Dejar a los padres de familia la decisión de si sus hijos van a clases presenciales o no a partir del 30 de agosto podría considerarse hasta irresponsable, si se toma en cuenta qué hay familias que no tienen opción y simplemente no los van a enviar por falta de recursos o porque las condiciones de seguridad sanitaria no son las suficientes, opinó el Doctor en Investigación Educativa, Rodolfo Cruz Vadillo.
Lo anterior, luego de que la Secretaría de Educación en Puebla anunció que, a pesar de la tercera ola de contagios de Covid - 19, es un hecho el inicio de las clases presenciales, como parte del modelo educativo híbrido, y los padres de familia serán quienes decidan si envían a los alumnos.
Para Cruz Vadillo, tal decisión representa el riesgo de seguir incrementando la desigualdad en el acceso a la educación, porque contrario al discurso de las autoridades, no hay flexibilidad ni se está tomando en cuenta a la población que no tiene opción de decidir si sus hijos van o no a la escuela, simplemente porque no puede llevarlos por falta de dinero, porque le ayudan a trabajar o porque alguien de la familia está enfermo.
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"No es tan fácil decir tú decide, porque puede ser como: Yo ya puse las cartas, yo ya hice lo que tenía que hacer y si ese chico no avanzó pues fue tu decisión papá, y no, el estado es el que garantiza el acceso a la educación", dijo el también investigador de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP).
El especialista consideró que lo ideal sería que se ofreciera un ciclo escolar flexible, acorde a las necesidades de cada región en materia de salud y asistencia a las aulas, aunque esto no facilite los aspectos administrativos de la Secretaría de Educación.
"En lugar de decirle al padre usted decida, no, sería vamos a ver en donde necesitamos la presencia de la escuela y se puede porque los contagios son bajos, porque ya dotamos a la escuela de lo mínimo".
Para el investigador, hay lugares con pocos o nulos contagios de Covid, con falta de acceso a la tecnología y alto rezago educativo que ya pudieron haber retomado las clases presenciales y no han podido por esa falta de flexibilidad.
Insistió en que el modelo escolar no debe ser igual para todos los alumnos porque, contrario al ejemplo anterior, hay estudiantes de las zonas urbanas, que aunque necesiten clases presenciales por aspectos emocionales, pueden seguir a distancia y evitar contagiarse de Covid - 19, teniendo en cuenta que en esas zonas hay más casos.
"Los chicos van a llegar a la escuela, van a estar con un metro y medio de separación y todo el demás protocolo pero ¿Cómo llegan a su casa? Agarrados y amontonados en el transporte público y eso, en si, ya es un problema. Entonces por mucho que las escuelas sean asépticas y tengan una burbuja, el chico sale y en el trayecto es donde tiene el problema".
Cuestionado sobre los argumentos que ha dado el Gobierno de la República para pedir el retorno a clases presenciales, en los que destaca el aporte emocional de las escuelas a los alumnos, coincidió en que esto es cierto pero no se cumple al cien por ciento si los maestros no están preparados para ello.
Es decir, las autoridades están pensando en que los maestros pueden ser un soporte emocional para los alumnos, cuando no hay garantía de que el docente "que también la ha pasado mal en la pandemia" tenga capacidad o haya tomado cursos suficientes para serlo.
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"Si tú quieres que la escuela funcione como un lugar de acogida, de soporte emocional, tienes que dotar a la escuela de lo mínimo para que eso ocurra y no es, entonces, abran las escuelas y ya, sino, abramos las escuelas y pensemos cuales son las estrategias".
El investigador concluyó que es verdad que las clases presenciales son un acto de socialización importante para los estudiantes y qué hay quienes están padeciendo problemas de violencia en casa, sin embargo para resolver de fondo sus necesidades emocionales y de aprendizaje no se puede seguir imponiendo un modelo de educación generalizado y además, dejar al criterio de los padres si lo siguen o no.
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