Febrero es un mes que se distingue por celebrar el amor, así como la amistad, es por ello que los jóvenes del Instituto de Capacitación para el Empleo Profesional (ICEP) quieren llegar a los corazones de los poblanos vendiendo bolsas ecológicas pintadas a mano. Todas son hechas por jóvenes y adultos con discapacidad, principalmente intelectual.
El objetivo de la venta es que los beneficiarios de este Instituto desarrollen actividades de autoempleo, que tengan un trabajo justo, ingresos dignos y que también una parte se dirija al ICEP y sus becas, pues es una asociación sin fines de lucro. También buscan espacios para poder vender sus productos, es por ello, que si alguien tiene un espacio y quiere contribuir a la inclusión pueden escribirles en sus redes sociales.
Para ingresar al Instituto, a las familias se les hace un estudio socioeconómico, pero la mayoría de los alumnos, tienen beca del 100 por ciento. En el ICEP trabajan con niños y jóvenes que tienen discapacidad motriz, física (ceguera y sordera), intelectual (autismo, síndrome de Down, discapacidad intelectual) y múltiple (dos o más discapacidades).
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Pilar Zanella, directora general, explicó a este medio que una de las metas es que los egresados adquieran un puesto de trabajo de acuerdo a sus características personales e intereses profesionales. Ellos van facilitando el camino y concientizan a las empresas, pero les dejan en claro que todos los jóvenes deben ser tratados de la misma manera que otro trabajador. “Nuestro principal objetivo es contribuir con la inclusión laboral de personas con discapacidad, brindando las herramientas necesarias para elevar su calidad de vida, a través de la educación”, comentó.
Por su parte, Liliana Olguín, subdirectora académica, compartió a El Sol de Puebla que al ser uno de los objetivos la inclusión laboral-social de las personas con discapacidad, les brindan capacitaciones para emporarse y fue así como llegó Rojo Corazón, una línea de mermeladas artesanales 100 por ciento naturales para generar fuentes de empleo y becas. Con el tiempo se diversificaron y ya no sólo son mermeladas, sino que ahora también venden las bolsas.
El taller con el que comenzó este sueño fue una practica alimentaria, en el cual se enfocaron en desarrollar habilidades relacionadas con el trabajo, ya sea manejo de alimentos, atención a cliente o cualquier sector que los jóvenes puedan integrarse de acuerdo con sus habilidades, así como capacidades.
El proceso de la bolsa es muy detallado, pero con mucho amor, cada joven tiene una tarea en específico, ellos eligen el diseño, los colores y el producto va acompañado de un mensaje para concientizar a la población. Cuando las han vendido en bazares, los chicos son las que las ofrecen, los que cobran y los que llevan las cuentas.
Para ellos, esta bolsa tiene mucho significado, pues es un gran esfuerzo el pintar, el decorar y hasta hablar para comercializarlas. Por eso, hacen una invitación a todos los poblanos para que puedan ayudarlos a venderlas, pues al levarse una también se llevan parte de su creatividad.
Las bolsas las venden en bazares o en algunos puntos en donde empresarios se los han permitido, pero también pueden solicitarlas en redes sociales y se las llevan a domicilio. Cuestan 140 pesos y pueden encontrar todos los informes en redes sociales como Icep_mex. O bien a los teléfonos 2226397638 solo para llamadas y el 2211098605 para WhatsApp.