México es el país más racista que ha conocido el maestroFilo. Aquí no se desprecia a quienes son diferentes, sino a losiguales. No importa que cada 9 de agosto, la gente se una a“celebrar” el Día Internacional de los Pueblos Indígenas,siempre se desprecia por igual. Filo havivido en Alemania, país que tiene el estigma de discriminar aotras culturas por la defensa de la raza aria en el siglo XX, peroni allí vio el fenómeno que ocurre en su propia tierra, donde unindígena camina por una calle citadina, teniendo de por mediomiradas de desprecio, o donde las raíces de una civilización sonsegregadas y solo reciben dádivas, sobre todo en temporadaelectoral: despensas, bultos de cemento o láminas para suscasas. Durante sus viajes por el planeta, pudoidentificar que México está “enfermo de racismo”, pues hayexpresiones como “pinche naco” y “pinche prieto” a gentemorena que conserva los rasgos de la civilización azteca. Encontraste con esta reacción entre mexicanos, éstos optan porenaltecer a los extranjeros por tener una piel clara, un lenguajedistinto y características que reflejan al occidente.
En su juventud, se volvió ciudadano del mundo y buscaba lugarespara conocer, para divertirse y para “cotorrear”, pero en unode sus viajes a Israel, los habitantes le mostraron la realidad desu país, que ya estaba en guerra. Entonces, él se planteó queestaba siendo parte de una sociedad hedonista y egoísta, que nopensaba en su propio país, ni se había planteado ¿quiénsoy?
En Jerusalén decidió regresar al municipio de Huitziltepec,donde nació. Ahí analizó que su historia no era la de losjudíos, como se impuso en el país hace 500 años. “Me hice una pregunta: ¿quién soy?, y ahí sederrumbó todo el mundo que construyeron sobre mí. Ahí entendíque judío no soy, que toda esa historia que me platicaron mispadres, de Adán y Eva (…) eran solo historias que fueronimpuestas hace 500 años con una guerra de exterminio, decolonización y que no termina hasta el día de hoy, pero eso no lopiensa hasta que se dan las circunstancias para llegar a lareflexión”. El maestro Filo tenía planes dequedarse en Europa a residir, pero luego de la pregunta que sehizo, decidió descubrir su identidad. Aprendió náhuatl y seinteresó por los antecedentes de sus padres, por rescatar sucultura mediante charlas, clases, tradiciones y vínculos con latierra. Descubrió que era descendiente de los indígenas, quienescon ropa de manta, iban al cerro a cuidar su ganado o tenían lacreencia de que al morir, un perro les cruzaba el río.
Lleva 16 años radicando en Huitziltepec, donde ya no haynahua-hablantes pero se conservan palabras, costumbres,leyendas.
“Hoy puedo decir que soy macehual, y macehual significa seroriginario de la cultura náhuatl, o sea que es la cultura náhuatlla que me parió, parió a mis padres, a mis abuelos, a misbisabuelos, a mis tatarabuelos”.
Filo dice que no es activista; sin embargo, forma parte delCongreso Nacional Indígena (CNI), una agrupación de pueblosoriginarios que busca fortalecer su lucha y resistencia en México,mediante la salvaguarda sus formas de organización,representación y toma de decisiones, como han señalado ellosmismos.
NADA PARACELEBRAR
En el contexto del Día Internacional de los Pueblos Indígenas,el profesor Eduardo García Vázquez, coordinador de proyectosacadémicos del Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría(IDHIE) de la Universidad Iberoamericana Puebla, dice que no haynada que celebrar debido a que pese a que el estado es el cuarto anivel nacional con más población indígena –con un millón 300mil personas-, amén de la discriminación, estas poblacionesestán siendo víctimas de despojo de sus recursos naturales.
Analiza que el 45 por ciento del territorio donde habita lapoblación indígena está concesionado a mineras, lo que norepresenta trabajo ni oportunidades de desarrollo para lascomunidades, sino “una nueva oleada de despojo” de sus bienesnaturales, como del agua y de la tierra, así como elementos de suidentidad cultural, como el idioma. “Las comunidades indígenas, de cara a estaconmemoración, no tendrían nada que celebrar, sino más bienhabría que estar viendo nuevamente que están siendo víctimas deun despojo que se alarga por más de 500 años”.El doctor plantea que los indígenas, por ser habitantes del país,deben tener la garantía del respeto a sus derechos humanos, loscuales también están contemplados en la OrganizaciónInternacional del Trabajo (OIT), en la Conferencia de las NacionesUnidas Sobre Medio Ambiente y Desarrollo, así como diferentesdeclaraciones mundiales.
No obstante a los discursos y a las leyes, dice que hayomisiones en el respeto a los derechos humanos de los indígenas.Para ejemplificar, señala que las consultas por megaproyectos solohan quedado en actos de simulación.
De hecho, refiriere que la Sierra Norte es uno de los botinesmás preciados para las industrias, por la riqueza de recursosnaturales.
Por otra parte habla de las condiciones de exclusión haciaestos pueblos, con la falta de oportunidades y con la facilidad quedan las autoridades para transformar el uso de suelo y otrascuestiones que afectan el entorno natural.
BUSCAN EXTERMINAR UNACIVILIZACIÓN; SOLO SE VE AL “BUENSALVAJE”
El maestro Filo dice que no se debe ver a la poblaciónindígena como objeto de lástima o de dádivas, sino que sonpersonas que conservan su forma de entender el mundo con todo loque ello implica.
Agrega que se busca erradicar la cultura con una guerra deexterminio que se hace de formas que podrían pasar inadvertidas:evitar que los docentes den clases en náhuatl, arrebatar lascostumbres, tener diversidad de religiones, con el asistencialismo,el despojo, la discriminación y un pasado que se quiere negar.El profesor de la Iberoamericanaseñala que se ha volteado hacia las poblaciones indígenasreivindicando solo el folclor de lo bello, o viéndolos de unamanera romántica como “un buen salvaje”, pero suficientesería respetar sus derechos –como a laautonomía-. También dice que la sociedad esracista, pues solo ubica a las poblaciones indígenas con la ideade “lo mágico”, pero no analiza la realidad respecto adistinciones en políticas públicas y en abusos de otranaturaleza. No obstante, la concepción social de los pueblosindígenas cambia cuando éstos buscan la defensa de sus derechos.Incluso son vistos con mayor discriminación, agrega García.
Para él, la sociedad debe recordar la historia de la conquistay ver que hay dos proyectos civilizatorios que se contraponen. Unode ellos hace ver a estas poblaciones como “atrasadas”, aunquela realidad es que se deben respetar acuerdos, convenios y tratadosque les dan el lugar en la historia, presente y futuro.
CON CANDIDATURA DE MUJERINDÍGENA PARA VISIBILIZAR A LOS PUEBLOS
En el país, de acuerdo a la Encuesta Nacional sobreDiscriminación en México (Enadis 2010) el 19.5 por ciento de lapoblación indígena entrevistada reconoce que el principalproblema al que se enfrenta su grupo es la discriminación, seguidade la pobreza, falta de apoyo, su lengua, el desempleo, falta derespeto a las costumbres y la indiferencia, entre otros.
En tanto, los indígenas consideran que quienes les ven conmenos tolerancia son los legisladores, la Suprema Corte de Justiciade la Nación (SCJN), la policía, los partidos políticos y lasautoridades federales y estatales. Estecontexto no es nuevo para la sociedad, pues más de uno haescuchado en la escuela, en el trabajo, en la calle o en programasde radio y televisión expresiones denigrantes como “parecesindígena”, “prieto como indio”, “quítate el rebozo”,“pinche negro”, “prieto”, “huarachudo”, “indiorascuache”, “patarrajada”, “naco”, “aborigen” y “tebajaron del cerro a tamborazos”. Por ello, elmaestro Filo, que forma parte del Congreso Nacional Indígena, diceque en 2018 se postulará a una mujer como candidata independienteen conjunto con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional(EZLN), pues esto será un símbolo de que hay algo más allá deuna sociedad racista y machista.
Aunque cree que hay pocas posibilidades del triunfo, es unapunta de lanza para que la sociedad entienda que estos pueblosviven.
También dice que es innecesaria la lástima y los obsequios,sino que hay que actuar con el respeto a la autonomía, a lacultura y a los derechos.
Por lo que toca al maestro Filo, él acompaña la lucha de lospueblos indígenas en el estado, y en su natal Huitziltepec brindaclases de náhuatl, inglés, alemán, matemáticas, filosofía,entre otras.
Recibe a todos los visitantes en un aula, un temploprehispánico y una pequeña clínica para mujeres.
UN REPORTE MENSUAL PORDISCRIMINACIÓN
En promedio, la Comisión Estatal de Derechos del Estado dePuebla (CDH) recibe mensualmente una solicitud de intervención porviolaciones a los derechos humanos de los pueblos indígenas.Información proporcionada por el organismo señala que durante loque va del año, se han recibido dos quejas, se han dado tresorientaciones jurídicas, se ha presentado un antecedente de actosdiscriminatorios y se ha hecho una diligencia oficiosa.Se indicó que los presuntosresponsables de estas violaciones fueron el Centro de ReinserciónSocial (Cereso) de Zacatlán, así como el de Tepexi de Rodríguez.Asimismo, la Defensoría Pública del Estado; esto solo en cuanto alas quejas recibidas. También se aclaró que losderechos humanos vulnerados en las quejas fueron prestarindebidamente el servicio público y trasgredir los derechos de laspersonas privadas de su libertad.
Durante este año, no se han emitido recomendaciones niconciliaciones en las que la víctima sea una personaindígena.
DISCRIMINACIÓN PARA CONTRATACIONESLABORALES
Uno de los datos de la Encuesta Nacional de Discriminación(Enadis 2010) dice que el 9.2 por ciento de las personasencuestadas consideraron que “los indígenas son pobres porque notrabajan lo suficiente”.
No obstante, el dato contrasta con las oportunidades que tienenlas comunidades originarias para crear sus proyectos productivos, oconseguir empleos en firmas donde piden “excelentepresentación” o en las que le requerirían hablar español alcien por ciento.
La discriminación en el país se puede proyectar si el lectorde imagina el siguiente escenario: un hombre con ropa de manta,huaraches y sombrero llega a solicitar trabajo como profesor de unaprestigiosa universidad privada. ¿Le darían una cita para hablarcon el coordinador académico o le pedirían salir de la oficinasolo por la apariencia física?
El panorama ideal sería evitar las diferencias, a decir de losorganismos defensores de derechos humanos. No obstante, el lectorpuede imaginar cómo actuaría si él fuera el recepcionista.