Integrantes del colectivo Voz de los Desaparecidos asistieron a la misa dominical en la catedral, donde con carteles y lonas con fotografías de sus seres queridos pidieron dar con su paradero y poder volver a verlos.
Fueron poco más de siete ciudadanos que permanecieron durante toda la homóloga presidida por Francisco Javier Martínez Castillo, Obispo Auxiliar de Puebla, en la Catedral, debido a que monseñor Víctor Sánchez se encuentra en recuperación luego de haber sido intervenido quirúrgicamente.
María Luisa Núñez Borjas, fundadora de este colectivo estuvo presente, luego de que el pasado 2 de febrero tras una jornada de búsqueda localizaron una fosa clandestina con un cuerpo en un predio ubicado en el municipio de Palmar de Bravo, donde continúan con estas acciones para hallar indicios de aquellos que desaparecieron.
En la prédica, Martínez Castillo habló sobre los problemas familiares por los que muchas veces los ciudadanos atraviesan, por lo que dijo que solo Dios puede curar y sanar todas estas problemáticas. Pero también apuntó que es la fe la que debe ir acompañada de ver la obra del padre.
Refirió que la palabra de Jesús puede generar vida o transformar las situaciones complejas que comprometen la salud, pero para ello se necesita abrirle la puerta del corazón y dejar que se acerque. Una vez que haya obrado los fieles deben ponerse al servicio de Dios, sin escatimar esfuerzos y sin ahorrar todo el bien que se puede hacer con los demás.
“Quizá lo más urgente que necesitamos hacer ahora es hablarle a Jesús, llamarlo para que cure la fiebre de nuestra indiferencia, esta es la gran enfermedad de la época, es el síntoma más palpable de la crisis antropológica de hoy convertida en egoísmo”, dijo.
También llamó a que la sociedad se humanice para que como Dios se haga un gesto de alto nivel de empatía hacia los demás, siendo agentes de transformación y generadores de vida para anunciar el evangelio.