De las ocho principales universidades públicas y privadas en el estado de Puebla, solo la Universidad Iberoamericana cumple con la paridad de género horizontal, sin embargo ninguna de estas instituciones que tienen importancia social es dirigida por una mujer.
Así lo expuso Sagrario Lobato Huerta, coordinadora del Observatorio Universitario de Violencia de Género de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la BUAP, al analizar la máxima casa de estudios, el Instituto Tecnológico de Puebla (ITP), la Universidad para el Bienestar Benito Juárez y Universidad de la Salud (que están en proceso de conformación).
También las instituciones privadas: Universidad Iberoamericana Puebla, Universidad de las Américas Puebla (UDLAP), Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) y la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP).
Durante la jornada virtual “Diálogos: Democracia Paritaria en Puebla”, organizada por la Junta Local del INE, el IEE y la Red Plural de Mujeres de Puebla, Sagrario Lobato mencionó que en todas estas universidades coincide que la máxima jerarquía es un órgano grupal, algunas le llama consejo universitario, consejo directivo, junta de gobierno, y de todas estas se desprenden las figuras de rectoría, dirección o coordinación, vicerrectoría, subdirección o secretaría, dirección general, direcciones de área o departamento.
Destacó que ninguna de las ocho instituciones incluye en su normativa interna la cuota de género en los cargos directivos, lo que significa que, para que una mujer pueda ser rectora o directora se necesita voluntad política, ya que no están obligadas a que exista paridad.
“De las ocho instituciones la máxima autoridad está a cargo de varones, tenemos a seis rectores varones, a un director y a un coordinador”, dijo.
Explicó que a partir del segundo nivel de autoridad, es decir vicerrectoría, subdirección o secretaría empieza a resaltar el papel de la mujer, ya que en promedio en las ocho universidades superan poco más de la mitad a los hombres. Sin embargo este fenómeno se revierte en el tercer nivel, es decir en los cargos de dirección general, direcciones de área o departamento que en su mayoría son ocupados por los hombres.
Lobato refirió que en el caso de la BUAP, en más de 400 años de existencia nunca ha tenido a una mujer rectora y en la actualidad la cuota de género vertical está recargada hacia los hombres en los cargos de vicerrectoría, direcciones generales y de área.
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En el ITP el fenómeno es similar, aunque ahí la participación de las mujeres en el segundo nivel se duplica; en la Universidad para el Bienestar y de la Salud los nombramientos no han terminado, pero en la primera de ellas se designó a varones en dos coordinaciones de campus y en la otra el segundo nivel duplica a los varones y se invierte en el tercer nivel.
LAS INSTITUCIONES PRIVADAS
En cuanto a las universidades privadas, la Ibero tiene el organigrama menos vertical de todos, las mujeres ocupan más espacios en el segundo nivel de cargos de jerarquía.
Respecto a la UDLAP el fenómeno es similar, hay mayor presencia femenina en los cargos de segundo nivel y disminuye en el tercer nivel; mientras que el Instituto Tecnológico de Monterrey solo ha hecho público el cargo de rector que es ocupado por un varón.
Finalmente en la UPAEP el análisis reflejó que tiene la mayor disparidad de las ocho instituciones verificadas por la académica, pues es la única donde los dos niveles máximos de jerarquía están ocupados por varones y las mujeres apenas empiezan a tomar un lugar en el tercer nivel, es decir de cada 10 direcciones solo tres son ocupadas por ellas.
En cuanto a la cuota de género horizontal, la Universidad Iberoamericana cumple con el 50 por ciento de cargos para mujeres y 50 por ciento para hombres; le siguen la UDLAP y la Universidad de la Salud donde continúa destacando el papel de los varones. Después se encuentra la BUAP donde la participación masculina en la toma de decisiones duplica a la de las mujeres; el ITP triplica ese espacio para los hombres y en la UPAEP se cuadruplica.