Pese a que el gobierno del estado aseguró que cualquier persona podría visitar y depositar sus respetos al féretro del exgobernador de Puebla, Miguel Barbosa Huerta, el cual fue colocado hoy en Casa Aguayo, la titular de la Coordinación de Comunicación y Agenda Digital, Verónica Vélez Macuil, utilizó de forma abrupta e injustificada la fuerza pública para impedir el acceso y retirar del sitio a El Sol de Puebla.
Como parte de la cobertura que El Sol de Puebla desempeña desde el pasado martes, en torno al fallecimiento del exgobernante poblano, el reportero de este medio, Daniel Cortés, buscó ingresar al recinto en el cual se llevaba a cabo dicho homenaje, del mismo modo que lo hizo la ciudadanía, esto con el objetivo de nutrir el trabajo periodístico con la observación, un proceso que forma parte de las metodologías para la obtención de información cualitativa.
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Una vez en la fila para acceder, personal de seguridad realizó el protocolo de entrada, el cual consiste en revisión de mochilas y colocación de gel antibacterial. No obstante, Vélez Macuil intervino de forma inesperada para decir que El Sol de Puebla, al ser un medio de comunicación, no contaba con los permisos de ingreso.
Esto pese a que las herramientas utilizadas para el trabajo periodístico fueron resguardadas, pues la intención del ejercicio era conocer los sentires y percepciones de la ciudadanía que acudió a dar el último adiós a Barbosa Huerta, siempre acatando los lineamientos de ingreso.
“Tú no entras”, lanzó la funcionaria al reportero de esta casa editorial, al tiempo de sujetarle el brazo para evitar que continuara su camino hacia el interior de Casa Aguayo.
En consecuencia, este medio preguntó a Vélez Macuil la razón por la cual no se podía ingresar, pues la convocatoria siempre fue pública, no obstante, la funcionaria evitó responder y, en ese momento, permitió el acceso a un par de reporteros de otros medios.
De inmediato, dos elementos de la Policía Estatal, así como un hombre vestido de civil, se aproximaron y empujaron al trabajador de este medio hacia la vialidad, todo esto mientras exponían que “solamente podría estar tras la valla” y que “esas eran las indicaciones”.
Aunque se les solicitó identificarse y se les pidió justificar sus acciones, una de las policías comenzó a grabar de forma arbitraria al periodista, diciéndole que su presencia era un impedimento para que pudiesen realizar su trabajo.
“Yo tengo indicaciones. Usted está entorpeciendo nuestro trabajo”, repitió el hombre vestido de civil, quien, además, empujó al periodista de forma constante.
De inmediato, otro funcionario intervino de forma respetuosa para mediar la situación y así evitar que los uniformados, además del hombre vestido de civil, mantuvieran sus actos de intimidación contra la prensa.
Debido a la utilización de la fuerza pública para desempeñar el trabajo periodístico, las técnicas de investigación utilizadas para el desarrollo de una pieza editorial que tenía como objetivo contar los pormenores de un evento con trascendencia nacional, tal es el caso del deceso de un jefe de Estado, fueron frustradas por completo, todo sin que Vélez Macuil ofreciera una explicación justificada en la ley para impedir el acceso a una persona de la sociedad civil.