Amante de las relaciones internacionales y del ejercicio político, la ex alcaldesa de Puebla, Blanca Alcalá Ruiz, quien hoy se desempeña como Secretaria de Asuntos Migratorios del Comité Ejecutivo Nacional al interior del PRI, también es esposa, mamá, hija y feliz abuela.
Desde pequeña se interesó por los asuntos públicos que su papá atendía como delegado de la Secretaría de Agricultura y Ganadería; cuando falleció, su mamá se integró a la misma dependencia para tratar temas relacionados con las mujeres campesinas y otras problemáticas que llamaron su atención.
Al paso de los años, estas experiencias de su niñez, en su adolescencia se sumaron a su gusto por la historia, la economía y su interés por saber lo que estaba pasando en el país, entonces decidió estudiar Relaciones Internacionales y Ciencias Políticas. Siempre fue una estudiante de buenas calificaciones, así que se propuso obtener una beca en la Universidad de las Américas y lo logró.
Para ir a la universidad tomaba un autobús que la trasladaba de Puebla a Cholula y durante los trayectos se relacionaba con las personas que utilizaban el transporte público, desde la madre que traía al niño enfermo o la persona que venía a vender sus productos. Esto, junto con el esfuerzo que veía que su madre hacía por sacar adelante a sus cinco hijos, fue lo que la motivó a involucrarse en esas áreas relacionadas con la toma de decisiones de los asuntos públicos.
“Desde chiquita yo quería hacer cosas que trascendieran y que beneficiaran a la población, y para lograr cada una de las metas que me proponía tenía que emplearme a fondo, como estudiante, como profesionista, aunque ello exigiera trabajo extra, fuera de lo que puede ser el confort de un fin de semana, y siempre con respeto de las personas a mi alrededor”, señala.
“Tomar decisiones para ayudar a las personas a mejorar su calidad de vida, cosas que a veces son subjetivas pero que a la hora de que palpas ese impacto en la población que no conoces y en tus manos estuvo hacer que las cosas estuvieran mejor, es algo que me apasiona enormemente y quizá es parte de lo que define mi vocación en la política, en el buen entendido de lo que significa ´hacer política´”, sentencia.
EL CAMINO AL ÉXITO
Haber ocupado diversos cargos a lo largo de 30 años de ejercicio político ha sido un privilegio para Blanca, primero como Secretaria de Finanzas, después haber sido la primera delegada del Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos, ser elegida como primera Presidenta Municipal de Puebla, también ser la primera Senadora electa y Embajadora de México en Colombia.
Todos ellos han sido retos muy satisfactorios que ha alcanzado con arduo trabajo, porque el camino no ha sido fácil, sobre todo por ser mujer.
“Cuando estaba a punto de acabar la carrera me empecé a involucrar en áreas que curiosamente en el PRI tenían que ver con los temas de la mujer, en la Agrupación Movimiento Femenil Revolucionario (AMFER). Después fui escalando distintas posiciones y no fue fácil, estaba muy joven, iba a cumplir 20 años y en esa época, te ven chica y hay gente que no toma en serio a quienes están empezando, y mi doble condición de ser mujer lo hacía más complejo, había que esmerarse el doble”, detalla.
Para destacar profesionalmente se necesita mucha disciplina, asegura, y agrega que más que fórmulas mágicas, tiene que ver con tu desempeño, tomarte las cosas muy enserio y prepararte todos los días para ello, sin apartarte de tus valores, tus creencias y las metas que te propusiste.
“Con mucho trabajo se han ido rompiendo tabús que existen con relación a quién puede ejercer el poder y tener un buen desempeño en la administración pública (…) cada día se replica con mayor frecuencia el caso de mujeres exitosas en el ejercicio del gobierno, primeras ministras, jefas de estado o bien liderando una cámara o el parlamento (…) con la pandemia del covid se ha visto que las mujeres en el mundo han dado lecciones de cómo se toman decisiones asertivas que van de la mano con la sensibilidad que se requiere”, añade.
UNA MUJER AFORTUNADA
Esfuerzo, dedicación y sacrificio, han sido parte del camino que ha recorrido Blanca, una mujer disciplinada y auténtica, a la que le gusta estudiar y prepararse para entregar resultados. “Las mujeres no tenemos espacio para equivocarnos” así que hay que aprender a organizarse para que entregar los mejores resultados no solo en el trabajo, también en la casa, con la familia.
“He sido una mujer muy afortunada en muchos ámbitos, incluyendo mi vida familiar. Este año voy a cumplir 37 años de casada, mi esposo ha sido el único hombre de mi vida y de esa historia, primero de amistad, luego de cariño y amor, hemos ido construyendo una relación de respeto. Eduardo no tiene nada que ver con los asuntos de la política pero siempre los ha respetado y, en la medida de sus posibilidades, siempre me ha respaldado y apoyado”, enfatiza.
Esto ha sido fundamental para que su matrimonio haya funcionado y poder sacar adelante a sus dos hijos, que ha sido uno de sus mayores retos: Karina, quien le heredó la vena y la pasión por la política, y Rodrigo, que se dedica a las finanzas y adquirió su gusto por la economía; y que dice, siempre han sido bien portados y nunca le dieron problemas en la escuela.
Una de las mayores pasiones de Blanca, es la lectura y también le gusta mucho viajar, porque le permite conocer otras culturas, ciudades, países.
Un día normal para ella significa levantarse muy temprano, hacer ejercicio y después arreglarse para poner en orden las actividades que tenga que desempeñar. El domingo es día familiar, de más convivencia con sus hijos y su mamá, y a veces, le toca cocinar.
“Un día a la semana viene mi nieta a comer, estamos debutando en el papel de abuelos, muy contentos, pensando en cómo la vida es tan generosa y los nietos te llegan como un regalo, cuando tú no los pediste”, concluye.
- Estudió Relaciones Internacionales en la UDLA y tan buena alumna fue que, a solo 15 días de haber egresado, le propusieron ser catedrática; más tarde estudió la maestría y el doctorado en Administración Pública.