicación. Mientras que la ciudadanía debe de ser empática sobre las diversas formas de pensar.
“Los padres y la escuela deben vincularse para generar una cultura de paz que es necesaria porque nuestros jóvenes son el futuro de México (…) Tiene que volver la empatía y solidaridad, poner por encima la sociedad y las personas para no ser egoístas”, expuso.
Urge atender la violencia
Desde la perspectiva de José Leopoldo Castro, de la Ibero Puebla, la disminución de la violencia está en mano de todos, pues cada uno desde sus espacios puede aportar para cambiar mejorando su relación con los otros y la forma en que se comunica y con ello incidir en el pensamiento o actitud de los demás.
“La violencia está en todas las clases sociales, no es particular de algunos cuantos. El autoconocimiento es la variable que nos permite ser distintos, cuando me conozco, puedo darme cuenta qué es lo que quiero para mí y qué me está estorbando”, dijo.
Aunado a lo anterior, apuntó que, en el contexto de una sociedad que normaliza la violencia, se debe apostar en promover el deporte, así como el manejo de las emociones, el autoconocimiento y prácticas de meditación. Enfatizó que se debe dejar de responder los actos de violencia con más agresiones, pues se convierte en un círculo vicioso imposible de parar.
“Es importante que aprendamos a vivir de manera pacífica, hemos generado una sociedad en la que la violencia está presente, siempre se somete al otro desde los padres a hijos, maridos a mujeres, jefes a empleados; por eso es importante generar una sociedad en donde podamos tener diálogos horizontales y mirarnos con aprecio. Si no cambiamos nosotros, no vamos a poder cambiar una estructura”, puntualizó.
Por su parte, Emma Verónica Santana criticó la falta de filtros en los medios de comunicación y herramientas digitales para difundir los contenidos audiovisuales, pues, desde su perspectiva, el exponer videos violentos que están al alcance de todos, promueve los actos violentos.
Finalmente, consideró necesario que los medios de comunicación generen campañas de concientización y que las autoridades generen normativas justas y restringidas para el manejo de la información.