La calidad de vida y la seguridad de una persona pueden estar en riesgo en caso de trauma severo o temor irracional a los sismos, advirtieron el siquiatra Alejandro Soto Chilaca y el sicólogo de la UPAEP, Josué Napoleón Huerta Hernández.
Los especialistas explicaron que luego de un evento peligroso, como los temblores que se han presentado en Puebla y en varios estados del país, es natural que las personas experimenten un estado de estrés y sensibilización, pues es una reacción obvia en el ser humano que obedece al instituto de supervivencia.
Este estado, añadieron, hace que una persona se encuentre alerta ante la posibilidad de alguna situación de riesgo y puede durar cierto tiempo, desde algunas horas hasta un par de semanas, estimó Soto Chilaca, o seis meses, consideró Huerta Hernández.
Ambos coincidieron en que los síntomas comunes de este estado de alerta pueden ser insomnio, sensibilidad y temor, pero también subrayaron que a medida que pasa el tiempo, estos deben disminuir; si no fuera así, recomendaron acudir con algún especialista, como un sicólogo o siquiatra.
Señalaron que la posibilidad de que esta situación afecte la calidad de vida, la seguridad o el proyecto de vida de una persona puede ser motivo para solicitar ayuda y manejar su experiencia. “Hay gente muy sensible que experimenta estrés postraumático, temor constante y se anticipa, pero sin precaución”, abundó el siquiatra.
Como ejemplos, añadió, casos de personas que evacuan edificios ante cualquier sensación de movimiento, sin pensar que se expone a ser atropellada u otras que toman decisiones radicales como la venta de su vivienda y cambio de residencia.
Además, Huerta Hernández mencionó que otra situación que puede complicar el pánico es que otras se mofen de ella o que se “contagie”, es decir, que se burlen o ridiculicen la preocupación, o también, que produzca su misma sensación en otros, pues agregó que esto puede provocar conflictos con quienes convive o un miedo colectivo.
Sin embargo, ambos recomendaron aprender de las experiencias de los sismos para tomar medidas de precaución y así, en caso eventos de riesgo, poder poner en práctica acciones para ponerse a salvo y evitar peligros para ellos mismos u otras personas.