David Colin sufrió discriminación por parte del rector Juan Villalobos de la Universidad Tito Puente, ubicada en Granjas del Sur. El joven fue llamado a la dirección y le informaron que, debido a su sobrepeso, no podía estudiar en la institución, ya que corría el riesgo de romper los bancos y la escuela no contaba con “sillotototas”.
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Al joven de 34 años le permitieron ingresar a las clases de percusión vía WhatsApp. Pagó 2 mil pesos para asistir y acudió a la primera clase sin problemas. Sus compañeros lo recibieron bien y dos de sus maestros incluso lo agregaron a Facebook (ya lo eliminaron después de la denuncia).
El problema inició en la segunda clase cuando el rector lo vio, le preguntó su nombre y, de inmediato, solicitó que se presentara en la dirección. Al llegar a la oficina, le pidieron que apagara su celular y que se lo entregara a la directora administrativa.
Cuando David entró a rectoría, extendió la mano para saludar al rector, quien se negó a tocarlo y pidió a los maestros que no permitieran que se sentara en los bancos de las aulas, argumentando que la institución no era un parque de diversiones.
De haber sabido que estabas así de pesado, no te aceptábamos le dijo el rector al joven oriundo de Ajalpan.
Además, mencionó que si lo admitían, tendrían que pagar por reparar sillas, un costo mayor que su colegiatura.
Ante esta situación, David y su familia interpusieron una queja en la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Puebla (CDH). También emitieron una carta al titular de educación, Jorge Estefan Chidiac, donde el joven expresó su dolor y humillación, solicitando la intervención correspondiente.
Asimismo, dirigieron otra carta a la Secretaría de Gobernación, puntualmente a su titular, Javier Aquino Limón, pidiendo que se respete el derecho a la no discriminación, estipulado en el artículo 357 del Código Penal del Estado de Puebla.
Universidad alega malentendido
Tras este conflicto, la Universidad emitió un comunicado negando los hechos y “lamentando la confusión”. Afirmaron que esos señalamientos no reflejan los valores que guían a la institución.
Queremos dejar claro que nuestra universidad se rige por principios de inclusión, respeto y diversidad. Valoramos a cada estudiante, sin importar su apariencia, origen étnico u orientación sexual se destacó.
Insistieron en que lo sucedido fue un malentendido relacionado con “la interpretación” de sus políticas de salud y seguridad, y afirmaron que la persona involucrada no era estudiante.
Sin embargo, David cuenta con fotografías dentro de la institución y tiene audios donde conversa con el rector, antes de conocerlo en persona. En la imágenes se confirma que pagó para estar inscrito.
La víctima y su familia solo anhelan justicia y que no haya más discriminación por peso en ninguna área de aprendizaje. Él quiere regresar a la escuela, pero sabiendo que es un espacio libre de violencia.