Sólo cuatro de los 27 fundadores del tianguis en el Barrio de Los Sapos viven a 45 años del nacimiento de este corredor turístico, entre los que destaca Gloria “La Güera” Cabrera, quien es actual líder de los comerciantes y para quien la venta de antigüedades no es solo un negocio sino que se ha convertido en un arte.
Este 20 de mayo el corredor cumplió 45 años de haberse fundado, lugar por donde han pasado un sinfín de piezas exóticas, de todos los precios y procedencias, mismas que, además, cuentan con un valor histórico.
Fueron 27 personas quienes iniciaron este proyecto en la plazuela, de las cuales solo sobreviven cuatro: Gloria “La Güera” Cabrera, Porfirio Sedeño Varela, José Luis Quirós y Venancio Cabrera. Algunos de ellos todavía asisten a vender al espacio que construyeron durante la administración del entonces presidente municipal Miguel Quirós Pérez y del exgobernador Alfredo Fernández Toxqui.
El nombre de Barrio de los Sapos lo adquirió porque, cuando aún no estaba entubado el río de San Francisco, en esas calles se juntaba dicha fauna, por lo que comenzó a conocerse de esta manera.
Gloria, con 84 años de edad, se ha dedicado durante toda su vida a la venta de antigüedades, que es una actividad en la que no se puede involucrar cualquiera, pues es necesario tener conocimiento de las piezas que el público quiere, así como de las de mayor valor.
Aseguró que los problemas económicos han afectado de manera importante al tianguis, toda vez que antes se vendían diferentes piezas fácilmente, pero en la actualidad es muy difícil que la gente acuda por una antigüedad.
“Las antigüedades ya no hay como quiera, ya no hay clientes como antes, que, híjole, hasta se peleaban por la mercancía; ahora ya es más difícil vender y es que también en la cosa económica andamos mal”, mencionó.
En este tianguis es fácil encontrar antigüedades de todo tipo: es posible hallar planchas de carbón, máscaras, libros incunables, porcelana, cristal cortado, plata, joyas, música, teléfonos, máquinas de escribir, de coser, cámaras fotográficas, monedas, billetes y hasta muebles, por mencionar tan solo algunos de los miles de objetos.
“Todo esto es un arte, es un tianguis de arte, es un estudio que uno tiene, porque después de tantos años se vuelve uno doctor de antigüedades, es la verdad”, dijo al tiempo de mencionar que una persona puede identificar que una pieza tiene valor desde que conoce la fecha en la que fue elaborada, o su historia y hasta uso, o a quién le perteneció.
Por lo anterior, “La Güera” se expresó orgullosa por haber sido una de las fundadoras del tianguis, por lo que confió en que se preserve la presencia de los comerciantes en el barrio durante muchos años más, aun cuando ella ya no esté aquí.