“Estas fosas fueron halladas en el mismo municipio donde 8 meses antes, a fines de 2010, 72 migrantes (de los que 14 eran mujeres) habían sido masacrados. San Fernando quedó vinculado para siempre a la brutal imagen de los 72 cadáveres que yacían inertes, recargados unos contra otros, caídos en el piso de tierra de una bodega abandonada”, esto es sólo el prólogo del libro San Fernando: última parada. Viaje al crimen autorizado en Tamaulipas, un trabajo de Marcela Turati.
Fue este 9 de noviembre que como parte del 40 aniversario de la Ibero Puebla y su Licenciatura en Comunicación, la periodista, Marcela Turati, presentó de nueva cuenta su libro sobre la crisis de violencia en México y Centroamérica. En dicho evento, relató parte de su texto, en el que explica que todo ocurrió en el 2010, en una bodega abandonada de la ciudad de San Fernando, Tamaulipas, cuando autoridades hallaron los cuerpos de 72 migrantes que llevaban ocho meses sin ser localizados por sus familiares.
Las investigaciones dieron cuenta de la masacre de la que fueron víctimas, y que los privó de la vida cuando intentaban llegar a la frontera de México y Estados Unidos. Marcela Turati Muñoz, reunió testimonios de las víctimas indirectas, familiares, testigos, así como funcionarios y ahora, es un texto para entender la macrocriminalidad en México.
En la presentación estuvo Mario Patrón Sánchez, rector de la universidad, quien opinó que este libro tiene un contexto atravesado por la violencia, así como las alianzas del poder político, armado y económico. “El papel social de la Universidad está en sumarnos a estos esfuerzos de búsqueda de verdad”, enfatizó.
En sus palabras, este libro es un ejercicio de verdad, porque da cuenta de una investigación periodística que retrata a San Fernando, Tamaulipas: una ruta obligada de los migrantes en nuestro país, pero también de campesinos y campesinas mexicanas que buscan una mejor vida.
Por su parte, Raquel Gutiérrez Aguilar, matemática, filósofa y socióloga mexicana, habló de la dureza de lo que se narra en el libro y cómo, a pesar de ser difícil de digerir, es necesario ver de frente y sin tapujos para “dar sentido a lo que pasa”.
Esta “reconstrucción de una de las historias más abyectas y difíciles de tocar de todas las que han pasado en los últimos 15 años en México”, regresa a sus lectores al camino de la comprensión, la verdad y la memoria; factores necesarios para entender “el huracán de muerte y sufrimiento en el cual como sociedad mexicana hemos quedado atrapados”.
Marcela Turati puso en palabras el vuelco al corazón que le dejó ver una fosa clandestina hace más de 10 años. Ahí, los cuerpos sin identificar de más de 190 migrantes que yacían sin mayor explicación; la imagen le gritaba, pero no sabía qué.
El interminable ir y venir de los familiares, que buscaban cualquier señal de vida o aparición de sus seres queridos, fue lo que la impulsó a escribir esta historia que, como también lo escribe, “podría ser una novela de terror. Lo más terrorífico es que no lo es”, concluyó.