El 10 de mayo se celebra el Día de la Madre, pero ¿cómo se va a celebrar este día si hay muchas mujeres que no encuentran a sus hijos o hay madres que han sido separadas de sus pequeños?. Con esta premisa arrancó el conversatorio “madres contra la violencia”, el cual busca visibilizar los retos a los que se enfrentan las víctimas de violencia vicaria y de desaparición de personas.
Club Casa de las Flores es un espacio de difusión social que da a conocer varias problemáticas que se viven en el estado de Puebla y, en esta ocasión, por la cercanía con el Día de la Madre impulsó dicho conversatorio.
El evento se llevó a cabo en la Universidad Angelópolis de Puebla y contó con la presencia de María Luisa Núñez, fundadora del Colectivo Voz de los Desaparecidos, Ana Karen Rodríguez, víctima de violencia vicaria y Monserrat González, abogada penalista.
“Es importante hablar de la violencia que viven las mujeres en este país, es un país violento, nos guste o no debemos de aceptar que en México no se respetan nuestros derechos. La aplicación de la justicia es un chiste y simplemente las mujeres estamos entre todo este relajo social”, dijo la moderadora antes de arrancar el conversatorio.
La violencia vicaria es cuando el hombre, en muchos casos ex pareja de la mujer, separa a los hijos de la madre con el fin de hacerle daño. Mientras que la persona no localizada es la que no se sabe su ubicación y persona desaparecida es en donde no se sabe su paradero, pero se sospecha que hubo la comisión de un delito.
Si bien, los delitos son diferentes, tiene un factor común, que es el dolor que provoca a las madres el no saber el paradero de sus hijos. Además, de que los familiares son revictimizados y tienen que luchar contra un sistema penal que les pone trabas o se niega a investigar sus casos.
En tema de violencia vicaria hay corrupción y falta de conocimiento
Monserrat González, abogada penalista, explicó que la violencia vicaria tiene avances importantes en materia legal, ya que hace dos años no se podía denuncias este delito. Sin embargo, la aplicación sigue con fallas, pues no todas las autoridades admiten la violencia vicaria en las denuncias.
“En algunos casos las autoridades ni siquiera conocen bien de estos avances. Ni siquiera están debidamente capacitados o peor aún, si los conocen hacen caso omiso de todos estos derechos que nos embisten como mujeres”, opinó.
Desde su óptica, se necesita capacitar a los ministerios públicos y a todos los encargados de brindar justicia, ya que cuando las mujeres van a denunciar, les dicen que la violencia vicaria no existe, incluso les dicen que no hay delito de sustracción porque el padre “no puede robarse a sus propios hijos”.
La abogada cree que en Puebla, hay corrupción y falta de conocimiento en el tema de violencia vicaria, y la situación no mejorará para las mujeres hasta que los servidores públicos tengan más conocimientos y lleven los hechos con perspectiva de género.
Apoyo de familiares, lo mejor en las búsquedas
Por su parte, María Luisa Núñez, fundadora del Colectivo Voz de los Desaparecidos, dijo que hablar de la desaparición de personas es complejo, pues es un tema que por mucho tiempo no se abordó y muchas personas creen que es un problema social muy lejano.
Sin embargo, las cifras crecen día con día y es un tema que las autoridades han minimizado. María Luisa recordó su caso, la fecha en que desapareció su hijo y aceptó que en su momento, creyó que la desaparición lo vio como algo muy lejano, pero “la alcanzó”.
“Yo tuve un hijo que parí, que tuve en mis brazos (…) ese hijo a los 23 años de edad llegó el peor de mis temores, que algo malo le pasara. Lo amé con toda mi alma, lo amo con toda el alma, pero mi hijo fue desaparecido a esa edad cuando tenía que estar viviendo de la vida”, recordó.
Núñez Baroja dijo que ella es originaria de un pueblo, y cuando llegó a la capital para solicitar ayuda, le cerraron las puertas. Incluso, la revictimizaron por su vestimenta y hasta criticaron a su hijo sin conocerlo sólo por usar sombrero vaquero en la última fotografía que se tomó.
“En mi pueblo todavía usan sombrero y el mejor amigo de mi hijo se casó y se puso uno. Cuando fui al Ministerio Público vieron la foto de mi hijo y me dijeron pues en qué andaba su hijo, pues por qué dejó que se juntara con esas personas. Como si mi hijo hubiera tenido la culpa de haberse desaparecido”, criticó la activista.
Para la fundadora del Colectivo, la mejor ayuda que han encontrado para dar con sus hijos es el apoyo de los familiares, no las autoridades. En este punto aceptó que en su gran mayoría son madres las que buscan, aunque en Voz de los Desaparecidos también hay padres buscadores.
Todas las ponentes coincidieron en que las autoridades necesitan ser más sensibles ante estos dos delitos y que sin importar los niveles (municipal, estatal o federal) deberían de crear políticas públicas para que las mujeres madres vivan sin violencia.