Las industrias han sido los principales responsables de los altos índices de contaminación en la Cuenca del Río Atoyac, no porque tengan la intención de perjudicar, sino porque no están siendo reguladas por el Estado.
Lo anterior precisó Andrés Barreda Marín, académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), durante el ultimo día de actividades del Foro Regional “Diálogo entre comunidades, academia y gobierno sobre la problemática multidimensional de contaminación en la Cuenca del Alto Atoyac: avances en las agendas de trabajo”.
Con sede en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), el también coordinador del comité de Programas Nacionales Estratégicos (Pronaces) del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnología (Conahcyt) expuso que el enorme crecimiento de las industrias en Puebla causó daños medioambientales severos.
“Hay una industria contaminante que no está en retroceso, sino que está en un proceso de avance, en el último año la superficie de parques industriales se duplicó, nunca habíamos visto crecer tanto a la industria”, dijo.
Ante esto, el académico urgió a las autoridades locales a obligar a dichas industrias, especialmente a las del ramo automotriz, a cumplir con las normas sanitarias en relación a las emisiones de contaminantes.
Advirtió que, dichas industrias encontraron un espacio cómodo en el país porque, a diferencia de otros países, no deben seguir una serie de normas o bien, no son sancionados de la misma forma, por los daños que causa al medio ambiente.
Barreda Marín expuso que los daños de dicha omisión no se reflejan únicamente en la contaminación del Río, sino también en la perdida del tejido social de las comunidades que, de forma histórica, se han visto afectadas por estos desechos.
“Para eso se necesita un gobierno consciente, esto está ocurriendo y es absolutamente ominoso para el destino de los pueblos”, finalizó.