En Puebla existe la Ley de Fraccionamientos y Acciones Urbanísticas del Estado, en la cual, se determina que los fraccionamiento y unidades habitacionales deben de disponer el 20 por ciento de todo su espacio para áreas verdes, sin embargo, para especialistas en el tema, es letra muerta, ya que los ayuntamientos son los encargados de que cumplan con esta normativa al momento de su construcción, pero con el paso de los años, no vuelven a verificar que sea utilizado para el mismo fin.
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En la mayoría de los fraccionamientos, lo que solía ser un área verde se convirtió en un espacio adoquinado para canchas, bancas, capillas, salones sociales, área de juegos, entre otros, y el pasto, así como los árboles quedaron en segundo plano. Esta situación ha hecho que la mancha urbana crezca y que no exista el número idóneo de áreas verdes en los municipios.
Los entrevistados coincidieron en que urge que dicha Ley sea modificada y que obligue a los constructores a aumentar este 20 por ciento para ayudar al medio ambiente, pero a su vez, consideraron que debe de existir una figura que se encargue de darle seguimiento al tema y que no permitan retirar la cobertura vegetal, pues su fin, es minimizar los efectos del cambio climático.
No hay alguna autoridad que vigile que cumplan con este requisito
En entrevista con este medio, Antonio Ferrer Martínez, integrante de la organización Árboles Patrimoniales de Puebla, explicó que las áreas verdes en los fraccionamientos son fundamentales por varias razones. En primer lugar, promueven un ambiente más saludable para los residentes al proporcionar espacios para la recreación al aire libre, el ejercicio y el contacto con la naturaleza. Estas áreas también contribuyen a mejorar la calidad del aire, reducir la contaminación acústica y crear un microclima más fresco.
Las áreas verdes en los fraccionamientos son esenciales para mejorar la calidad de vida de los residentes, fomentar la sostenibilidad ambiental y promover el bienestar comunitario. No obstante, esto no se está cumpliendo, ya que los encargados de estos lugares, permiten que se reemplacen por otro tipo de arquitectura y hasta el momento, no hay alguna autoridad que vigile que cumplan con este requisito.
“La Ley de fraccionamientos está en el ámbito estatal y aunque genera el marco general y establece que los fraccionamientos deben otorgar esta área mínima que es del 20 por ciento de superficie, quienes lo aterrizan son los municipios dependiendo sus programas de ordenamiento territorial (…) el problema es que cada municipio es muy diferente y hay lagunas legales que podrían argumentar y es letra muerta, porque está ahí, pero queda a criterio de los municipios”, declaró.
Ferrer Martínez indicó que no hay ni el Estado ni los ayuntamientos tienen interés en el tema, pues no han designado una dependencia para inspeccionar que los fraccionamientos cumplan con el área verde tras el paso de los años y mucho menos, que exista un castigo por retirarlas. Solo se encargan de avalarlos cuando presentan su proyecto inicial, le dan luz verde a la hora de la construcción, pero no hay seguimiento, ni se verifica que dichos fraccionamientos sigan con el mismo porcentaje de área verde.
La organización para la que trabaja, está impulsando una “agenda ciudadana por los árboles y áreas verdes”, en la que solicitan a los candidatos a diferentes cargos de elección popular, que se defina una figura responsable de la estructura pública municipal y que atienda el tema de arbolado y áreas verdes. Asimismo, fortalecer la ley existente, para que se respeten las áreas verdes y se impulsen parques en todas las colonias.
Fabrizio Pizar Rojas, consejero de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI), confirmó que la Ley de Fraccionamientos y Acciones Urbanísticas del Estado, es la que determina las áreas de donación y las áreas libres que debe de dejar un fraccionamiento a la hora de construirse. Todos los proyectos están obligados a tener áreas verdes y a presentar su impacto ambiental, con este último, determinarán cuántos arboles deben de reponer por su construcción.
No hay una cifra exacta de árboles que marque la ley, pero si la construcción es de menos de mil 500 metros de construcción, los ayuntamientos serán los encargados de estas regulaciones y si rebasa dicha cifra, será el gobierno del estado. Desde su óptica, aunque hay una regulación municipal, se necesita supervisión municipal para que se cumpla esta normativa.
Su exhorto para los desarrolladores o personas que pretenden invertir en un conjunto habitacional deben es que tengan este compromiso social de incluir áreas verdes para promover estilos de vida saludables, crear espacios comunitarios para el esparcimiento y fomentar la interacción entre vecinos. Asimismo, respetar las leyes, la sustentabilidad y tomar en cuenta los impactos ambientales.
Áreas verdes de fraccionamiento de Puebla terminaron como canchas, salones sociales y hasta capillas
El Sol de Puebla acudió a diferentes fraccionamientos y unidades habitacionales que están ubicados en la capital poblana y se pudo comprobar que muchos de ellos dejaron de lado sus áreas verdes por tener canchas, salones sociales o hasta capillas. Tal fue el caso del conjunto habitacional Fuentes de San Bartolo, pues cuando se construyó contaba con un área verde de 100 metros por 60 metros aproximadamente.
Con el paso del tiempo, en este lugar construyeron una cancha y actualmente cuenta con 30 árboles, algunos de ellos ya se están secando, muy pocos generan sombra y los que están en proceso de crecimiento ya los cercaron. El pasto que había fue retirado por la cancha.
Uno más es Jardines de Santa Rosa, su área verde cuenta con un aproximado de 10 árboles, pero ni uno de ellos genera sombra, hay palmeras secándose y dos árboles que ya no cuentan con hojas. A este lugar, le quitaron un tramo para convertirlo en capilla y aunque más adelante cuentan con otros dos espacios verdes, se encuentran en la misma situación, el pasto está amarillo y son más arbustos que árboles.
El fraccionamiento Hacienda Santa Fe cuenta con 50 árboles que rodean el área verde, la mayoría son de tamaño medio, no generan sombra y el pasto es amarillo, no tiene mantenimiento. Mientras que en el Fraccionamiento Bicentenario el área verde se convirtió en un lugar olvidado en donde solo hay cuatro juegos y los vecinos lo ocupan como cochera.
Hacienda de Santa Clara solía tener una gran área verde que posteriormente fue ocupada para instalar una escuela y aunque en cada casa hay un árbol, no se cuenta con un espacio amplio para recreación. En el Fraccionamiento El Carruaje también hay árboles pequeños, son pocos los juegos y han utilizado concreto para embellecer el lugar.
Mateo de Regil contaba con varias áreas verdes en el pasado, pero con el paso de los años, se sustituyeron por una cancha sintética de fútbol, una cancha de basquetbol, una cancha de skate, juegos, bancas y al igual que los antes mencionados, los árboles pasaron a segundo término, siendo escasos y no cumpliendo con su objetivo principal, que es generar sombra y ayudar al microambiente.
Sólo hay una iniciativa para mejorar la situación, pero sigue en estudio
Debido a que ni el Estado ni los ayuntamientos se hacen cargo de esta problemática, en el Congreso local se impulsó la Ley de Arbolado y Áreas Verdes de Puebla, la cual, pretende crear un nuevo marco estatal que homologue los procesos que en la práctica los municipios atienden, a fin de generar un instrumento que permita un desarrollo urbano sustentable.
Esto quiere decir que la Ley de Fraccionamientos y Acciones Urbanísticas se armonizarán con los Lineamientos Ambientales Municipales y ningún fraccionamiento podrá podar, derribar o trasplantar arboles sin que previamente el Estado y el Ayuntamiento lo autoricen. En suma, estipula que todos los fraccionamientos deberán contar con árboles y áreas verdes en áreas de uso común, andadores y banquetas previendo como mínimo un árbol por cada lote o condominio.
En caso de que no cumplan, habrá “consecuencias jurídicas aplicables” y los Ayuntamientos deberán llevar a cabo acciones de implementación de vegetación natural y arborización. La iniciativa fue propuesta por Laura Ivonne Zapata, Roberto Solís, Nora Merino, Guadalupe Leal y Jaime Natale, pero, hasta el día de hoy, sigue en estudio.
Por su parte, activistas en pro del medio ambiente, sugirieron actualizar el Inventario Municipal de Áreas Verdes, para verificar que cada fraccionamiento cumpla con el 20 por ciento que la Ley marca, pero también para que no le hagan modificaciones que atenten contra el espacio natural.
Un árbol maduro puede absorber hasta 150 kilogramos de dióxido de carbono al año. Especialmente en ciudades con altos niveles de contaminación, los árboles pueden mejorar la calidad del aire, haciendo de las ciudades lugares más saludables para vivir.
Destacó que ubicación estratégica de los árboles en las ciudades puede ayudar a enfriar el aire entre 2 y 8 grados Celsius, reduciendo así el efecto de "isla de calor" urbano y ayudando a las comunidades urbanas a adaptarse a los efectos del cambio climático.
Los árboles grandes son excelentes filtros para contaminantes urbanos y partículas finas. Absorben gases contaminantes (tales como monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno, ozono y óxidos de sulfuro) y filtran partículas finas como polvo, suciedad o humo del aire atrapándolos sobre las hojas y la corteza.
Las investigaciones demuestran que vivir cerca de los espacios verdes urbanos y tener acceso a ellos puede mejorar la salud física y mental, por ejemplo, disminuyendo la tensión arterial alta y el estrés. Esto, a su vez, contribuye al bienestar de las comunidades urbanas.
