Hace unos días el Congreso local de Puebla aprobó la Ley de Voluntad Anticipada, un dictamen con el que una persona desahuciada podrá acceder una muerte digna y sin sufrimiento. Esta reforma fue avalada durante el último día del periodo ordinario de la actual legislatura. Pronto entrará en vigor.
La entidad poblana no es la única que cuenta con esta alternativa, pues también está disponible en otro estados de la República, tal es el caso de la Ciudad de México, Coahuila, Aguascalientes, San Luis Potosí, Michoacán, Hidalgo, Guanajuato, Guerrero, Nayarit, Estado de México, Colima, Oaxaca, Yucatán y Tlaxcala.
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En la capital del país para acceder a esta opción no es necesario estar enfermo o sufrir algún accidente, ya cualquier ciudadano puede solicitar este servicio como una medida preventiva. Esta ley puede confundirse con la eutanasia, algo que es legal en distintas naciones, aunque tiene diferencias importantes.
¿En qué consiste la voluntad anticipada?
La Ley de Voluntad Anticipada le permite a un paciente con una enfermedad terminal suspender por decisión propia su tratamiento curativo, por lo que de inmediato podrá comenzar con otro proceso para aliviar su sufrimiento.
En otras palabras, a través de este mecanismo una persona puede decidir si quiere ser sometida o no a procedimientos médicos que pueda prolongar su vida cuando se encuentre en la última etapa, por lo que así fallecerá de forma natural.
Para que esto pueda funcionar la o él interesado en pleno uso de sus facultades mentales tendrá que llenar un formato oficial que deberá legalizar ante un notario público o personal de la salud, en donde dejará clara sus intenciones.
Tendrá que ir acompañado de dos testigos, que no podrán ser menores de edad, médicos tratantes, familiares del enfermo, personas inestables mentalmente, quienes hablen otro idioma al que entiende el paciente o que hayan sido condenados por delito de falsedad.
¿Cuál es la diferencia con la eutanasia?
Por otro lado, la eutanasia es comprendida como el método que realiza un profesional de la salud para terminar con la vida de alguien que ha sido desahuciado para que no sufra. Solo se aplicará cuando el paciente lo haya aceptado.
La diferencia principal se encuentra en que con la voluntad anticipada se respeta el proceso natural de la muerte del paciente, algo que no ocurre en la eutanasia, pues en este caso se aplica un proceso para que sea más rápido su fallecimiento.
Esto fue explicado por el Instinto Nacional de las Personas Adultas Mayores: “la voluntad anticipada no prolonga ni acorta la vida, respeta el momento natural de la muerte y favorece la atención y los cuidados paliativos al final de la vida, es decir, ofrece acompañamiento al paciente sin intervención médica durante esta última etapa”, sostuvo el organismo.
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