La organización de ambulantes “Doroteo Arango” se adueñó de las inmediaciones del Hospital General de Zona 20 “La Margarita” y la Clínica 57 del IMSS a pesar de las restricciones de la Ley Estatal de Salud. En las banquetas, sobre la avenida 42 S y parte del Bulevar Felipe Velázquez, es posible contabilizar por lo menos tres decenas comerciantes informales, sin que esto sea una novedad para los usuarios frecuentes de la zona.
Alimentos, ropa, calzado y hasta copias son los productos y servicios que ofrecen los vendedores ambulantes durante toda la mañana y parte de la tarde afuera de las instalaciones médicas. Muchos de ellos bloquean las banquetas al grado de dificultar el paso de los peatones.
Los integrantes de la organización plenamente identificados con lonas gorras, mandiles y cubre boca –en el caso de los que ofrecen alimentos-, se instalan todos los días a pesar de las restricciones de la Ley Estatal de Salud de Puebla que prohíbe que puestos ambulantes o semifijos se ubiquen en un perímetro de cien metros a la redonda.
El artículo 191 cuarto del Capítulo II BIS de la Ley Estatal de Salud de Puebla cita que “se prohíbe el comercio ambulante, o comercio en puesto semifijo en un perímetro de cien metros a la redonda de los centros de salud, clínicas y hospitales de los integrantes del Sistema Estatal de Salud”.
Sin embargo, esta regla no es respetada por los ambulantes quienes, por el contrario, están plenamente identificados y homologados afuera del nosocomio y la clínica, instalados sobre las banquetas con el uso de estructuras para la venta de sus productos.
El documento explica que se entiende por comercio ambulante “toda actividad comercial realizada de manera cotidiana o esporádica en la vía o lugares públicos por personas físicas que transportan sus mercancías, deteniéndose en algún lugar solamente por el tiempo indispensable para la realización de la transacción correspondiente”.
Jorge Salas es un peatón asiduo de la zona pues vive en la Unidad Habitacional “La Margarita” por lo que todos los días camina alrededor de las instalaciones médicas para ir al trabajo o de regreso, y en ocasiones prefiere andar debajo de la banqueta, pues aseguró que la instalación de los puestos ambulantes y gente esperando poder pasar al hospital o a la clínica se convierte en un ejercicio de esquivar obstáculos.
Y evidentemente no es el único que sufre por la problemática, pues incluso quienes consumen los alimentos con los ambulantes tienen que bajarse de la banqueta o servir como obstáculos para otros peatones.
La mayoría de los comerciantes vende alimentos que van desde tortas preparadas, tacos, gorditas y jugos hasta cocteles de fruta y yogurt, entre otros. Asimismo, hay quien ofrece ropa de uso o calzado dedicado a los usuarios de la clínica y el hospital y uno más que tiene un letrero de que se “sacan copias”.
A finales de 2016 el entonces delegado del Instituto Mexicano del Seguro Social, Enrique Doger Guerrero, solicitó al Ayuntamiento del ex presidente municipal, Luis Banck Serrato, el retiro de ambulantes de las clínicas y hospitales, sin que se le diera un seguimiento, por lo que la problemática persiste.