Cuatro años después de su existencia, la prohibición del uso de bolsas de plástico desechables en Puebla ha sido ignorada. La mayoría de los comercios continúan otorgándolas a sus clientes y en unos casos las venden, supuestamente para “evitar” su utilización, lo que resulta infructuoso debido a que la gente opta por pagar de uno a cinco pesos con tal de tener en qué guardar sus productos.
Pese a que el 15 de mayo de 2019 el Congreso del estado aprobó prohibir el empleo de bolsas de plástico en la entidad, esto no se lleva a cabo, pues son pocos los negocios que se sujetaron a este cambio, aun cuando podrían ser acreedores a una sanción de mil 200 a 42 mil pesos e incluso la cancelación de su licencia de funcionamiento.
En el marco del Día Internacional Libre de Bolsas de Plástico, que se conmemora este lunes, Francisco Javier Sánchez Ruiz, profesor de la Facultad de Ingeniería Ambiental y Desarrollo Sustentable de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), refirió en entrevista que el retiro de bolsas no se cumple en Puebla, pues al avalarse hubo vacíos jurídicos que impidieron su aplicación.
Desde la perspectiva del especialista, esta situación no va a cambiar en uno, dos o tres años, sino en 10 o incluso 15 años, pues la conducta de la ciudadanía, la de los dueños de comercios y la industria de los plásticos tiene que pasar por un proceso que conlleva disciplina, concientización y sobre todo una fuerte inversión.
Asimismo, se observa que falta precisión para no comercializar las bolsas desechables en caso de que los usuarios no tengan en qué llevar sus compras, así como no existe una revisión por parte de las autoridades para sancionar a quienes incumplan. Por ello opinó que es importante que se replantee esta medida para la entidad sobre el manejo y uso de estas.
“La ley no te lo prohíbe, pero tampoco te dice que lo puedes hacer, habría que sentarse otra vez a analizar la ley de plásticos de un solo uso para poder establecer cuáles sí y cuáles no, que tengan claro las personas o comerciantes, así como la industria productora cuáles se pueden producir y cuáles van a poder comercializar en mayor proporción”, aseveró.
Destacó que la falta de precisión puede observarse en algunos negocios que hacen uso de las bolsas que traen la leyenda de “reutilizable”, pero la realidad es que estas tampoco deberían de regalarse ni venderse, puesto que la gente no las vuelve a ocupar.
Plástico biodegradable es más caro, ¿cuánto costaría?
Sánchez Ruiz comentó que los comercios grandes, como supermercados o tiendas departamentales, cambiaron las bolsas de plástico por papel, además de incentivar el empleo de aquellas que son reutilizables, no obstante, los negocios pequeños omiten este cambio, y al no haber sanciones persisten con prácticas que desencadenan la contaminación ambiental.
Indicó que tan solo en la capital poblana se recolectan entre 12 y 13 toneladas de bolsas de un solo uso al día, lo que es alarmante, pues a la fecha, después de entrar en vigor (en 2020) la prohibición del uso de desechables como unicel, popotes y bolsas de plástico, no se observa una reducción, ya que en años pasados las cifras eran similares.
Precisó que también es en los mercados donde más se puede ver cómo se entregan las frutas y verduras en bolsas plásticas, por lo que es indispensable que la supervisión se haga en todo tipo de comercio.
Igualmente, explicó que para que verdaderamente exista un cambio en mejora del ambiente, las empresas deben producir desechables y envolturas con otro tipo de materias que no sean petróleo, por ejemplo fécula de maíz y bambú. Aunque dijo que son solo unas opciones.
Sin embargo, advirtió que tendría un costo mayor, pues si la producción de una bolsa desechable cuesta 15 o 20 centavos, hacerla con materiales biodegradables costaría cinco pesos. Por esto es que “sale más barato producir las bolsas de plástico normales que apostarle a la ecología”.
“Estamos hablando de casi el 5 mil por ciento de incremento en la inversión para producir productos no dañinos al medio ambiente (…) hay poca factibilidad de hacer un cambio a los procedimientos de producción”, argumentó.
Ciudadanos responsables solo es un 10%
En un recorrido realizado por El Sol de Puebla en comercios de diferente giro comercial se constató que por cada 10 personas que acuden a comprar, solo 3 son las que llevan sus recipientes o bolsas reutilizables. Ante esto es que en los negocios optan por vender una bolsa para no perder a sus clientes, pero también para generar una ganancia adicional.
Pollerías, jugueterías, tiendas de abarrotes, entre otros, son las que han colocado un anuncio respecto a que ya no se entrega bolsa, pero en caso de requerirse se puede comprar por una cantidad de hasta cinco pesos, dependiendo del tamaño.
Alejandra, encargada de atender un local de pollos rostizados, comentó que son contadas las personas que acuden con un tupperware para que les pongan ahí la comida, ya que los clientes consideran que es obligación del lugar brindarles una bolsa. Por lo que aseguró que la gente desconoce este cambio.
Sostuvo que de un total de 100 personas que acuden a comprar diariamente, el 60 por ciento adquiere una bolsa de un solo uso, el 30 por ciento mete la comida en una mochila, morral o bolsa de tela y el 10 por ciento restante lleva un recipiente.
“Cuando llega la gente está con la idea de que se les va a dar bolsa, pero cuando les decimos que no y que se cobra se enoja, nos dicen que es nuestra obligación. La gente es así, llevamos año y medio retirando los desechables y pues la gente no se adapta todavía”, dijo.
A su vez, Laura, quien atiende un negocio de juguetes, mencionó que han buscado eliminar las bolsas, pues en caso de que no tengan en qué llevarse sus artículos se les vende una bolsa de tela, que vale cinco pesos.
Esta práctica les ha costado algunos clientes, quienes enojados insultan a los trabajadores del lugar y prefieren irse a otra tienda.
“La gente es terca, son necios, cuando les decimos que no damos bolsas se enojan, les decimos que podemos venderles bolsas ecológicas, pero como no quieren pagar mejor se van”, expresó.
Pandemia motivó el uso de bolsas reciclables y recipientes
En la pandemia de coronavirus no todo fue malo, ya que la gente acudía a comprar sus productos y llevaba sus tuppers, canastas, bolsas de tela o frascos, aseguró Carmen, comerciante de semillas y chiles secos en la capital poblana. Aseveró que fue en las fechas donde había un alto número de casos que notó este cambio.
Para evitar el contacto, los clientes llevaban sus propios utensilios y no se les daba una bolsa o papel de estraza para sus productos, lo que resultó benéfico para su comercio, pues no se tenían que comprar muchos rollos de bolsas de plástico.
“A la gente le daba miedo que se contagiaran y venían con sus trastes, les servimos en esos sus semillas o lo que llevaran y con eso dábamos menos bolsas. Sí, vimos cómo nos ayudó a no gastar tanto en desechables”, aseguró.
En otros locales, como en las dulcerías, se empacan las golosinas en cajas de cartón, pero solo cuando son varios productos los que se adquirieron, ya que de lo contrario no se les da una bolsa, a menos que la compren.
Pedro, trabajador de una tienda de dulces, expuso que en los dos años que llevan de ya no regalar bolsas ha notado que poco a poco la gente se acostumbra, por lo que no dudó que en unos años esto se replique en otros negocios para mejora del medio ambiente.
Restaurantes incentivarán el uso de tuppers
Para que los clientes se concienticen sobre dejar un mejor lugar para las próximas generaciones y lleven sus recipientes para su comida siempre y cuando el servicio sea para llevar es que se buscará incentivarlos con un descuento, un postre o algún cupón, adelantó el presidente de la Cámara Nacional de la industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) en Puebla, Carlos Azomoza Alacio.
“Vamos a proponer que haya un incentivo para los clientes que lleven en qué ponerles su comida, yo creo que con esto vamos a impulsar que la gente lo haga más seguido”, celebró.
Manifestó que son los fines de semana cuando se observa que las familias llevan sus recipientes, pues prefieren comer en casa, mientras que entre semana los comensales disfrutan de los alimentos en el negocio de comida.
Afirmó que los mil 500 agremiados a la Canirac han cambiado el uso de desechables de unicel y bolsas de un solo uso, ya que antes de la pandemia se empezaron a utilizar los productos biodegradables.
“Hemos estado capacitando a todo el comercio para que ya no se use este tipo de producto. Ocupar todo producto biodegradable si es más caro, pero debemos ser responsables con cómo vamos a dejar el planeta a las futuras generaciones”, apuntó.
Finalmente, comentó que para lograr un cambio debe haber un trabajo conjunto con las autoridades, comercios y ciudadanos, pues de lo contrario, no se dejará de dar bolsas de plástico.
