/ miércoles 20 de abril de 2022

La Casa del Diablo, una vivienda diferente en San Luis Tehuiloyocan

Cronistas de la zona califican a esta casa como un monumento regional, al haber sido construida en un asentamiento prehispánico

En San Luis Tehuiloyocan hay una vivienda que es diferente al resto. Es conocida como la Casa del Diablo porque su construcción tiene más de un elemento que refleja que, en algún momento de su historia, ahí se practicaron rituales satánicos.

Figuras demoniacas que resaltan en el mural grabado en la fachada de su pieza principal y líneas de la oración incompleta de La Magnífica (utilizada por la iglesia Católica en honor a la Virgen María) escritas en latín y al revés en varias vigas del techo, hacen que algunos pobladores e investigadores den por verídico este relato.

La existencia de un pozo en su amplio patio y varios decorativos como dos marcos de ventana con silueta de iglesia, pero colocados “de cabeza”, son otros indicativos de que este inmueble, localizado a un par de cuadras del zócalo de esta comunidad de San Andrés Cholula, es un enigma.

Es también llamada la Misteriosa Casa de San Luis. Su construcción data del año 1766, del siglo XVlll, pero fue hasta el sexenio del gobernador Alfredo Toxqui Fernández de Lara (1975-1981) cuando autoridades la descubrieron al realizar obras de mejoras en la zona.

En 1983, cuando el mandatario era Guillermo Jiménez Morales, este nivel de gobierno la adquirió con la intención de convertirla en un Museo de Arte Cultural, pero no se concretó porque desde el año 2005 es sede de la Biblioteca Amoxcalli.

Actualmente la vivienda está abierta al público. Visitarla provoca diferentes sensaciones, más cuando se admira su mural ornamentado que fue hecho con la técnica “rajueleado”, porque sus creadores incrustaron piedras sobre el revoco para formar figuras o inscripciones relacionadas con la magia negra, la Pasión de Cristo y el Cabildo indígena, mismas que a la fecha son objeto de estudio. Este grabado, por el paso del tiempo y la evidente falta de mantenimiento, está deteriorándose y desapareciendo.

Los muros de la casa también están dañados con grietas dejadas por sismos registrados en distintos años.

Su techo refleja solo ocho vigas originales de las 19 que existían antes de que recibiera trabajos de remodelación en el año 2004, pues a decir de pobladores, varias de ellas desaparecieron después de ese proceso.

También carece de agua potable y de un plan de trabajo por parte de las autoridades de los tres niveles de gobierno que garantice su conservación y difusión, pues menos de 30 visitantes llegan por mes.

Investigaciones ventilan que en San Luis Tehuiloyocan existieron dos casas con un mural similar, pero los propietarios al enterarse de la intervención del gobierno, en una lo revocaron y en la otra retiraron el rajueleado por el temor a perder su patrimonio. Es decir, los desaparecieron.

¿CENTRO EVANGELIZADOR?

La cronista de San Andrés Cholula, Refugio Gallegos, califica esta casa como un monumento regional porque fue construida en un asentamiento prehispánico, ya que Tehuiloyocan significa “lugar vidrioso o lleno de vidrio”.

Durante la Colonia, este pueblo vio nacer la Misteriosa Casa de San Luis, que genera controversia por el significado de las figuras plasmadas en la fachada del cuarto central, ya que su entrada principal pasa por desapercibida.

Destaca que hay dos planteamientos en torno al origen y uso del inmueble. Uno de ellos fue externado por Ángel Paz y Puente, quien fue párroco de la comunidad e indicó que los franciscanos llamaron a este tipo de construcciones “casas de doctrina” para evangelizar a los indígenas.

En lo que se refiere a las palabras escritas al revés en latín en las vigas del techo, dijo que fue un elemento pedagógico para la población y pueden leerse correctamente en el reflejo de una pila de agua.

El segundo fue generado por el doctor José Antonio Terán Bonilla, en su libro “La Extraña Casa de San Luis Tehuiloyocan. Un caso de magia y religión”, publicado en 1991.

El autor afirmó que en esta casa se practicó la magia negra y dos monos grabados en la fachada que portan un gorro sacerdotal, en actitud burlona y con el falo erecto, representan al demonio que satíricamente imitan a un padre cristiano ofreciendo una misa, pero en este caso de tipo negra, confirman la versión.

Describió como desconcertante la presencia de figuras demoniacas con otras relacionadas con la Pasión de Jesucristo que también pueden verse, entre ellas, una corona de espinas, una túnica, un verdugo, azotes, una lanza, un gallo, flagelos, una escalera, clavos, dados y el paño de la Verónica, así como la leyenda "Pues fue si(n) mancha: Abe María llena (de) grac(ia).".

Refugio Gallegos puntualiza que el doctor Terán Bonilla resalta que entre los grabados hay un escudo de un león rampante y dentro de él las letras DME, quizá correspondientes a las iniciales del nombre y apellidos del habitante de la casa, porque en la actualidad se desconoce quién fue el creador.

NO ES DEL DIABLO

En el patio de su hogar, el cual está adjunto al inmueble en referencia, doña Lucía Cuateco asegura que vivió en la Casa del Diablo por casi 52 años.

No dio detalles sobre quiénes fueron los primeros dueños, pero relata que la propiedad estuvo en juicio por mucho tiempo y que ella y su esposo la habitaron después de unirse en matrimonio.

Con más de 70 años de edad, asegura que en la Misteriosa Casa de San Luis no suceden “cosas raras”, tampoco espantan.

“Me vine a casar con alguien de esta familia (Soto) y ésta ya vivía aquí y nuestro dormitorio era la pieza donde está el mural que dicen (con figuras satánicas), pero dormíamos bien, nunca escuchamos nada”, cuenta.

También expone que fue el gobernador Alfredo Toxqui Fernández de Lara quien les pidió la casa porque estaba bonita, con el argumento de que sería del pueblo.

Comparte con nostalgia su vivencia en la Casa del Diablo, donde en el patio central tenía animales y el agua del pozo servía para abastecer a su familia de este recurso.

DETERIORADA

Otra voz escuchada fue la del bibliotecario Omar Garfias Rojas, quien ahora es el encargado de abrir y cerrar este espacio dedicado a la cultura y donde se promueve el ajedrez entre la comunidad infantil y adolescente.

“Se usó para la brujería, pero siento que hace falta más estudio a sus grabados porque ahora lo escrito es incierto, porque su retablo también simboliza la religión católica y la agricultura”, opina.

Comenta que hay otro mural, no similar, pero sí peculiar, en el curato de la iglesia de San Luis, que también debe estudiarse.

Sin embargo, pide a las autoridades ver lo que sucede en la Casa del Diablo, porque requiere muchas obras para su conservación.

Fue construida en 1776 y en 1983 el gobierno estatal la declaró inmueble público y de ahí permaneció cerrada hasta el 2004, tiempo donde la edificación estuvo abandonada y sus muros, pisos, techos, puertas y ventanas ante la falta de mantenimiento, sufrieron las consecuencias.

También el pozo tiene 23 metros de profundidad, pero apenas tiene 40 centímetros de agua, por lo que se solicita apoyo oficial para cubrir el déficit.

“En el año 2005 concluyó el mantenimiento al espacio, pero años antes se cambió el techo, pero se llevaron las vigas y regresaron solo unas y pues esta casa no genera ingresos y por eso se pide la intervención de las autoridades para no olvidarla, porque es un atractivo que debe difundirse y presumirse”, añade.

Recuerda que el expresidente municipal Leoncio Paisano propuso la colocación de un domo para proteger el mural de la fachada y ahora exhorta a las autoridades en turno a reconsiderar la propuesta porque el revoco está desprendiéndose y las lluvias de este año afectarán su estabilidad.

“Queremos que salven esta casa porque es un icono y porque pensamos que nuestros indígenas eran curanderos y quizá recurrían a la magia y lo hacían desde este lugar”, concluye.

OLVIDADA

Pese a la excentricidad de La Casa del Diablo, el inmueble es un atractivo en San Andrés Cholula que enfrenta olvido por parte de las autoridades para reparar sus daños.

Actualmente, en la pieza central hay cuatro grietas pronunciadas provocadas por los sismos.

El temblor del 15 de junio de 1999 desplomó su techo, pero dos años después el Ayuntamiento inició obras de restauración, que fueron efectuadas de manera inadecuada porque no se restauraron las vigas con inscripciones originales y éstas terminaron en la intemperie y algunas fueron sustraídas por la población para ser usadas como leña.

En el 2004 existió una segunda intervención que consolidó el mural, rescató el pozo y construyó baños. Esto permitió que, en febrero del 2005, el gobierno local asignara el espacio como biblioteca pública, pero de ahí la fecha no ha recibido ninguna otra acción de conservación y mantenimiento.

En San Luis Tehuiloyocan hay una vivienda que es diferente al resto. Es conocida como la Casa del Diablo porque su construcción tiene más de un elemento que refleja que, en algún momento de su historia, ahí se practicaron rituales satánicos.

Figuras demoniacas que resaltan en el mural grabado en la fachada de su pieza principal y líneas de la oración incompleta de La Magnífica (utilizada por la iglesia Católica en honor a la Virgen María) escritas en latín y al revés en varias vigas del techo, hacen que algunos pobladores e investigadores den por verídico este relato.

La existencia de un pozo en su amplio patio y varios decorativos como dos marcos de ventana con silueta de iglesia, pero colocados “de cabeza”, son otros indicativos de que este inmueble, localizado a un par de cuadras del zócalo de esta comunidad de San Andrés Cholula, es un enigma.

Es también llamada la Misteriosa Casa de San Luis. Su construcción data del año 1766, del siglo XVlll, pero fue hasta el sexenio del gobernador Alfredo Toxqui Fernández de Lara (1975-1981) cuando autoridades la descubrieron al realizar obras de mejoras en la zona.

En 1983, cuando el mandatario era Guillermo Jiménez Morales, este nivel de gobierno la adquirió con la intención de convertirla en un Museo de Arte Cultural, pero no se concretó porque desde el año 2005 es sede de la Biblioteca Amoxcalli.

Actualmente la vivienda está abierta al público. Visitarla provoca diferentes sensaciones, más cuando se admira su mural ornamentado que fue hecho con la técnica “rajueleado”, porque sus creadores incrustaron piedras sobre el revoco para formar figuras o inscripciones relacionadas con la magia negra, la Pasión de Cristo y el Cabildo indígena, mismas que a la fecha son objeto de estudio. Este grabado, por el paso del tiempo y la evidente falta de mantenimiento, está deteriorándose y desapareciendo.

Los muros de la casa también están dañados con grietas dejadas por sismos registrados en distintos años.

Su techo refleja solo ocho vigas originales de las 19 que existían antes de que recibiera trabajos de remodelación en el año 2004, pues a decir de pobladores, varias de ellas desaparecieron después de ese proceso.

También carece de agua potable y de un plan de trabajo por parte de las autoridades de los tres niveles de gobierno que garantice su conservación y difusión, pues menos de 30 visitantes llegan por mes.

Investigaciones ventilan que en San Luis Tehuiloyocan existieron dos casas con un mural similar, pero los propietarios al enterarse de la intervención del gobierno, en una lo revocaron y en la otra retiraron el rajueleado por el temor a perder su patrimonio. Es decir, los desaparecieron.

¿CENTRO EVANGELIZADOR?

La cronista de San Andrés Cholula, Refugio Gallegos, califica esta casa como un monumento regional porque fue construida en un asentamiento prehispánico, ya que Tehuiloyocan significa “lugar vidrioso o lleno de vidrio”.

Durante la Colonia, este pueblo vio nacer la Misteriosa Casa de San Luis, que genera controversia por el significado de las figuras plasmadas en la fachada del cuarto central, ya que su entrada principal pasa por desapercibida.

Destaca que hay dos planteamientos en torno al origen y uso del inmueble. Uno de ellos fue externado por Ángel Paz y Puente, quien fue párroco de la comunidad e indicó que los franciscanos llamaron a este tipo de construcciones “casas de doctrina” para evangelizar a los indígenas.

En lo que se refiere a las palabras escritas al revés en latín en las vigas del techo, dijo que fue un elemento pedagógico para la población y pueden leerse correctamente en el reflejo de una pila de agua.

El segundo fue generado por el doctor José Antonio Terán Bonilla, en su libro “La Extraña Casa de San Luis Tehuiloyocan. Un caso de magia y religión”, publicado en 1991.

El autor afirmó que en esta casa se practicó la magia negra y dos monos grabados en la fachada que portan un gorro sacerdotal, en actitud burlona y con el falo erecto, representan al demonio que satíricamente imitan a un padre cristiano ofreciendo una misa, pero en este caso de tipo negra, confirman la versión.

Describió como desconcertante la presencia de figuras demoniacas con otras relacionadas con la Pasión de Jesucristo que también pueden verse, entre ellas, una corona de espinas, una túnica, un verdugo, azotes, una lanza, un gallo, flagelos, una escalera, clavos, dados y el paño de la Verónica, así como la leyenda "Pues fue si(n) mancha: Abe María llena (de) grac(ia).".

Refugio Gallegos puntualiza que el doctor Terán Bonilla resalta que entre los grabados hay un escudo de un león rampante y dentro de él las letras DME, quizá correspondientes a las iniciales del nombre y apellidos del habitante de la casa, porque en la actualidad se desconoce quién fue el creador.

NO ES DEL DIABLO

En el patio de su hogar, el cual está adjunto al inmueble en referencia, doña Lucía Cuateco asegura que vivió en la Casa del Diablo por casi 52 años.

No dio detalles sobre quiénes fueron los primeros dueños, pero relata que la propiedad estuvo en juicio por mucho tiempo y que ella y su esposo la habitaron después de unirse en matrimonio.

Con más de 70 años de edad, asegura que en la Misteriosa Casa de San Luis no suceden “cosas raras”, tampoco espantan.

“Me vine a casar con alguien de esta familia (Soto) y ésta ya vivía aquí y nuestro dormitorio era la pieza donde está el mural que dicen (con figuras satánicas), pero dormíamos bien, nunca escuchamos nada”, cuenta.

También expone que fue el gobernador Alfredo Toxqui Fernández de Lara quien les pidió la casa porque estaba bonita, con el argumento de que sería del pueblo.

Comparte con nostalgia su vivencia en la Casa del Diablo, donde en el patio central tenía animales y el agua del pozo servía para abastecer a su familia de este recurso.

DETERIORADA

Otra voz escuchada fue la del bibliotecario Omar Garfias Rojas, quien ahora es el encargado de abrir y cerrar este espacio dedicado a la cultura y donde se promueve el ajedrez entre la comunidad infantil y adolescente.

“Se usó para la brujería, pero siento que hace falta más estudio a sus grabados porque ahora lo escrito es incierto, porque su retablo también simboliza la religión católica y la agricultura”, opina.

Comenta que hay otro mural, no similar, pero sí peculiar, en el curato de la iglesia de San Luis, que también debe estudiarse.

Sin embargo, pide a las autoridades ver lo que sucede en la Casa del Diablo, porque requiere muchas obras para su conservación.

Fue construida en 1776 y en 1983 el gobierno estatal la declaró inmueble público y de ahí permaneció cerrada hasta el 2004, tiempo donde la edificación estuvo abandonada y sus muros, pisos, techos, puertas y ventanas ante la falta de mantenimiento, sufrieron las consecuencias.

También el pozo tiene 23 metros de profundidad, pero apenas tiene 40 centímetros de agua, por lo que se solicita apoyo oficial para cubrir el déficit.

“En el año 2005 concluyó el mantenimiento al espacio, pero años antes se cambió el techo, pero se llevaron las vigas y regresaron solo unas y pues esta casa no genera ingresos y por eso se pide la intervención de las autoridades para no olvidarla, porque es un atractivo que debe difundirse y presumirse”, añade.

Recuerda que el expresidente municipal Leoncio Paisano propuso la colocación de un domo para proteger el mural de la fachada y ahora exhorta a las autoridades en turno a reconsiderar la propuesta porque el revoco está desprendiéndose y las lluvias de este año afectarán su estabilidad.

“Queremos que salven esta casa porque es un icono y porque pensamos que nuestros indígenas eran curanderos y quizá recurrían a la magia y lo hacían desde este lugar”, concluye.

OLVIDADA

Pese a la excentricidad de La Casa del Diablo, el inmueble es un atractivo en San Andrés Cholula que enfrenta olvido por parte de las autoridades para reparar sus daños.

Actualmente, en la pieza central hay cuatro grietas pronunciadas provocadas por los sismos.

El temblor del 15 de junio de 1999 desplomó su techo, pero dos años después el Ayuntamiento inició obras de restauración, que fueron efectuadas de manera inadecuada porque no se restauraron las vigas con inscripciones originales y éstas terminaron en la intemperie y algunas fueron sustraídas por la población para ser usadas como leña.

En el 2004 existió una segunda intervención que consolidó el mural, rescató el pozo y construyó baños. Esto permitió que, en febrero del 2005, el gobierno local asignara el espacio como biblioteca pública, pero de ahí la fecha no ha recibido ninguna otra acción de conservación y mantenimiento.

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