No alargar más el sufrimiento de las víctimas, ayudarlas a que tengan justicia rápido y distribuir de mejor manera el recurso sin que se quede la mayor parte en una sola persona, fueron parte de las propuestas de Marco Antonio Moreno, aspirante a la Comisión de Derechos Humanos en Puebla (CDH). El abogado y activista quiere que la institución sea transparente y cercana a la ciudadanía.

Marco Antonio Moreno es defensor y activista por los derechos humanos desde hace 20 años. Comenzó trabajando por la primera ley estatal de la no discriminación y se unió a varios grupos estatales y nacionales de la diversidad sexual.

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Posteriormente fue uno de los fundadores del Observatorio Ciudadano de Derechos Sexuales y Reproductivos AC. También tiene experiencia como abogado y esta formación lo hizo trabajar con GIRE, en la defensa de los derechos reproductivos de las mujeres, puntualmente en el aborto.

En su lucha por los derechos acompañó a la familia de Agnes Torres cuando ocurrió su asesinato y todo este contexto lo hizo levantar la mano para presidir la CDH.

En su opinión, algo que le falta al organismo es entender las nuevas realidades, ya que la sociedad va avanzando y eso genera cambios. Además, cree que hay poca presencia de la CDH al interior del estado.

Otra de sus sugerencias es mejorar el marco normativo cuando interponen quejas para que la Comisión sea un espacio óptimo y eficaz para brindar justicia. “Ya no podemos dejar que pasen tres años sin justicia, un criterio es que no pase de un año y creo que lo podemos lograr en Puebla. El sufrimiento se puede evitar”, declaró.

Desde su óptica, hay recursos suficientes para agilizar el trabajo y el organismo cuenta con personal muy valioso, así como capacitado para lograr que las víctimas puedan sentir el daño fue reparado.

Asimismo, cree que hay fortalecer la confianza ciudadana, ya que las personas creen innecesario acudir a la CDH. “Tenemos un plan de trabajo muy bien elaborado y no sólo sobre datos duros, sino también con lo que las poblaciones nos dicen día a día, para mí ese es el conocimiento más valioso”, expuso.

Una de sus metas si llega a ser el nuevo comisionado es que la ciudadanía que se acerque ya no sufra y eso implica que desde el momento uno el personal sea empático y que no le genere más estrés el acercarse a este organismo.

Es la primera vez que se postula para la Comisión, esto se debe a que ya tiene la edad necesaria que pide la convocatoria y también porque él mismo considera que ya es el tiempo idóneo. En este punto, consideró que la ley debería de cambiar, ya que les exige a los aspirantes ser abogados, cuando cree que otras carreras conocen de derecho y son cercanos a la gente.

Otro punto que destacó en caso de llegar a la CDH, fue la transparencia, dijo que su gestión estaría enfocada en la rendición de cuentas y que todo fuera público. “Hay que dejar de hacerla opaca, no sabemos lo que pasa al interior y no vamos a caer en corruptelas”, aseguró.

También se comprometió a no caer en excesos, en ese punto habló del actual presidente, José Félix Cerezo Vélez y criticó que sea uno de los comisionados mejor pagados en todo el país y que, en suma, sus recomendaciones sean carentes de humanidad.

“Ese dinero puede ser empleado en muchísimas otras cosas. En la sociedad civil sabemos utilizar muy bien los recursos económicos que tenemos para hacer muchas cosas y eso es lo que haremos con los recursos institucionales de la Comisión: eficientarlos”, puntualizó.

Moreno aceptó que no conoce a todos los aspirantes a la Comisión, pero espera en algún momento conocer sus trabajos y hasta no vio con malos ojos compartir experiencias para hacer una retroalimentación. Si bien, cree que todos son competentes, espera que los diputados encargados de tomar la decisión, tomen en cuenta el trabajo con la gente y no sólo títulos académicos.

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“Ojalá la opinión pública pueda pesar al final, ellos son quienes van a llegar con nosotras, nosotres y nosotros. Es un ejercicio democrático y ciudadano muy importante y creo que sí hay una velita encendida para la CDH”, concluyó.