“La vida no está hecha para sufrir”

Pilar Pérez

  · domingo 9 de abril de 2017

Foto: Bibiana Díaz

Ser creativa, al parecer, es un instrumento que ha permitido aSilvia Medrano López, a no dejarse vencer ante cualquierobstáculo que a lo largo de 60 años ha debido enfrentar, puesestá segura que la vida no está hecha para sufrir. A su edadtiene un negocio de servicio de banquetes, en el que destaca lacomida española y, también, aprende de carpintería.

Es una mujer jovial y ansiosa por aprender todo lo que pueda. Notiene miedo de descubrir cosas nuevas, mucho menos de trabajar,pues desde muy pequeña, a los siete años de edad, se empleólavando trastes y en otras labores domésticas hasta que a los 14se convirtió en asistente de un médico, quien la ayudó aingresar a la Facultad de Medicina.

Pero durante unas vacaciones, en un periodo al terminar elquinto semestre, entró a trabajar como cajera a un banco, por loque dejó la escuela y permaneció empleada ahí unos 13 añoshasta convertirse en ejecutiva de cuenta.

Sabe que de cualquier experiencia hay un aprendizaje. Esto loreafirmó cuando, mientras estaba en el banco,  capacitó a unapersona en el área de cajas, pero, ésta un día hizo un fraudedel cual fue acusada Silvia, por lo que pasó dos meses y medio enprisión, hasta que se aclaró su situación y se reincorporó a suvida, que justo en ese momento se encontraba descontrolada.Mi vida no ha sido fácil. A lo mejor quien mevea va a decir que tuve todo, que tuve una vida tranquila, pero no,fui hija de un matrimonio disfuncional. Mi papá se fue y dejó acinco hijos, todavía le llevó a mi mamá otro hijo que no era deella y mi mamá lo crió; entonces, trabajamos en lo que se podía,desde chiquitos”, dijo. Silvia compartió algunos de losmomentos más dolorosos de vida con El Sol de Puebla, no paralamentarse sino para mostrar a otros que sin importar lasadversidades, una persona siempre tiene la oportunidad de saliradelante.

Luego de superar uno de los momentos más complicados, que fueestar en prisión, comenzó a trabajar en un restaurante de comidaespañola y como su mamá sabía sobre gastronomía libanesa, tuvola oportunidad de aprender a preparar diferentes platillos, graciasa lo cual, actualmente, tiene sus propios ingresos.

Es madre de tres hijos, dos de ellos están bajo su cuidadoporque hace alrededor de una década su hermana falleció, por loque Silvia se hizo cargo de los pequeños, que en ese entonces eranunos niños, ya que ahora una de ellas también tiene a subebé.

“Siempre he sido una persona que me gustan  los retos”,expresó mientras explicaba que actualmente en la Casa del Abue,hace unos tres meses que llegó, se inscribió en el taller decarpintería, donde ya diseñó y elaboró su primer mueble, por loque ahora está enfocada en hacer un comedor para su casa.

SIEMPRE HE TRATADO DE NODOBLEGARME

“Ante la adversidad, siempre he sacado la casta, nunca hepadecido depresión, siempre trato de ver la vida desde otro puntode vista, no venimos a sufrir. Dios tiene un plan para cada uno denosotros y yo siento que yo no vine a sufrir, yo tengo unpropósito de estar aquí”, agregó.

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Consideró que el propósito podría ser demostrar a otraspersonas, especialmente a sus hijos, que una persona siempre puedesalir adelante enfrentándose a los problemas, porque el éxito nose adquiere ni robando, ni diciendo mentiras o haciendo daño a laspersonas sino trabajando.

“Yo le doy gracias a Dios de que todas las personas que ha idoponiendo en mi vida, ha sido para  bien”, dijo al tiempo deagregar todos los tropiezos son  los que hacen fuertes  a laspersonas. Yo creo que eso es lo que va haciendogrande a las personas, si tú no tienes problemas, nunca vas aaprender. La familia, los mejores amigos te pueden dar unapuñalada, te pueden hacer muchas cosas”, dijo.APRENDE CARPINTERÍA

Con todas las experiencias por las que ha pasado, la creatividadsiempre ha sido su aliada, pues para no dejarse vencer se ha vistoen la necesidad de inventar nuevas formas de salir adelante, teneruna opción para sobrevivir y ser una buena persona.

Por ejemplo, después de trabajar en el banco, entró a laboraral restaurante, pero para poder desarrollarse plenamente, requirióde creatividad para aprender sobre la elaboración de los platillosy fue con esta inventiva que logró constituir su negocio deservicio de banquetes.

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Ahora, en la Casa del Abue, a donde llegó hace tres meses, latécnica es la misma: la creatividad, pues gracias a estos estáaprendiendo nuevas cosas y se siente alegre, pues ahora tiene másamigos. Me gusta crear, porque la cocina es unlaboratorio, yo creo, yo invento. Acá también es crear cosas ytodo eso de crear me gusta, para mí son retos. Cómo me va asalir, qué me va a salir. Hice apenas un mueblecito, me quedó unpoco chueco, pero es mi orgullo, ya sé cómo hacer nuevascosas”, agregó. Con las nuevas máquinas tiene nuevosaprendizajes y a diferencia de lo que muchos pensarían, estetrabajo también es para las mujeres y sus compañeros le estánayudando a perfeccionar las técnicas.