“Quedamos a la voluntad de Dios”, narra Esperanza Camarillo, una de las tantas personas que vieron afectadas sus viviendas tras la lluvia que azotó a la ciudad de Puebla, y municipios conurbados, la tarde de ayer.
Las calles de diversas colonias al sur, entre ellas 20 de Noviembre, Bernabé Temoxtitla y Flor del Sur, amanecieron con sus calles cubiertas de lodo y piedras, traídas por la lluvia. En el sitio, desde la noche de ayer y durante esta mañana, trabajaron diversos elementos de Protección Civil estatal, para destapar los registros de drenaje, saturados por el agua que se quedó estancada.
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En la colonia San Berbabé Temoxtitla se registraron cuantiosos daños en la Privada Rosas y calles aledañas. Una de las afectadas fue Lizeth León Flores, quien durante tres años trabajó para construir su casa en un lote de esta calle.
En el sitio reunió diversos electrodomésticos y materiales de construcción, pues su vivienda estaba casi lista para ser habitada y esperaba pronto irse a vivir allá junto a su hija. Sus planes fueron detenidos, pues esta mañana vio su casa cubierta de agua y su refrigerador, lavadora y otros muebles, destrozados.
Por su parte, Marisol Cruz, habitante de la misma zona, narra que el agua rompió el techo de lámina que cubría su cuarto. La lluvia destrozó, además, sus muebles de cocina y provocó que, ella y su familia, no durmieran durante la noche del martes para sacar el agua de su casa.
“Nos asustamos mucho, nunca habíamos visto una lluvia así, desde las cinco de la tarde que empezó y hasta las once de la noche, seguíamos trabajando, nos quedamos sin techo y sin refrigerador, la comida se nos va a echar a perder", lamenta.
El piso de su vivienda amaneció cubierta con una espesa capa de lodo, la cual han intentado limpiar desde la madrugada, sin tener éxito. Sus colchones, cubiertos de agua, quedaron inservibles.
Cruzando la Avenida Carmelitas, en la colonia 20 de Noviembre, el escenario se agravó para las familias que habitan las cerca de 400 manzanas que conforman la zona.
Una de ellas es el caso de Soledad Francisco, quien comparte entre lágrimas la angustia que vivió junto a sus cinco hijos la tarde de ayer, pues al vivir en una casa de un piso, hecha con láminas y tablas de madera, fue imposible encontrar un lugar seguro para resguardarse.
“Teníamos mucho miedo, ahora seguimos limpiando y viendo que podemos rescatar, mis niños y yo no hemos podido ni comer por seguir barriendo y sacando el agua”, agrega.
En esta colonia, conformada en su mayoría por pequeñas viviendas de un cuarto y sin servicios, hasta el medio día seguían sin recibir apoyo de Protección Civil, pues diversas fueron las zonas afectadas por la lluvia de ayer.
“Yo abracé a mi gato llorando, esperando que la lluvia no terminara de quitar todo el techo de mi casa y que destrozó lo poco que tenía, hasta el momento ni la luz ha regresado a mi casa, vivimos un momento horrible”, finaliza Paola.