/ jueves 17 de octubre de 2024

Kowtahyolo, un rincón de las abejas meliponas que fue denominado Área Nacional Protegida

El nombramiento de área nacional protegida no solo celebra la riqueza biológica de la región, sino que también subraya la responsabilidad compartida de todos

Al cruzar el umbral de la zona de Kowtahyolo en el municipio de Cuetzalan, un murmullo vibrante llena el aire, como si la naturaleza misma hablara en un idioma secreto. Pero entre todos los sonidos, uno destaca: el zumbido de las abejas sin aguijón, conocidas como meliponas. Este grupo de insectos ha existido en México durante siglos y se ha convertido en el alma de este lugar.

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En el país, se han catalogado 46 especies de meliponas, y Puebla alberga 12 de ellas, lo que equivale al 26.1 por ciento de la diversidad nacional. Estas abejas, pequeñas pero esenciales, desempeñan un papel crucial en el ecosistema: ayudan a conservar bosques y polinizan plantas. Además, su producción de miel virgen es altamente valorada, tanto por sus propiedades alimenticias como medicinales.

Gracias a estos beneficios, en septiembre de este año, la zona de Kowtahyolo fue declarada Área Nacional Protegida (ANP) por el Gobierno Federal. La noticia dio como resultado en la celebración de los meliponicultores, quienes ven una luz de esperanza para preservar a estas abejas ante el cambio climático. Sin embargo, entre la alegría también persiste la preocupación.

Los productores saben que la tala ilegal continúa siendo un riesgo latente en la región, y anhelan que esta nueva designación atraiga a guardianes comprometidos que velen por el bienestar de la zona. La lucha por la conservación no termina con una declaración; es un llamado a proteger un recurso vital que sustenta tanto a la naturaleza como a sus comunidades.

Kowtahyolo, “corazón del bosque” en náhuatl, abarca una superficie de mil 732 hectáreas y más de 10 comunidades en Cuetzalan del Progreso, pero en esta ocasión, nos enfocaremos sólo en Ayotzinapan, ya que esta localidad cuenta con cinco especies de meliponas: la scaptotrigona mexicana, la scaptotrigona pectoralis, dos especies de plebeias y lestrimeta o abeja limón.

Ayotzinapan es un pintoresco rincón que tiene aproximadamente 570 habitantes. A tan solo 20 minutos del centro, en este lugar se respira una conexión profunda con la naturaleza. La mayoría de sus habitantes cuida con esmero a las abejas meliponas en sus traspatios, reconociendo su papel vital en la identidad cultural.

Estas abejas, no solo son fuentes de miel, sino que también ofrecen medicina tradicional y son protagonistas en la elaboración de velas que adornan sus altares cuando alguien fallece. En últimos años, la venta de sus productos ha cobrado fuerza, reflejando un renovado aprecio por estos pequeños guardianes de la biodiversidad.

La principal característica de la abeja melipona es que no tiene aguijón. Foto: Erik Guzmán / El Sol de Puebla


Miguel Alaya es responsable de meliponicultura, se dedica a su cuidado desde los 7 años. Él junto a otras 10 personas relacionadas a este ámbito crearon el Santuario de las Abejas sin Aguijón y por su gran aceptación, dieron paso al proyecto “Cuetzalan Ecoturismo Rural”, el cual fue avalado por el Gobierno de Puebla por sus prácticas sustentables.

Explicó que la principal característica de la melipona es que no tiene aguijón, su color es negro o anaranjado (dependiendo la especie), y no amarillo como la imagen de la abeja tradicional. Su producción de miel es menor a la de las abejas “apis mellifera” (que son las más conocidas); las primeras tienen una producción abundante, mientras que las meliponas 100 mililitros por colonia.

Esto quiere decir que para tener un litro de miel de la abeja melipona, se necesitan 10 colonias, cuando las apis sólo necesitan una colmena. Lo que, a su vez, se ve reflejado en su costo, pues el litro de miel proveniente de abeja sin aguijón cuesta mil 450 pesos y otras mieles cuestan 200 pesos.

Se han hecho diversas investigaciones comparando mieles y la de melipona cura ulceras, gastritis en general y refuerzan el sistema inmunológico tomando una cucharada al día. Si se aplica en goteros a los ojos, ayuda a la carnosidad, conjuntivitis, sirve como mascarilla, alivia quemaduras, incluso mejora los temas sexuales detalló.

Agregó que la melipona ha existido desde hace cientos de años en Ayotzinapa, pero recientemente los pobladores la ven como una ayuda económica. “Hace una década era sólo consumo local, pero ahora se ha dado como un factor económico, sin embargo, no podemos sólo vivir sólo de ella, ya que esta miel va para un mercado muy específico y genera muy poco”, expuso.

La zona de Kowtahyolo fue declarada Área Nacional Protegida (ANP) por el Gobierno Federal en septiembre pasado. Foto: Erik Guzmán / El Sol de Puebla

¿Cómo ayudará el nombramiento de Área Nacional Protegida?

Por todos sus beneficios, los meliponicultores celebraron que Kowtahyolo sea Área Nacional Protegida (ANP). En su opinión, esta medida regulará actividades como la tala, minería y la urbanización, lo que contribuirá a mitigar su impacto negativo en esta especie.

Actualmente, la abeja no está en peligro de extinción, pero estas restricciones ayudarán a reducir el impacto negativo que las actividades humanas pueden tener sobre su hábitat, permitiendo que los ecosistemas se mantengan equilibrados. En este punto, esperan que contraten vigilantes o que policías hagan rondines.

Las ANP también facilitará la investigación científica y el monitoreo de las abejas. Esto es fundamental para entender mejor sus necesidades y desarrollar estrategias de conservación efectivas.

La declaración también beneficiará a los meliponicultores al incentivar la mejora de sus prácticas, ya que, en uno de sus puntos, a los pobladores de comunidades aledañas les permiten continuar trabajando con la especie sin restricciones.

Actualmente, muchos utilizan ollas de barro, lo que no solo contribuye a la sobrepoblación, sino que también causa la muerte de algunas abejas. Con este nombramiento, Miguel Alaya espera que más pobladores adopten cajas tecnificadas o mixtas, que ofrecen un entorno más seguro y eficiente para su cría.

El nombramiento también facilitará la investigación científica y el monitoreo de las abejas. Foto: Erik Guzmán / El Sol de Puebla


¿Por qué la sobrepoblación es un problema?

Si bien, la abeja melipona ha encontrado un hogar en Kowtahyolo, Alaya indicó que una de las grandes problemáticas a la que se enfrentan es a la sobrepoblación. Aunque pareciera que tener muchas es sinónimo de buena racha, el especialista dio estos datos:

Si hay demasiadas en un área, pueden competir por néctar y polen, lo que afectaría su salud y la de las plantas que polinizan. Este desequilibrio podría resultar en una menor disponibilidad de alimentos.

Asimismo, una alta densidad de abejas puede facilitar la propagación de enfermedades y parásitos. En estas condiciones, las colonias pueden debilitarse, lo que representa un riesgo no solo para las abejas en sí, sino también para la polinización y la biodiversidad en general.

Desde el punto de vista de la apicultura, la sobrepoblación puede dificultar la gestión de colmenas y la producción de miel. Las colmenas superpobladas pueden volverse más agresivas, complicando el trabajo de los apicultores.

La abeja no está en peligro de extinción, pero estas restricciones ayudarán a reducir el impacto negativo que las actividades humanas pueden tener sobre su hábitat. Foto: Erik Guzmán / El Sol de Puebla


Cajas tecnificadas o mixtas mejoran la vida de las abejas y optimizan el trabajo del meliponicultor

Ante ello, sugirió optar por cajas tecnificadas o mixtas en lugar de ollas tradicionales para criar abejas meliponas, incluso, ellos dan talleres en el Santuario. Estas cajas están diseñadas para proporcionar un ambiente más controlado y adecuado, lo que mejora su salud.

A diferencia de las ollas de barro, que pueden causar la muerte de algunas abejas debido a su diseño cerrado y falta de ventilación, las cajas permiten una mejor circulación de aire y acceso a recursos esenciales.

El manejo de las colonias también es más eficiente con estas cajas. Facilitan las inspecciones, que pueden ser menos invasivas y estresantes para las abejas. Esto permite a los meliponicultores cuidar de sus colonias con mayor efectividad.

De igual modo, las cajas tecnificadas ayudan a prevenir la sobrepoblación. Al permitir una gestión más adecuada de las colonias, se evita la competencia excesiva por recursos, lo que beneficia la salud general del ecosistema.

Para concluir, aceptó que el nombramiento de Kowtahyolo como Área Nacional Protegida representa un hito significativo en la conservación de las meliponas y su ecosistema. Este reconocimiento no solo celebra la riqueza biológica de la región, sino que también subraya la responsabilidad compartida de todos: comunidades, autoridades y meliponicultores.

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La protección de estas abejas sin aguijón es un paso crucial para salvaguardar la biodiversidad y los recursos naturales que sostienen a Cuetzalan y la nueva designación debe ser el punto de partida para un esfuerzo colectivo y sostenido, que garantice la preservación de este patrimonio invaluable frente a las amenazas que persisten.

Se busca que el manejo de las colonias se vuelva cada vez más eficiente. Foto: Erik Guzmán / El Sol de Puebla


Al cruzar el umbral de la zona de Kowtahyolo en el municipio de Cuetzalan, un murmullo vibrante llena el aire, como si la naturaleza misma hablara en un idioma secreto. Pero entre todos los sonidos, uno destaca: el zumbido de las abejas sin aguijón, conocidas como meliponas. Este grupo de insectos ha existido en México durante siglos y se ha convertido en el alma de este lugar.

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En el país, se han catalogado 46 especies de meliponas, y Puebla alberga 12 de ellas, lo que equivale al 26.1 por ciento de la diversidad nacional. Estas abejas, pequeñas pero esenciales, desempeñan un papel crucial en el ecosistema: ayudan a conservar bosques y polinizan plantas. Además, su producción de miel virgen es altamente valorada, tanto por sus propiedades alimenticias como medicinales.

Gracias a estos beneficios, en septiembre de este año, la zona de Kowtahyolo fue declarada Área Nacional Protegida (ANP) por el Gobierno Federal. La noticia dio como resultado en la celebración de los meliponicultores, quienes ven una luz de esperanza para preservar a estas abejas ante el cambio climático. Sin embargo, entre la alegría también persiste la preocupación.

Los productores saben que la tala ilegal continúa siendo un riesgo latente en la región, y anhelan que esta nueva designación atraiga a guardianes comprometidos que velen por el bienestar de la zona. La lucha por la conservación no termina con una declaración; es un llamado a proteger un recurso vital que sustenta tanto a la naturaleza como a sus comunidades.

Kowtahyolo, “corazón del bosque” en náhuatl, abarca una superficie de mil 732 hectáreas y más de 10 comunidades en Cuetzalan del Progreso, pero en esta ocasión, nos enfocaremos sólo en Ayotzinapan, ya que esta localidad cuenta con cinco especies de meliponas: la scaptotrigona mexicana, la scaptotrigona pectoralis, dos especies de plebeias y lestrimeta o abeja limón.

Ayotzinapan es un pintoresco rincón que tiene aproximadamente 570 habitantes. A tan solo 20 minutos del centro, en este lugar se respira una conexión profunda con la naturaleza. La mayoría de sus habitantes cuida con esmero a las abejas meliponas en sus traspatios, reconociendo su papel vital en la identidad cultural.

Estas abejas, no solo son fuentes de miel, sino que también ofrecen medicina tradicional y son protagonistas en la elaboración de velas que adornan sus altares cuando alguien fallece. En últimos años, la venta de sus productos ha cobrado fuerza, reflejando un renovado aprecio por estos pequeños guardianes de la biodiversidad.

La principal característica de la abeja melipona es que no tiene aguijón. Foto: Erik Guzmán / El Sol de Puebla


Miguel Alaya es responsable de meliponicultura, se dedica a su cuidado desde los 7 años. Él junto a otras 10 personas relacionadas a este ámbito crearon el Santuario de las Abejas sin Aguijón y por su gran aceptación, dieron paso al proyecto “Cuetzalan Ecoturismo Rural”, el cual fue avalado por el Gobierno de Puebla por sus prácticas sustentables.

Explicó que la principal característica de la melipona es que no tiene aguijón, su color es negro o anaranjado (dependiendo la especie), y no amarillo como la imagen de la abeja tradicional. Su producción de miel es menor a la de las abejas “apis mellifera” (que son las más conocidas); las primeras tienen una producción abundante, mientras que las meliponas 100 mililitros por colonia.

Esto quiere decir que para tener un litro de miel de la abeja melipona, se necesitan 10 colonias, cuando las apis sólo necesitan una colmena. Lo que, a su vez, se ve reflejado en su costo, pues el litro de miel proveniente de abeja sin aguijón cuesta mil 450 pesos y otras mieles cuestan 200 pesos.

Se han hecho diversas investigaciones comparando mieles y la de melipona cura ulceras, gastritis en general y refuerzan el sistema inmunológico tomando una cucharada al día. Si se aplica en goteros a los ojos, ayuda a la carnosidad, conjuntivitis, sirve como mascarilla, alivia quemaduras, incluso mejora los temas sexuales detalló.

Agregó que la melipona ha existido desde hace cientos de años en Ayotzinapa, pero recientemente los pobladores la ven como una ayuda económica. “Hace una década era sólo consumo local, pero ahora se ha dado como un factor económico, sin embargo, no podemos sólo vivir sólo de ella, ya que esta miel va para un mercado muy específico y genera muy poco”, expuso.

La zona de Kowtahyolo fue declarada Área Nacional Protegida (ANP) por el Gobierno Federal en septiembre pasado. Foto: Erik Guzmán / El Sol de Puebla

¿Cómo ayudará el nombramiento de Área Nacional Protegida?

Por todos sus beneficios, los meliponicultores celebraron que Kowtahyolo sea Área Nacional Protegida (ANP). En su opinión, esta medida regulará actividades como la tala, minería y la urbanización, lo que contribuirá a mitigar su impacto negativo en esta especie.

Actualmente, la abeja no está en peligro de extinción, pero estas restricciones ayudarán a reducir el impacto negativo que las actividades humanas pueden tener sobre su hábitat, permitiendo que los ecosistemas se mantengan equilibrados. En este punto, esperan que contraten vigilantes o que policías hagan rondines.

Las ANP también facilitará la investigación científica y el monitoreo de las abejas. Esto es fundamental para entender mejor sus necesidades y desarrollar estrategias de conservación efectivas.

La declaración también beneficiará a los meliponicultores al incentivar la mejora de sus prácticas, ya que, en uno de sus puntos, a los pobladores de comunidades aledañas les permiten continuar trabajando con la especie sin restricciones.

Actualmente, muchos utilizan ollas de barro, lo que no solo contribuye a la sobrepoblación, sino que también causa la muerte de algunas abejas. Con este nombramiento, Miguel Alaya espera que más pobladores adopten cajas tecnificadas o mixtas, que ofrecen un entorno más seguro y eficiente para su cría.

El nombramiento también facilitará la investigación científica y el monitoreo de las abejas. Foto: Erik Guzmán / El Sol de Puebla


¿Por qué la sobrepoblación es un problema?

Si bien, la abeja melipona ha encontrado un hogar en Kowtahyolo, Alaya indicó que una de las grandes problemáticas a la que se enfrentan es a la sobrepoblación. Aunque pareciera que tener muchas es sinónimo de buena racha, el especialista dio estos datos:

Si hay demasiadas en un área, pueden competir por néctar y polen, lo que afectaría su salud y la de las plantas que polinizan. Este desequilibrio podría resultar en una menor disponibilidad de alimentos.

Asimismo, una alta densidad de abejas puede facilitar la propagación de enfermedades y parásitos. En estas condiciones, las colonias pueden debilitarse, lo que representa un riesgo no solo para las abejas en sí, sino también para la polinización y la biodiversidad en general.

Desde el punto de vista de la apicultura, la sobrepoblación puede dificultar la gestión de colmenas y la producción de miel. Las colmenas superpobladas pueden volverse más agresivas, complicando el trabajo de los apicultores.

La abeja no está en peligro de extinción, pero estas restricciones ayudarán a reducir el impacto negativo que las actividades humanas pueden tener sobre su hábitat. Foto: Erik Guzmán / El Sol de Puebla


Cajas tecnificadas o mixtas mejoran la vida de las abejas y optimizan el trabajo del meliponicultor

Ante ello, sugirió optar por cajas tecnificadas o mixtas en lugar de ollas tradicionales para criar abejas meliponas, incluso, ellos dan talleres en el Santuario. Estas cajas están diseñadas para proporcionar un ambiente más controlado y adecuado, lo que mejora su salud.

A diferencia de las ollas de barro, que pueden causar la muerte de algunas abejas debido a su diseño cerrado y falta de ventilación, las cajas permiten una mejor circulación de aire y acceso a recursos esenciales.

El manejo de las colonias también es más eficiente con estas cajas. Facilitan las inspecciones, que pueden ser menos invasivas y estresantes para las abejas. Esto permite a los meliponicultores cuidar de sus colonias con mayor efectividad.

De igual modo, las cajas tecnificadas ayudan a prevenir la sobrepoblación. Al permitir una gestión más adecuada de las colonias, se evita la competencia excesiva por recursos, lo que beneficia la salud general del ecosistema.

Para concluir, aceptó que el nombramiento de Kowtahyolo como Área Nacional Protegida representa un hito significativo en la conservación de las meliponas y su ecosistema. Este reconocimiento no solo celebra la riqueza biológica de la región, sino que también subraya la responsabilidad compartida de todos: comunidades, autoridades y meliponicultores.

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La protección de estas abejas sin aguijón es un paso crucial para salvaguardar la biodiversidad y los recursos naturales que sostienen a Cuetzalan y la nueva designación debe ser el punto de partida para un esfuerzo colectivo y sostenido, que garantice la preservación de este patrimonio invaluable frente a las amenazas que persisten.

Se busca que el manejo de las colonias se vuelva cada vez más eficiente. Foto: Erik Guzmán / El Sol de Puebla


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