“En Puebla las iglesias son aliadas del gobierno para combatir la inseguridad, somos aliados y estamos comprometidos en una misma estrategia en contra de la inseguridad”, declaró el gobernador del estado, Miguel Barbosa Huerta, tras sumarse a las súplicas de paz que la iglesia católica dirigió al Estado mexicano.
Después de que el pasado fin de semana la comunidad religiosa hiciera un llamado unificado de calma, mediante la Jornada de Oración en todo México, el titular del Ejecutivo estatal declaró que, si bien la violencia contra el clero se hace presente en algunos estados, tal como sucedió en Chihuahua con el asesinato de dos sacerdotes de la Compañía de Jesús, la condición generalizada no es idéntica en todo el país.
“Es un hecho muy grave (...) en la vida de México, que lo estamos resolviendo los diferentes órdenes de gobierno, [pero] no se puede describir un escenario nacional en el cual todo es violencia (...) Tan grave es el asesinato de los jesuitas, como grave es el asesinato de cualquier persona”, refirió en conferencia de prensa.
A propósito, presumió que en la entidad, el Estado se mantiene como un aliado de la Iglesia, pues entre ambas instituciones se desarrollan estrategias para combatir la inseguridad. Inclusive, mencionó que este es uno de los temas que regularmente habla con el arzobispo Víctor Sánchez Espinosa.
“En Puebla las iglesias son aliadas del gobierno (...) estamos comprometidos en una misma estrategia en contra de la inseguridad. Yo me uno a la oración de las iglesias en contra de la delincuencia [y] de la inseguridad”, defendió.
Asimismo, el mandatario confesó que lleva a cabo rezos de forma constante, en los que, aseguró, pide por el territorio y la población que gobierna. También detalló que busca que los templos religiosos sean inmuebles protegidos por la autoridad, sin embargo, refirió que ninguna ha solicitado apoyo aun.
“Puedo decirles, sin avergonzarme [y] sin retractarme, que yo hago oración por mi estado y por las mujeres y los hombres de mi estado y procuro que inclusive el funcionamiento de las iglesias (...) se realice con todas las medidas de seguridad (...) No he recibido ninguna petición de ningún clérigo para proporcionarle seguridad pero si existe (...) con gusto el gobierno y sus fuerzas del orden proporcionarán la seguridad correspondiente”, concluyó.