Ante el alza en el precio de la gasolina y el diésel, muchoscomerciantes de la Central de Abasto de Puebla subirán el costo desu mercancía y recurrirán al combustible robado para llenar eldepósito de sus vehículos.
El incremento de más de 20 por ciento sobre el valor de loshidrocarburos sí encarecerá la lista de la compra de lospoblanos. Hortalizas, verduras y frutas escalarán sus preciosdespués del 1 de enero, trasladando así a los consumidores elgasto adicional que supondrá el transporte de estos bienes.
Los alimentos vendidos por Óscar Meléndez en su puesto delmercado de Apizaco, Tlaxcala, acrecentarán su costo al menos “10por ciento” cuando el próximo domingo entre en vigor el“abusivo”, según sus propias palabras, anuncio de laSecretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
“Me afecta a la economía familiar, en cuanto al movimientoque yo hago. Un viaje diario desde a Apizaco me cuesta en promedioun gasto de 200 pesos”, afirmó. “Estaríamos hablando degastar ahora 300 pesos”.
La madera que vende Javier Pérez Arreola en el mercado demayoreo más grande de Puebla subirá su precio de 12 pesos elkilogramo a 13.5 pesos, es decir, 12.5 puntos porcentuales.“Transporto productos forestales, de madera, viajo de aquí aMichoacán, entonces de transporte yo a veces a la semana hago dosviajes”, explicó sobre unos trayectos que suponen ahora undesembolso de 20 mil pesos cada mes. “A lo mejor dejamos deviajar pero tenemos que trabajar de todos modos”.
El flete de los camiones utilizados por los comerciantes paratransportar la mercancía entre Puebla y otras entidadesfederativas aumentará también, estimó José Luis Bravo, quienofrece estos servicios de manera particular, 12.5 por ciento comomínimo.
“La gente siempre repela pero uno como chofer, le debe uno desubir. Queda muy poco margen de utilidad, los gastos suben, elcombustible sube, todo sube”, justificó, después de anunciaruna adición de mil pesos –hasta alcanzar los 9 mil pesos- en elprecio del viaje redondo desde Puebla a Veracruz.
“Yo creo que se va a desatar una guerra, no nos alcanza”.Las palabras de José Medel, quien dos veces por semana acude a lacapital para vender las papas que él mismo cultiva en el municipiode Lafragua, auguran un mal año 2017 para la Central de Abasto dePuebla. “No alcanza, las papas están muy regaladas. Losquímicos están muy caros, el abono sube a cada rato”,insistió.
OPTAN POR COMPRAR COMBUSTIBLEROBADO
“Comprar combustible al huachicol”, es decir, adquirirhidrocarburo procedente de tomas clandestinas se ha convertido,según los propios comerciantes de la Central de Abasto de Puebla,en una práctica cada vez más común para sobrevivir a la bajademanda de productos y al alza en los costos de operación.
La subida en el precio de la gasolina y el diésel sóloagravará, advirtió René Ortiz, vendedor de cítricos procedentesde Veracruz, esta conducta delictiva. “Va a ser más desastreahora, no va a haber un control”, señaló sobre el delito quesitúa a Puebla como la entidad federativa con más perforaciones aductos detectadas por Petróleos Mexicanos (Pemex). “Algunos síechan huachicol, no voy a decir quiénes pero llegan y dan buenprecio –de la fruta-, uno se da cuenta”.
“Aguantar vara” es para Isaac Macías la única opción.Acostumbrado a vender ya sólo una o dos cajas al día de jitomatecultivado en Sinaloa, el poblano parece resignado. “Ni modo deecharle huachicol a los camiones, es un tronadero. Yo tengo unacamioneta diésel, ahora está en el taller porque se quema lasbombas del mal combustible”, alertó. “Pero, ¿qué haces?Muchos se van a Tepeaca a surtirse (…), no te dejan otra salida,te están orillando a que tu negocio se estanque”.