Después de que el año pasado eludió dar el Grito de Dolores junto a la exalcaldesa de Puebla capital, Claudia Rivera Vivanco, el gobernador Miguel Barbosa Huerta regresó este 2022 a oficiar la ceremonia por la gesta independentista desde el Palacio Municipal, esta vez hombro a hombro con el ahora edil, Eduardo Rivera Pérez, con quien mantuvo una comunicación reservada.
Para conmemorar los 212 años del origen de la nación mexicana, el titular del Ejecutivo estatal encabezó la tradicional ceremonia del Grito de Independencia y lo hizo desde la sede del gobierno capitalino.
En su arenga obligada, el mandatario destacó a la libertad, la democracia y los pueblos indígenas, así como al exgobernador y héroe militar originario de Tepeaca, Miguel Negrete Novoa; también figuraron los mártires de la Batalla de Puebla y originarios de la Sierra Norte, Juan Nepomuceno Méndez, Juan Crisóstomo Bonilla y Juan Francisco Lucas.
Asimismo, incluyó a los padres de la patria, Miguel Hidalgo y Costilla, José María Morelos y Pavón, Ignacio Allende, Ignacio Aldama, además de la Corregidora, Josefa Ortiz de Domínguez.
También mencionó con efusión los nombres de Benito Juárez y su esposa, Margarita Maza, además del general Ignacio Zaragoza y el expresidente Francisco I. Madero. Agregó a los hermanos Serdán, a los Niños Héroes de Chapultepec, y a los personajes revolucionarios, Emiliano Zapata y Francisco Villa.
Resaltó también que, además de repetir en dos ocasiones el tradicional “¡Viva México!”, el gobernador utilizó el eslogan de su administración para la recuperación económica y turística del estado tras la pandemia de Covid-19: “¡Que reviva Puebla!”.
A su lado apareció Rivera Pérez junto a los titulares de los poderes Legislativo y Judicial, Sergio Salomón y Héctor Sánchez.
Así fue el Grito de Independencia
Alrededor de las 10 de la noche con 20 minutos, Rivera Pérez se aproximó a las puertas del recinto en el cual despacha desde octubre de 2021. Tras intercambiar mensajes de bienvenida con algunos de los asistentes, el edil aguardó con paciencia para recibir al gobernador de la entidad poblana.
La espera duró 13 minutos, pues a las 10 horas con 33 minutos arribó la camioneta blanca de Miguel Barbosa y, tras una peculiar maniobra hecha por el conductor, quedó estacionada a escasos centímetros de la puerta principal del Palacio del Ayuntamiento, aun por encima de la banqueta.
Los primeros en recibirlo a él y a su familia fueron Eduardo Rivera y su esposa, Liliana Ortiz. El saludo consistió en un apretón de manos, un abrazo y un breve mensaje. Posterior a ello, el bullicio acumulado ante la llegada del mandatario se disipó, pues todos entraron al recinto a disfrutar del evento organizado por el Ayuntamiento de Puebla.
Durante aproximadamente 20 minutos, ambos gobernantes fueron acompañados por sus respectivos gabinetes al Salón de Cabildos. Mientras el reloj se acercaba a las 11 de la noche, los invitados intercambiaron diversas palabras, inclusive, funcionarias como América Rosas Tapia, recién nombrada titular de la Secretaría de Igualdad Sustantiva (SIS) del gobierno estatal, aprovecharon la ocasión para tomarse fotos desde el balcón.
El convivio privado se detuvo momentos después de las 10 horas con 50 minutos, pues la batucada del Ejército Mexicano comenzó a tañer los tambores que simbolizan el inicio de la entrega de bandera al titular del Ejecutivo.
Una vez entregada la enseña nacional, Barbosa Huerta se dirigió a los cientos de asistentes que se dieron cita en la plancha del zócalo de Puebla. Mientras exponía su arenga, la bandera cubrió por segundos el rostro del alcalde. Ante ello, el edil fue “invitado” por el comandante de la VI región militar, José Alfredo González Rodríguez, a tomar unos pasos adelante para que pudiera ser visible nuevamente por la ciudadanía.
De la velada destacó que el intercambio verbal entre el gobernador y el alcalde durante el espectáculo de pirotecnia al término del Grito de Independencia, fue escaso, pues Barbosa Huerta sólo le hizo referencia sobre los fuegos artificiales, y el resto de palabras se las dedicó en privado a su esposa, Rosario Orozco Caballero y a sus dos hijos.
Tan pronto acabó la detonación de la pólvora, el titular del Ejecutivo partió hacia la sede del gobierno estatal, Casa Aguayo, pues ahí se llevó a cabo una segunda verbena con artistas musicales y danzantes folclóricos. Una vez ahí, fue acompañado por Eduardo Rivera, sin embargo, ya no se repitió el mensaje protocolario, sólo se tocó la campana situada en el inmueble oficial.
Tensiones entre Miguel Barbosa y ediles
En 2021, tras una serie de desencuentros con Rivera Vivanco, exmunícipe emanada de Morena, el gobernador decidió llevar a cabo su propia celebración por las fiestas patrias en Casa Aguayo, rompiendo la tradición de realizar el acto junto al presidente municipal en turno.
Aunque el presente año apareció con las autoridades municipales, lo hizo con ciertas reservas, pues en días pasados mencionó que se limitaría a participar en eventos meramente “de Estado” con Eduardo Rivera, esto después de considerar que el líder nacional del Partido Acción Nacional (PAN), Marko Cortés, dejó claro que el edil sería el virtual candidato de la oposición a la gubernatura en 2024.
Finalmente, es importante mencionar que, pese a que no hubo acceso a medios de comunicación al recinto, momentos antes de iniciar el acto se observó la llegada de algunos funcionarios municipales, diputados federales y locales, así como de los secretarios de Salud, Educación, Infraestructura, Trabajo, y Medio Ambiente, Desarrollo Sostenible y Ordenamiento Territorial, del gobierno del estado: José Antonio Martínez, Melitón Lozano, Luis Tenorio y Beatriz Manrique, respectivamente.