El estado de Puebla es uno de los que tiene menos paridad de género en los cargos de magistrados, pues sólo el 19 por ciento son del sexo femenino y el resto masculinos. Esta situación hizo que el territorio se ubicara en la posición 29 de los 32 estado del país por ser de los que menos impulsan la participación y representación equilibrada de mujeres, así como hombres.
Lo anterior lo informó el Censo Nacional de Impartición de Justicia Estatal 2023, el cual fue publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en donde se indicó que el año pasado, las entidades con los porcentajes más altos de mujeres magistradas fueron San Luis Potosí e Hidalgo, con el 60.0 por ciento. Mientras que las entidades con el mayor porcentaje de hombres en ese cargo fueron Chiapas (85.0 %) y Coahuila (84.2 %).
Para activistas y especialistas, esta situación se pude reflejar en la falta de perspectiva de género dentro del Poder Judicial y la poca importancia que le han dado a la hora de capacitar a sus trabajadores en temas relacionados con diferencias culturales asignadas a los diferentes sexos.
El 81 por ciento de las magistraturas son para hombres en Puebla
Fue este 30 de octubre que el Inegi publicó el reporte y en él, se indicó que el año pasado, la media nacional de magistrados hombres en los órganos jurisdiccionales es del 61.1 por ciento, mientras que el de mujeres es de 38.9 por ciento. Esto significó que el porcentaje de hombres con magistraturas en Puebla rebasó la media nacional con el 81 por ciento.
Ante este contexto, Mariana Durán Márquez de la Facultad de Derecho en la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), compartió que esta falta de mujeres en magistraturas está mal desde el marco normativo, ya que la misma Constitución Política de Estado de Puebla estableció la paridad como un acto que optimiza la imparcialidad en el ejercicio de la justicia.
Durán Márquez, explicó que la paridad de género es un principio rector en todos los órganos y esto no exenta al Poder Judicial, además, ayuda a consolidar una composición igualitaria entre hombres, así como mujeres. “Desafortunadamente la presencia de hombres sigue siendo mayoritaria y en cargos de mayor jerarquía y eso es un problema (…) es un mal que a todos los nos cosieren y esta desigualdad se intensifica cuando los procesos de selección de los cargos de toma de decisiones hay intervención política” opinó.
Si bien, ya hay más mujeres en las carreras judiciales, la profesora también cree que se ha normalizado el discriminar a las mujeres en altos puestos y los hombres no viven los mismos obstáculos institucionales que vive el sexo femenino. Esto quiere decir que la perspectiva de género no está siendo tomada como un elemento transversal, ni necesario.
Informó que en el Consejo de la Judicatura hay cinco integrantes de acuerdo con su página oficial, únicamente dos de ellos son mujeres; en el TSJ, son 22 magistrados y cuatro mujeres; los juzgados en todas las materias hay asignados 114 jueces, 52 mujeres. Si se hace una sumatoria, la representación de las mujeres en cargos directivos es únicamente del 41 por ciento.
Hay avances notorios, pero aún falta camino por seguir
Por su parte, Simón Alejandro Hernández León, coordinador de la licenciatura en Derecho y Coordinador de la Clínica Minerva Calderón, opinó que la paridad de género es necesaria para tener un panorama más amplio del mundo y, desde su óptica, la presencia de una mujer, siempre le va a dar un toque más humano y con perspectiva de género a la justicia.
El también académico, dijo que ya hay avances notorios, por ejemplo, los procedimientos para ser magistrados son abiertos y Puebla ya tuvo a dos mujeres titulares del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), como Margarita Gayosso Ponce y Belinda Aguilar Díaz. También han incrementado los puestos para mujeres en todas las áreas, ejemplificó con el Consejo de la Judicatura, en donde años atrás no había ni una sola mujer, pero aún falta mucho cumplir con el principio de paridad de género.
Agregó que el papel de las magistradas, juezas, ministeriales, policías y abogadas, es fundamental para garantizar la perspectiva de género, la independencia y la integridad judicial de las mujeres, así como infancias. Incluso, cree que las activistas que luchan por los derechos de las mujeres no están mal al decir que la justicia sigue siendo machista.
Para concluir, Andrea Lezama, líder de la Colectiva Madres Exigiendo Justicia por la Violencia Vicaria, también cree que es necesario que los altos puestos del Poder Judicial, sean ocupados por mujeres. Esto no garantiza que la justicia sea expedita y justa, pero consideró que puede abonar en la perspectiva de género, así como infancias.
Aunque en los casos de violencia vicaria han existidos mujeres que las violentan y juezas que también las revictimizan, compartió que al existir más mujeres en altos puestos se apostaría por la capacitación, una capacitación que se ha postergado por muchos años y que abonaría en identificar, cuestionar y eliminar la discriminación que viven las mujeres.