La Resurrección: Un pueblo originario a solo una hora de la capital de Puebla

Los propios pobladores tienen pruebas históricas que demuestran su origen indígena

Alba Espejel / El Sol de Puebla

  · domingo 24 de noviembre de 2024

La Resurrección: Un pueblo originario a solo una hora de la capital de Puebla. Foto: Bibiana Díaz / El Sol de Puebla

A tan solo una hora del centro de Puebla, en el norte de la capital, se encuentra la junta auxiliar de La Resurrección, una comunidad que, a pesar de su cercanía con la mancha urbana, ha logrado preservar una rica herencia cultural indígena. Este lugar, es un claro ejemplo de cómo, aún en el contexto de un creciente entorno urbano, se puede mantener las raíces ancestrales.

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Sin embargo, para muchos habitantes de la capital, la idea de que este pueblo pueda ser un pueblo originario parece una contradicción. Es un tema que no se conoce a fondo, ya que su proximidad con la ciudad y la influencia de la modernidad, hacen que sea difícil ver más allá de lo que representa este poblado, esto de acuerdo con Griselda Cuatlaxahue y Guillermina Méndez Tlaxca, defensoras de la tierra.

Una vez que cuentan con este aval esperan que el próximo alcalde José Chedraui Budib los reconozca. Foto: Cortesía

A pesar de la falta de visibilidad y el desconocimiento por parte de quienes habitan la capital, los propios pobladores de La Resurrección tienen pruebas históricas que demuestran su origen indígena, como mapas antiguos, planos y documentos oficiales. La comunidad, que a menudo ha sido pasada por alto, ha luchado durante años para que su identidad cultural sea reconocida oficialmente.

Este año, La Resurrección fue incluida finalmente en el Catálogo de Pueblos y Comunidades Indígenas de México, un reconocimiento crucial que valida y preserva la identidad cultural de la comunidad. Este acto no solo simboliza el reconocimiento de su derecho a ser considerados como pueblo indígena, sino que también subraya la importancia de mantener vivas las tradiciones, la lengua y las costumbres.

La Resurrección fue incluida finalmente en el Catálogo de Pueblos y Comunidades Indígenas de México. Foto: Bibiana Díaz / El Sol de Puebla


El camino hacia este reconocimiento no fue fácil. Durante años, los habitantes de La Resurrección lucharon por demostrar que su identidad indígena no solo se basa en un dicho, sino en una serie de características culturales que los vinculan directamente con las civilizaciones prehispánicas que habitaron el “Valle de Puebla”.

La historia de este logro está marcada por la persistencia de los pobladores y, especialmente, por la labor de figuras como Griselda Cuatlaxahue, activista local y defensora de los derechos indígenas, quien fue clave para la formalización del proceso.

Aquí muchas comunidades adoptaron nombres de santos católicos. Foto: Pedro Alonso / El Sol de Puebla

Griselda recuerda que la primera vez que intentaron registrarse ante el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) fue en 2019, cuando el gobierno federal lanzó la convocatoria para que las comunidades pudieran inscribirse en el Catálogo Nacional de Pueblos y Comunidades Indígenas y Afromexicanas.

El grupo de habitantes que solicitó información en la dependencia local de Puebla, ubicada en el barrio de Santiago, fue recibido con escepticismo debido a la cercanía del poblado con la capital. A pesar de que los pobladores presentaron pruebas de su origen indígena, les dijeron, (sin siquiera recibir los documentos), que no eran elegibles para dicho nombramiento.

Durante años, los habitantes de La Resurrección lucharon por demostrar que su identidad indígena. Foto: Bibiana Díaz / El Sol de Puebla

Nos dijeron que no éramos candidatos a ese reconocimiento porque estábamos muy cerca de la ciudad y, según ellos, ya no éramos indígenas, lamentó Griselda. Sin embargo, los residentes no se dieron por vencidos. Durante los siguientes años, insistieron en sus esfuerzos por demostrar su identidad, a pesar de los obstáculos y la falta de apoyo institucional.

Fue entonces cuando Griselda decidió profundizar en su conocimiento sobre los derechos indígenas. Se capacitó en temas relacionados con la identidad indígena, participó en cursos, así como congresos, y comenzó a reunir información valiosa sobre los orígenes de La Resurrección.

A lo largo y ancho del municipio de Puebla, existen 18 mil 320 viviendas que no tienen servicios de agua, drenaje y electricidad. Foto: Rogelio Morales Ponce / Cuartoscuro.com

En uno de esos cursos, realizado en la Ciudad de México por el INPI, tuvo la oportunidad de presentar los documentos que respaldaban la historia de La Resurrección como mapas y planos. En uno de esos eventos, Griselda coincidió con el director jurídico del INPI, quien se mostró interesado en los relatos y pruebas.

De todo el estado de Puebla, fui la única mujer que fue aceptada a ese curso. Aproveché la oportunidad para exponer los orígenes de La Resurrección. Cuando hablé sobre los mapas, los registros históricos y los documentos que respaldan nuestra historia, el director del INPI me prestó atención, explicó Griselda. A partir de este encuentro, la comunidad empezó a ser escuchada, y el proceso de inscripción finalmente comenzó a tomar forma.

Griselda decidió profundizar en su conocimiento sobre los derechos indígenas. Foto: Bibiana Díaz / El Sol de Puebla

El reconocimiento oficial llegó en septiembre de este año, con la transferencia de derechos y responsabilidades que posiciona a La Resurrección como un sujeto de derecho público. Esto implica que, ahora, como pueblo originario, tiene derecho a acceder a recursos y programas públicos destinados a preservar sus tradiciones, su lengua y su cultura.

Es el acta de nacimiento del pueblo originario de La Resurrección. Ahora podemos exigir recursos directamente sin tener que pasar por el municipio o el estado. Es un paso muy importante, comentó con orgullo.

Identidad indígena: más allá de la geografía y la economía

Uno de los aspectos clave que llevó al reconocimiento de pueblo indígena es la identidad cultural de sus habitantes, quienes se autoidentifican como indígenas. Esta autoidentificación es un elemento esencial para preservar, así como reafirmar sus raíces y es un criterio primordial para su inclusión en el Catálogo.

Los activistas acentuaron la necesidad de revisar los títulos de concesión vigentes a nivel estatal. Foto: Jack Sellaire / Pixabay

Otro aspecto fue que el 90 por ciento de la población habla español y náhuatl, lo que demuestra el vínculo directo de la comunidad con sus raíces prehispánicas. El náhuatl no solo es hablado, sino que sigue siendo una parte fundamental de la vida diaria, especialmente en los negocios locales, donde se pueden escuchar conversaciones en la lengua ancestral.

Para los habitantes de La Resurrección, hablar náhuatl no es solo una cuestión lingüística, sino una forma de conectarse con sus ancestros y mantener viva la memoria de generaciones pasadas. En suma, muchos de los habitantes llevan apellidos que han sido transmitidos de generación en generación, y que aún conservan la sonoridad y el origen de las lenguas náhuatl.

Para los habitantes de La Resurrección, hablar náhuatl no es solo una cuestión lingüística, sino una forma de conectarse con sus ancestros . Foto: Bibiana Díaz / El Sol de Puebla

Esto último, fue documentado a través de la Revista del INAH, que es una publicación periódica del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México. Su objetivo es difundir investigaciones, estudios y contenidos relacionados con la antropología, la arqueología, la historia, el arte y la cultura de México.

Además de su lengua, La Resurrección ha preservado la agricultura, que sigue siendo una de las bases fundamentales de la vida comunitaria. Principalmente la siembra de maíz, que es una tradición que se remonta a las antiguas civilizaciones mesoamericanas.

Conmemoración de Tetela de Ocampo. Foto: cortesía

Los campesinos de la región aún practican las técnicas ancestrales de cultivo, utilizando herramientas y métodos que han sido transmitidos de generación en generación. El maíz no es solo un alimento, sino que es parte esencial de su cosmovisión y forma de vida. Incluso la famosa Feria de la Gordita tiene como base este producto, celebrando no solo la gastronomía, sino también la tradición agrícola.

La comunidad cuenta con un grupo llamado “Cuatzin Mili”, que significa “Mi bonita milpa”, el cual, fue reconocido por la Secretaría de Cultura, ya que acreditaron prácticas culturales como rituales, fiestas, ferias, actividades artísticas, artesanías y platillos de la región relacionados con productos de la milpa. Así como conocimientos sobre el cultivo y la conservación.

Un sitio arqueológico que conecta el pasado y el presente

Otro de los aspectos clave para el reconocimiento de La Resurrección como pueblo indígena es su vínculo con el territorio. La comunidad se encuentra en una zona con un sitio arqueológico que, aunque ha sido olvidado por varias administraciones, sigue siendo un testimonio de la presencia de culturas prehispánicas en la región.

La comunidad se encuentra en una zona con un sitio arqueológico. Foto: Bibiana Díaz / El Sol de Puebla

El sitio arqueológico es un punto clave para entender la historia de La Resurrección, ya que evidencia que, mucho antes de la llegada de los españoles, este territorio ya estaba habitado por pueblos mesoamericanos. Diversos estudios arqueológicos han revelado la riqueza cultural de la zona, que alberga vestigios de estructuras y artefactos antiguos.

Para Guillermina Méndez Tlaxca, otra de las defensoras de la tierra, no es fácil enfrentarse a los desafíos de la modernidad. A pesar de haber sido incluida en el Catálogo, la comunidad sigue trabajando para preservar su identidad y garantizar que las nuevas generaciones continúen con las tradiciones que han mantenido a lo largo de los siglos. En este sentido, la educación es clave.

Escasez de cacao en África dispara costos y pone en jaque a chocolateros de Puebla. Foto: Bibiana Díaz / El Sol de Puebla

Compartió que la comunidad ha iniciado la construcción de una escuela bilingüe, con el apoyo de la Secretaría de Educación Federal, que permitirá a los niños y jóvenes aprender en su lengua materna y, al mismo tiempo, integrarse al mundo contemporáneo sin perder su esencia cultural. Ya les avalaron recursos y ya cuentan con claves oficiales.

Desde su óptica, hoy, más que nunca, es necesario sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de reconocer a los pueblos originarios, no solo como un sector marginal, sino como comunidades vivas que aportan al país con su historia, sus tradiciones y su cosmovisión.

Destacó que la Resurrección es un ejemplo de cómo, a pesar de la cercanía con la modernidad y el crecimiento urbano, una comunidad puede mantener su esencia cultural y su identidad indígena.

Ambas mencionaron que este reconocimiento invita a la reflexión sobre lo que significa ser indígena en el Puebla de hoy. No se trata de estigmatizar a las comunidades rurales o aisladas, sino de valorar la riqueza cultural que aún perdura en muchos de estos pueblos.

¿Cuáles son los requisitos que establece el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) para considerar a una población como pueblo originario o pueblo indígena?

1. Identidad indígena: La población debe autoidentificarse como parte de un pueblo o comunidad indígena. Es decir, la comunidad debe tener una identidad indígena reconocida por sus propios miembros.

2. Lengua indígena: La comunidad debe hablar y conservar una lengua indígena, aunque no es necesario que todos sus miembros la hablen.

3. Territorio o asentamiento tradicional: La comunidad debe habitar un territorio que históricamente ha sido ocupado y utilizado por su pueblo. Este territorio debe tener una relación cultural, social y económica con la comunidad.

4. Organización social y política propia: Las comunidades indígenas deben contar con una organización social y política propia, que puede variar según las costumbres y tradiciones locales, pero que debe permitir a la comunidad autorregularse y tomar decisiones colectivas para el bienestar de sus miembros, en este caso su juez de paz.

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5. Costumbres y tradiciones indígenas: La comunidad debe mantener vivas sus costumbres y tradiciones, como prácticas religiosas, rituales, festividades, sistemas de organización productiva, sistemas de salud, y otras actividades que forman parte integral de su identidad indígena.

6. Historial de marginalización o discriminación: Esto puede incluir falta de acceso a servicios básicos, pobreza extrema, desplazamiento forzado, o violación de derechos.

7 Proceso de inscripción ante el INPI: Para que una comunidad sea reconocida oficialmente, debe presentar una solicitud formal ante el INPI, aportando pruebas que demuestren que cumple con los criterios mencionados. Esto incluye la recopilación de información sobre su identidad, lengua, territorio, organización y costumbres.

El INPI deberá de evaluar la solicitud y, si la comunidad cumple con los requisitos, se le incluirá en el Catálogo de Pueblos y Comunidades Indígenas de México.

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