Construir, literalmente, un mundo mejor para la gente,derribando obstáculos y prejuicios, describe en pleno 8 de marzo,Día Internacional de la Mujer, la vida de Martha Vélez Xaxalpa,mujer humilde, de origen indígena, autista, ingeniera civil por laBUAP y secretaria de Infraestructura, Movilidad y Transporte delGobierno del Estado.
Una abuela campesina, una madre trabajadora, una infancia decarencias y una explosión marcaron su destino y la llevaron, alpaso de los años a la Ingeniería Civil.
Estudió primero Electrónica, luego Ingeniería Mecánica perofinalmente, convencida de que quería hacer algo concreto y útil,encontró su vocación en la Ingeniería Civil.
Y es que los recuerdos de sus primeros años en LaResurrección, una junta auxiliar severamente marginada, lehicieron comprender que la falta de infraestructura es una condenasocial, especialmente, añade, para los niños.
“Entendí que a mí me gustaba ver obras concretas, palpables,de beneficio directo para la sociedad y construir es una forma detransformar nuestra realidad”, subraya.
El recuerdo, también, del fuego que se produjo en la explosiónde la fábrica Primex en 1977 y que amenazaba con alcanzarla a ellay su madre mientras corrían entre hoyos, monte y una barranca, fueotro aliciente.
“Cuando era estudiante de ingeniería recordaba eso y pensaba‘Dios no lo quiera, pero si vuelve a haber un caso de emergenciaen las zonas industriales, la gente no tiene cómo salir’”,expresa.
Las mujeres de su familia, una abuela campesina que convivíacon muchos hombres y una madre que trabajaba sin descanso parasacar adelante a sus hijos, fueron su mayor ejemplo y las razonespor las que no temió el ambiente masculino y exigente delsector.
“El medio de la construcción, de los albañiles es duro,rudo, pero la verdad es que eso no es algo que me asuste para nada.Yo creo que mientras uno se conduzca dentro de los límites delrespeto y con un afán de que las cosas salgan (bien), el mediosocial no importa”, explica.
Cuando comenzó a trabajar, admite, fue objeto de constantesdescalificaciones, pues creían que no tenía nada que hacer,“cuando entraba a las reuniones, me veían y decían ‘hubieranmandado a alguien que sí supiera del proyecto’”, recuerda.
Pero, añade, afortunadamente el tiempo jugó luego a su favor,pues en 2007 cuando apenas era Jefa de Departamento y un alud quehabía enterrado a un camión con decenas de alumnos y maestros enEloxochitlán impuso el desafío de construir un camino en el queno se repitiera una tragedia como esa, su opinión respecto a hacerun camino alterno, lejos de una gran ladera, fue respaldada porespecialistas del Centro Nacional de Prevención de Desastres(Cenapred) y de otras instituciones.
“A partir de ahí empecé a tener más credibilidad desde elpunto de vista técnico, porque mi opinión, que por la pequeñajerarquía que tenía en ese momento, por el pequeño grado quetenía, había sido descartada o tomada a la ligera, fue avaladapor la gente más especializada a nivel nacional”, completa.
Desde entonces comenzó su carrera en ascenso en la entoncesSecretaría de Comunicaciones y Transportes del Estado, luego en laSecretaría de Comunicaciones y Transportes federal y en algunosmomentos también en la iniciativa privada.
Martha Vélez ha construido y reconstruido prácticamente detodo, desde un complejo hotelero hasta caminos destruidos por lafuerza de la naturaleza, como los huracanes Stan y Lorenzo, quela llevaron a demostrar su liderazgo coordinando trabajos deapertura de caminos en condiciones climáticas adversas y acontrarreloj, para atender a damnificados o heridos, y luego, paracontinuar con las labores de rehabilitación de carreteras.
“Los desastres naturales han sido un detonante en mi carreraporque implica mucha capacidad de reacción y un análisis técnicoágil, no se puede detener a hacer demasiados números, hay quetomar decisiones rápidas”, abunda.
Pero el proyecto más satisfactorio para Martha Vélez, indica,ha sido la construcción del Viaducto Elevado de la AutopistaMéxico-Puebla, pues fue un proyecto sumamente complejo, en materiatécnica y económica, al que pocos daban crédito que seharía.
“Todo mundo decía que no era factible pero afortunadamente sehicieron estudios previos, varios planteamientos, hasta que llegóa concretarse (…) por la magnitud económica y de impacto social,considero que el proyecto más complejo ha sido el segundo piso”,expresa.
La trayectoria de Vélez Xaxalpa es tan amplia como elorganigrama, pues comenzó en el puesto más modesto hasta que elpasado 30 de enero, fue presentada por el gobernador Antonio GaliFayad, como la primera mujer secretaria de Infraestructura,Movilidad y Transporte.
ORGULLOSAMENTE INDÍGENA,ORGULLOSAMENTE AUTISTA
Martha Vélez Xaxalpa habla sin tapujos de sus raícesindígenas, su origen humilde y su autismo, pues para ella, todo esmotivo de orgullo.
Así presume que su apellido materno significa “arena en elagua” en náhuatl y reconoce que la educación pública, en laBUAP a nivel profesional y luego con una maestría en Ingenieríacon especialidad en Vías Terrestres, por parte del InstitutoMexicano del Transporte (IMT) en la Universidad Autónoma deChihuahua, le hicieron superarse.
La educación, añade, no ha dejado de ser parte de su vida,pues en años recientes ha vuelto a las aulas, aunque ahora comodocente, en la BUAP también y en el Instituto Tecnológico deMonterrey campus Puebla.
Asimismo, confiesa que su introversión y sus dificultadesmotrices, son propias de su autismo, el cual defiende, no es unadiscapacidad sino una cualidad.
Por su condición, recuerda, cuando era niña fue excluida ydescalificada, pero a medida que comprendió sus limitacionesfísicas, desarrolló sus habilidades intelectuales, con las que hasuperado todas las expectativas.
“Todo mundo decía que yo era una niña tonta, pero yo leagradezco a la vida y le agradezco a Dios, que nunca me creí queera tonta”, sentencia.