No se puede alcanzar la paz y destronar la impunidad si persiste la indiferencia, el individualismo y el egoísmo, pues la verticalidad nunca será la respuesta para pacificar a los pueblos latinoamericanos, que han sido manchados por la crisis de violencia en los últimos años, destacó Liliana Franco Echeverri, presidenta de la Confederación Latinoamericana de Religiosos (CLAR).
“La guerra se atrinchera donde no es posible pensar en el bien común, y donde las relaciones se establecen desde el hostigamiento, la verticalidad y el atropello”, precisó la integrante de la Iglesia Católica.
Como parte del segundo día de actividades del Diálogo Nacional por la Paz, con el que religiosos, activistas y víctimas pretenden elaborar un plan para pacificar a México, esto en la antesala a los comicios de 2024, la líder religiosa originaria de Colombia compartió sus percepciones sobre la crisis de inseguridad que atañe a las naciones de América Latina.
Desde la Universidad Iberoamericana Puebla, sede del foro, Franco Echeverri relató que ella misma fue afectada por la criminalidad que se vive en su país de origen. Inclusive señaló que la delincuencia le arrebató a algunos seres queridos en el pasado.
Así, la presidenta de la CLAR refirió que la paz sólo es alcanzable cuando impera la justicia verdadera, no la que sólo perdura de forma momentánea.
Además, expuso que la búsqueda de la justicia va acompañada indiscutiblemente de la empatía y la valentía para acompañar a las poblaciones vulnerables, desprotegidas, mancilladas y silenciadas sistemáticamente. “Es la capacidad de reconocer como nocivo todo aquello que está alejado del querer de Dios”, compartió Franco Echeverri.
“La paz está amenazada de muerte por la indiferencia (...) La diferencia nos lleva a olvidar el proverbio chino que dice, ‘Si quieres ir rápido camina sólo si quieres llegar lejos ve acompañado’”, mencionó.
También enfatizó que el conocimiento es la clave para afrontar la defensa de la paz y la dignidad. Señaló que la conciencia es la capacidad de contemplar datos y hechos de la historia, pero con realismo. Aseguró también que el conocimiento es el fruto de desentrañar la verdad.
La fraternidad es el antídoto contra las guerras
Aunado a lo anterior, mencionó que la impunidad prolifera donde impera la desmemoria. Por ello, la verdad, la reparación y la reconciliación exigen el conocimiento y, sobre todo, la memoria. Hizo hincapié en que es fundamental poner en el centro a las víctimas, recoger los testimonios y mantener viva la memoria.
Del mismo modo, Franco Echeverri opinó que el perdón, otra de las cualidades necesarias para abonar a la pacificación de los pueblos, exige compasión, pues refirió que “el perdón es, sin lugar a dudas, la plenitud del amor. No hay amor auténtico sin ejercicio consciente de salir de nosotros mismos, para [entender] a los demás”.
En ese tenor, la presidente de la CLAR reconoció que la fraternidad es el antídoto contra las guerras, pues la indiferencia acrecienta los conflictos.
Inclusive, argumentó que la pacificación de las naciones exclama la necesidad de escuchar a todas las personas, incluidas a quienes fungen como victimarios, pues ello es clave de la empatía que se busca profesar desde la iglesia.
Aunque dirigió su mensaje a los fieles católicos, recalcó que la búsqueda de la paz es un objetivo que une a millones de personas en todo el mundo, pues hoy en día es difícil que haya individuos que no hayan sido manchados por la crisis de violencia que atañe a la humanidad.
Finalmente, la líder religiosa subrayó que el esfuerzo colectivo por la justicia debe alimentarse de solidaridad, misericordia y compasión. Asimismo, expuso que la cultura del cuidado individual y común es esencial para alcanzar una región más próspera.