María de Jesús es una mujer que vivió violencia vicaria por dos meses, logró recuperar a su hijo de siete años y llegó a un acuerdo con el padre para que pudiera ver al menor sin ninguna restricción. Debido a que hubo diálogo y los dos acordaron las visitas, pensó que todo mejoraría, sin embargo, recientemente, el niño llegó con un golpe y aseguró que la persona que lo maltrató fue su madrastra.
El padre en vez de apoyar a su hijo, le dio respaldo a su nueva pareja y hoy en día, María de Jesús teme que nuevamente intente quitárselo, ya que la violencia no sólo es vicaria, económica y psicológica, sino que ya escaló el grado de violencia física y tema por la seguridad de su niño. Pide a las autoridades llevar su caso con perspectiva de infancia.
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“Me separé en el 2022, había quedado en un acuerdo con mi ex pareja para tener los dos al menor, pero no le importó y me lo quitó ese mismo año. Dos meses no lo tuve, me lo regresó y luego de eso hicimos un acuerdo por la guarda y custodia, pero empezó otra problemática, ya no quería pagar pensión y luego mi hijo dijo que ya no quería verlo”, compartió.
Pese a que este hombre se negaba a pagar sus obligaciones se asistencia familiar, la madre permitía que lo viera los domingos, pero en los últimos meses, el niño ha referido que ya no quiere irse con el progenitor. “El papá dice que yo le meto ideas al niño, pero en mayo del 2023 registró golpes en sus piernas y al preguntarle qué había pasado, respondió que es golpeado por la esposa de su papá”, comentó.
Cuando María de Jesús confrontó a su ex pareja por esta situación, respondió que no sabía de qué hablaba, se enojó y termino reportándola ante el DIF como si ella hubiera sido la que lo maltrataba. No obstante, ella interpuso una denuncia en contra de esta mujer por posible violencia. “En su reporte dijo que estaba preocupado por el niño y que creía que yo lo golpeaba y atacaba psicológicamente”, expuso.
Sin embargo, lo trabajadores del DIF entrevistaron al niño y ellos también determinaron que la relación con la madrastra no erala mejor, por lo que lo enviaron a terapias psicológicas y talleres de empoderamiento. Ante todo este contexto, acudió a la FGE para ampliar su denuncia y agregar esta información en contra de la nueva pareja de su ex, pero no se lo permitieron.
“Ahora voy a solicitar una escucha del menor esperando que mi hijo pueda manifestar el motivo por el cual no quiere ir con su papá (…) Yo lo tengo, pero para mí y para mi niño es muy doloroso que tenga que ver a su padre cada domingo en la casa de mis padres (…) el niño accede ver a su padre, pero ya no se lo lleva”, agregó.
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La mujer sólo pide que lleven su caso con perspectiva de infancia y de género y que no avalen que su padre pueda llevarse al menor. No está en contra de las visitas, sólo quiere que sean controladas para que el niño no corra peligro, pero también pide que se investigue a la nueva pareja de su ex por posible violencia infantil.