El sector inmobiliario en Huejotzingo redujo la intervención del Estado en la planificación urbana del territorio. Esto, a su vez, impulsó un crecimiento urbano desordenado y marcó una diferenciación social entre su población.
Especialistas apuntan que el sector inmobiliario cobró fuerza en la apropiación del suelo rural por la incapacidad de las autoridades locales para controlar y normar la producción de vivienda, dando paso al fenómeno de urbanismo neoliberal, un concepto que define a las ciudades en donde es la oferta de vivienda, y no la demanda, el factor que determina la construcción de nuevos asentamientos urbanos.
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Dicho de otra manera, el sector inmobiliario define en dónde y de qué manera crece Huejotzingo, disponiendo libremente de sus recursos y asumiendo, paulatinamente, responsabilidades del municipio.
“El crecimiento inmobiliario está rebasando la capacidad de respuesta que puede dar un municipio como Huejotzingo”, opina Zeus Rodrigo Manuel Moreno Cortés, coordinador de la Maestría en Hábitat y Equidad Socio Territorial, de la Universidad Iberoamericana Puebla.
Las consecuencias de este fenómeno son notorias en la dotación de servicios, por ejemplo: agua potable, en donde la inequidad es visible. Mientras la comunidad más cercana a los nuevos complejos residenciales carece de un abastecimiento regular, los nuevos residentes no tienen queja del suministro.
“El mismo ayuntamiento estaría fomentando la desigualdad socioespacial, dando mayores servicios a los que están pagando licencias de construcción, no hay una distribución equitativa de la riqueza de la ciudad (…) eso es grave, pues fomenta ciertas áreas dentro del territorio, pero deja completamente en el olvido otras”, agrega Melissa Schumacher González, especialista en Gestión Territorial y Usos de Suelo e investigadora de la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP).
Abastecimiento de agua, signo de alerta
La falta de suministro de agua es un problema constante en varias ciudades. Pero, en territorios con crecimientos urbanos desordenados, este fenómeno se agudiza y marca, además, una inequidad social.
A menos de un kilómetro de los nuevos asentamientos inmobiliarios del municipio, se ubica Santa Ana Xalmimilulco, una población en donde, desde hace seis meses, se agravó el abastecimiento de agua potable para su población. En tanto que, los nuevos residentes, no presentan problemas con el suministro.
“Aquí escasea el agua, a veces nos quedamos hasta dos semanas sin una gota y se especula que es porque se va para allá arriba (la ciudad), pero no nos consta”, comparte Angélica Corona, habitante de dicha comunidad.
“El crecimiento de fraccionamientos sí nos preocupa, por el agua y la seguridad, desconocemos porqué decidieron venir para acá, si por estar más cerca del aeropuerto o porque entre tanta empresa es más fácil que vivan aquí”, añade Alejandro Juárez, comerciante local.
La expansión inmobiliaria no solo marcó una diferenciación en el modo de vida de los habitantes del municipio, sino que limitó los recursos para algunos y priorizó la dotación para otros. Aunado a ello, la creciente infraestructura industrial abonó a este problema, sobreexplotando los recursos de un territorio que apenas era apto para abastecer de servicios y seguridad a su propia población.
“Llevo 43 años viviendo en Santa Ana y hasta ahora, desafortunadamente, ya no tengo nada de agua, lo que es el suministro y la pestilencia que nos echan de allá arriba (aguas residuales sin tratar) nos afecta bastante”, narra Iván Sarmiento, originario de dicha población.
Urbanismo neoliberal en Puebla
Huejotzingo es el claro ejemplo del urbanismo neoliberal en Puebla, señala la investigadora de la UDLAP. Paulatinamente la gestión privada es la que se hace cargo de responsabilidades que se salen del control del ayuntamiento, por ejemplo, la seguridad y la dotación de equipamientos.
Ceder espacios públicos a la gestión privada para su administración es dejar al sector público espacios residuales de infraestructura ‘sin vida’. Ante esto, es necesario que el municipio intervenga para planificar cómo integrará dichos espacios privados (fraccionamientos e industrias) con lo que ya estaba en un inicio.
“El urbanismo neoliberal lo observo en muchísimos municipios, y en Puebla ni se diga, el atraer a la industria y los fraccionamientos se vuelve un arma de dos filos, porque por un lado la gestión privada ayuda en temas de mantenimiento pero, por otro lado, si hay un problema de seguridad dentro de esas zonas, los ayuntamientos se lavan las manos”, advierte.
Este círculo vicioso de ceder la gestión de la ciudad a entes privados, pero a la vez no responsabilizarse de lo que es público y de los servicios que como autoridad debes otorgar, es un problema socio territorial que orilla a los que no pertenecen a estos nuevos espacios (habitantes originarios) a autogestionarse, tal y como sucede en Santa Ana.
“El ayuntamiento puede justificarse diciendo que no tiene la capacidad de gestionar el espacio, pero es contraproducente, pues la población puede argumentar que paga impuestos al igual que los de la zona industrial o residencial y, aún así, no tienen servicios”, agrega.
Crecimiento sin planificación
Otra característica de este fenómeno es que son zonas que inicialmente contaban con una población rural pequeña y repentinamente llegó el crecimiento urbano por lo atractivo del lugar. De acuerdo con datos de la Secretaría de Economía federal, en 10 años (de 2010 a 2020) la población en Huejotzingo creció un 43.1 por ciento, registrando un total de 90 mil 794 habitantes.
“Históricamente Huejotzingo se mantuvo como una ciudad rodeada de lo rural, lejos del contexto urbano, el crecimiento del 43 por ciento es abrumador, el municipio se encuentra entre lo urbano y la zona industrial, en medio sobreviven unas milpas”, lamenta Melissa.
Parte de este crecimiento acelerado fue gracias al aeropuerto, asentado en el margen del municipio que, si bien no motivó la expansión inmobiliaria, sí lo hizo con el sector industrial al fracasar con su principal objetivo: ser un punto importante de vuelos nacionales.
“Siempre que llega un proyecto de infraestructura va a detonar algo en las inmediaciones, pero aquí lo que generó fue el crecimiento de las empresas de logística que buscan este tipo de infraestructura”, explica la académica.
A esto, se suma un problema de movilidad en el territorio, ya que Huejotzingo crece sin un plan trazado de hacia dónde se va a desarrollar su infraestructura y cómo se deben adecuar las vías para su movilidad, pues hasta ahora, el municipio solo cuenta con dos maneras de llegar desde otra ciudad: la autopista y la carretera federal que, en poco tiempo, serán insuficiencias para el tráfico de la zona, añade el especialista de la Ibero.
“El aeropuerto tiene que formar parte de la visión integral del territorio”, insiste, pues el ayuntamiento falló en la planificación de un espacio público de calidad y, en cambio, priorizó al sector inmobiliario e industrial.
El Sol de Puebla contactó al enlace de Comunicación Social del ayuntamiento de Huejotzingo, para solicitar una entrevista con el titular de la Dirección de Desarrollo Urbano municipal y conocer las estrategias que se pusieron en marcha, durante esta administración, para regular el crecimiento inmobiliario, sin embargo, no hubo respuesta de su parte.
Equidad en el desarrollo urbano
Santa Ana Xalmimilulco, al ser la comunidad más cercana a esta expansión, ha mostrado mayor interés en aportar soluciones que favorezcan a la comunidad y a los nuevos residentes. Conscientes del incremento poblacional y la demanda de viviendas accesibles, proponen que, a la par de la llegada de nuevas construcciones, los encargados de estos proyectos incluyan otros planes que sean para beneficio de ambos grupos de habitantes, los nuevos y los originarios.
“Las quejas de la comunidad sí son por las casas, pero también porque no hay un beneficio comunitario, solo para unos cuantos, pedimos que sí aumenta la construcción también se tome en cuenta la construcción de escuelas, pavimentación de calles, incluso otras comunidades, que ya no son del municipio, están percatándose de este crecimiento en las orillas y de los beneficios aparte”, opina Juan González, habitante de la población.
Ante esto, el académico de la Ibero señala que cualquier servicio como el agua potable, la limpia y el alumbrado público son elementos fundamentales para cualquier ciudad y son derechos humanos de la población, mismos que han sido entorpecidos por el crecimiento acelerado de viviendas y la capacidad de respuesta del municipio.
“El presupuesto que recibe Huejotzingo aún es limitado, pero al ser tierra barata nace este desarrollo inmobiliario y el ayuntamiento se queda sin los elementos para responder a estas necesidades, entonces ¿de quién es la responsabilidad? Parece que los propios desarrolladores, para que se les de permiso de instalarse, deben garantizar la dotación de estos servicios y el equipamiento de tiendas, escuelas, entre otros”, subraya.
Hoy, la normatividad en la expansión inmobiliaria es fundamental en cualquier territorio, con el objetivo de que los desarrolladores de viviendas no operan de manera ilimitada ante la falta de vigilancia de sus autoridades locales.
La prohibición no es una alternativa, pues finalmente hay una respuesta de demanda a la oferta inmobiliaria, pero las autoridades municipales en este y otros territorios deben normar estos cambios de uso de suelo, finaliza.
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