Los municipios de San Nicolás de los Ranchos y Nealtican, ubicados en las faldas del volcán Popocatépetl, se han visto afectados por la gran cantidad de ceniza volcánica que ha cubierto las calles y las viviendas en los últimos días. Ante esta situación, los habitantes han tenido que tomar diversas medidas para hacer frente a los efectos de este fenómeno natural.
La ceniza volcánica, producto de la actividad eruptiva, ha generado una capa espesa que afecta la calidad del aire en estas zonas, motivo por el que los residentes se han visto obligados a tomar acciones para mantener limpias las calles y minimizar los riesgos para su salud y la de sus animales.
Uno de los principales desafíos ha sido la limpieza constante de las vías públicas, ya que la ceniza se acumula rápidamente, por lo que los habitantes se han encargado de barrer las calles y retirar la ceniza en la medida de lo posible. Esta labor se ha vuelto una tarea diaria para mantener las vías transitables y evitar el contacto con este material.
Tal es el caso de la señora Concepción Espinosa Grande, quien se encarga de la limpieza en la clínica de San Nicolás de los Ranchos quien en estos días ha tenido que reforzar las actividades de barrido para retirar la ceniza que se acumula enfrente del inmueble y en su interior, donde, en una sola barrida acumula hasta cinco cubetas de ceniza.
“La actividad ha estado muy fuerte. Ayer y antier estuvo tronando mucho y el volcán ha tirado mucha ceniza, y sí, el polvito afecta mucho a la garganta y los ojos, se irritan muy rápido. A veces a uno le agarra una gripa porque el polvo se filtra por el cubrebocas y se siente la garraspera”, compartió con El Sol de Puebla.
Incluso, durante los 10 minutos que compartió sus experiencias, Concepción recogió aproximadamente unos 20 montones de ceniza que previamente ya había acumulado con la escoba. No obstante, una sola barrida al día no es suficiente, por lo que esta actividad, dijo, la tiene que repetir al menos unas seis veces en su turno de actividades.
“Lo voy barriendo, lo acumulo, lo echo en el tonel de basura y después el camión se lo lleva”, relató.
Población vulnerable usa el cubrebocas
Otra medida importante que se ha adoptado es el uso de cubrebocas para proteger las vías respiratorias de los residentes, debido a que la ceniza volcánica puede contener partículas finas que representan un riesgo para la salud, especialmente para las personas con enfermedades respiratorias preexistentes o sensibilidades alérgicas, por lo que el uso de mascarillas ayuda a mitigar estos riesgos y reducir la exposición a los contaminantes atmosféricos.
Sin embargo, se ha observado que los grupos más vulnerables, como los adultos mayores y los infantes, son los que están siendo más cuidadosos y tomando precauciones adicionales para proteger su salud. Los adultos mayores, quienes suelen ser más propensos a padecer enfermedades respiratorias y otros problemas de salud, están evitando salir de sus hogares en la medida de lo posible y utilizando cubrebocas de manera constante cuando necesitan salir.
“Nosotros nos estamos cuidando mucho, estamos usando cubrebocas, pero estos los hace mi esposa, si se da cuenta son de tela, son un poco más gruesecitos, porque los otros son muy delgados y no sirven de mucho. Desde temprano nos lo ponemos, salimos solo a lo necesario y regresamos a la casa para evitar algún malestar”, compartió el señor Roberto Ávalos, habitante de la comunidad de Santiago Xalitzintla, perteneciente al municipio de San Nicolás de los Ranchos.
Por su parte, su esposa refirió que también ha aplicado esta medida debido a que el viento provoca que les llegue de manera directa al rostro, motivo por el que, igual como lo hizo durante la pandemia por Covid-19, también decidió hacer sus propios cubrebocas de tela.
“Todos los días barro y siento cómo me arde la garganta. El polvo que se barre en la casa es muy finito y eso se mete por la garganta y hace que lloren los ojos. Otra cosa que estamos haciendo es tapar nuestra cisterna y nuestras cubetas, tenerlas bien tapaditas para que no le caiga ceniza para que no se contamine”, relató Elena López.
Del mismo modo, los padres y cuidadores están siendo especialmente cautelosos con los infantes, conscientes de que su sistema respiratorio aún se encuentra en desarrollo y es más susceptible a los efectos de la ceniza volcánica. Se aseguran de que los niños usen mascarillas y eviten pasar demasiado tiempo al aire libre.
Sin embargo, preocupa el hecho de que el resto de la población parezca haberse acostumbrado a la caída de la ceniza y haya disminuido su nivel de preocupación por los posibles efectos en su salud. Aunque se entiende que adaptarse a esta situación es inevitable debido a la persistencia de la actividad volcánica, es importante recordar que la exposición prolongada a la ceniza puede tener consecuencias negativas para la salud, incluso en personas aparentemente sanas.
Cuidan a sus animales de granja
Además de las medidas de protección para los habitantes, también están brindando especial cuidado a sus animales de granja, como pollos, gallinas y cerdos, ante la presencia de la ceniza volcánica. Y aunque se ha observado que la ceniza no afecta significativamente a estos animales, los residentes están tomando precauciones adicionales para garantizar su bienestar.
Por esta razón los están resguardando o bajo techos para evitar que respiren o ingieran ceniza en grandes cantidades. Además, los habitantes están prestando especial atención al agua que consumen los animales. Con la caída de ceniza, es posible que el agua en los bebederos se contamine con partículas finas. Por lo tanto, los residentes se encargan de cambiar el agua con regularidad para asegurarse de que esté limpia y libre de contaminantes.
Ejemplo de ello es la señora Clara Santamaría, quien destacó que aunque no han registrado que la ceniza genere daños a sus animales de granja, aun así les dan los cuidados necesarios para evitar que se expongan al material volcánico.
“Aquí los tengo debajo de su corral, y aunque trato de meterlos, se salen, pero aun así no hemos visto que les haga daño. Lo que sí es que les cuido mucho la ceniza para que no se acumule en sus trastes. En el caso de las gallinas andan afuera y solitas se meten, y los cerditos están en su espacio, así que no están expuestos”, señaló la originaria del municipio de Nealtican.
Aunado a esto, un aspecto interesante es que algunos agricultores locales han señalado que la presencia de ceniza volcánica en los campos de siembra puede tener beneficios para la tierra, pues aseguran que la ceniza contiene minerales como potasio, fósforo y calcio, que pueden enriquecer el suelo y mejorar su fertilidad.
Esto ha llevado a algunos agricultores a considerar la posibilidad de utilizar la ceniza como parte de sus prácticas agrícolas, aprovechando sus propiedades benéficas para el crecimiento de los cultivos.
No obstante, es importante destacar que los efectos exactos de la ceniza volcánica en los cultivos y en la salud de los animales de granja pueden variar dependiendo de la cantidad de ceniza, la duración de la exposición y otros factores específicos de cada situación.
Bajo este contexto, las autoridades señalaron que es fundamental que todos los habitantes de estas comunidades continúen protegiéndose y tomando medidas preventivas, sin importar cuánto tiempo haya transcurrido desde el inicio de la caída de ceniza. Por ello, especialistas han referido que el uso de cubrebocas, la limpieza constante de las áreas comunes y el cuidado de los animales de granja son acciones que deben mantenerse como parte de la rutina diaria para evitar complicaciones respiratorias y otros problemas de salud.