Un influencer gana al menos mil pesos por compartir en una historia de su cuenta de Instagram o Facebook el producto o servicio de una marca y sus ganancias incrementan a mayor número de seguidores porque esto se traduce en más y mejores clientes. Sin embargo, actualmente se han convertido en un mercado laboral saturado.
Patricia Gómez es influencer en Puebla desde hace cinco años. Es fotógrafa y luego de compartir imágenes de su vida cotidiana se dio cuenta de que en sus redes sociales tenía una fuente de ingresos.
"Empecé con un blog donde escribía recomendaciones de lugares, subía fotos personales o de mi trabajo, que es la fotografía, luego tome un curso y decidí que Instagram fuera más mi blog".
Adecuó su contenido y comenzó a recomendar restaurantes, cafeterías y otros lugares porque los dueños le pagaban por ello. En los últimos años ha colaborado con marcas como la zarza, the body shop y otras de talla nacional como Mustela, que la contrató para promocionar artículos para bebé, ahora que está embarazada.
Patricia explicó que para ser considerado "influencer" se deben tener al menos 10 mil seguidores en redes sociales, ya que es el mínimo requerido por las empresas para asignar contratos de publicidad, que se cobran dependiendo de las "historias" o "Feed" compartidos.
Consideró que este mercado laboral ha crecido demasiado en Puebla, sin embargo todos tienen ingresos porque las marcas toman en cuenta el contenido de cada perfil para asignar contratos.
Cuestionada sobre la posibilidad de que su oficio desaparezca, dijo que los errores de algunos generadores de contenido han restado credibilidad al gremio y por eso las empresas deberían ser más cuidadosas al contratar a un influencer.
"Creo que las marcas deben estudiar bien a las personas que quieran que sean sus imágenes e investigar que el número de seguidores sea real, que el contenido vaya de la mano de la marca. Incluso hay aplicaciones que pueden ocupar para saber si en verdad su producto va a llegar a donde quieren", acotó.
LOS INFLUENCER DESAPARECERÁN POR FALTA DE CREDIBILIDAD: ESPECIALISTA
Para Liliana Bretón Alarcón, docente de la Facultad de Publicidad de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep), los influencer han creado un nuevo mercado laboral que ya está saturado y pronto va a desaparecer, a menos que evolucionen para evitarlo.
Lo anterior, porque el surgimiento de los influencers, youtubers, instagramers y blogueros ocurrió cuando las empresas se dieron cuenta que los famosos o gente del espectáculo ya no podían ser sus embajadores de marca para determinados públicos.
"La gente no es tonta, a lo mejor en el siglo pasado todavía les creían pero ahora saben perfectamente que recomiendan una marca porque les pagan por hacerlo".
Explicó que los influencer fueron una alternativa para diversas estrategias de publicidad pero tarde o temprano la gente también va a dejar de confiar en ellos, sobre todo porque ha incrementado el número de personas dedicadas a esa actividad y en varios casos actúan sin ética o abusando de las empresas.
"Ya está saturado, yo creo que el fenómeno Yuya ya no se va a repetir, eso ya no va a volver a ser porque cuando Yuya surgió había muy pocas personas haciendo eso", dijo al tiempo de señalar que ya también hay niños y adolescentes ganando dinero con las redes sociales.
En su opinión, la falta de regulación de este fenómeno ha dado pauta para que se incumplan las leyes, tal como ocurrió en las últimas elecciones en las que varios influencers promovieron el voto a favor del Partido Verde Ecologista de México (PVEM).
"Ha habido también una serie de abusos, desde un influencer que habla de comida, llega a un restaurante, se presenta y pretende comer gratis y lo mismo pasa en un hotel. Todo eso se tiene que terminar porque han abusado", añadió.
La catedrática sostuvo que este mercado ha crecido rápidamente porque para muchos resulta tentador ganar dinero sin trabajar mucho, no obstante, tarde o temprano las empresas van a dejar de invertir en un sector que no tiene futuro.
Con lo anterior, apuntó, solo quienes se adapten a las nuevas condiciones de la tecnología y la publicidad podrán mantenerse activos, aunque seguramente ganando menos de lo que percibían cuando surgió el oficio.