Tras la destitución de Sebastián Hernández Orozco como presidente del Comité Directivo Municipal (CDM) del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Puebla capital, quien enfrenta denuncias por violencia familiar, el líder estatal del tricolor, Néstor Camarillo Medina, anunció que Juan de Dios Bravo Jiménez es el nuevo encargado de llevar las riendas del partido a nivel local.
Horas después de que fuera informado el relevo de Hernández Orozco, esto debido a que la Comisión de Justicia Partidaria de esa organización política determinó necesario destituirlo del cargo en tanto la justicia determina si cometió o no violencia familiar contra sus exparejas y su hija, Camarillo Medina informó quién asumió el cargo de delegado en funciones de presidente del CDM del PRI.
A través de redes sociales, el líder del tricolor a nivel estatal defendió que Bravo Jiménez será responsable de darle “continuidad a los trabajos del PRI”. También comentó que “no se detiene, seguimos por la ruta de la unidad”.
Su mensaje lo acompañó de varias fotografías en las que se muestra la toma de protesta del nuevo presidente del partido a nivel municipal.
De acuerdo con información del propio PRI, Bravo Jiménez ostenta una licenciatura en Derecho por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), no obstante, es importante mencionar que no existe una cédula profesional inscrita con su nombre en el Registro Nacional de Profesionistas.
Hasta antes de su designación, el nuevo líder del tricolor a nivel local fungió como secretario de Operación Política del Comité Estatal del PRI. En el pasado ocupó cargos dentro de Liconsa, la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP), y la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
También fue secretario de Gobernación en la administración municipal de Blanca María Alcalá Ruiz, y ocupó un escaño en el Congreso de Puebla en la LVI Legislatura.
Por otro lado, no hay que olvidar que Sebastián Hernández Orozco es señalado por sus exparejas, Raquel y Ana Karen, de presuntamente haber ejercido violencia de género y familiar contra ellas; además, fue denunciado por ser un supuesto deudor alimentario.
Además de las denuncias formales, el ahora exlíder municipal del PRI enfrenta un proceso de destitución del partido, toda vez que una de sus exparejas es militante de la misma organización.