Movidos por la devoción, poblanos peregrinan a la Basílica de Guadalupe  

Pilar Pérez

  · domingo 10 de diciembre de 2017

Foto: Iván Venegas

SANTIAGO XALITZINTLA, Pue. A pie, en autobús o mediante ride,no importa cómo, la finalidad es llegar a Basílica de Guadalupe yque los peregrinos depositen en el altar todas sus esperanzas. Asíes como viajan los poblanos a unos días de la celebracióncatólica más importante de los mexicanos: el 12 de diciembre.

Movidos por la devoción y la esperanza de buscar salud y otrosmilagros para ellos o sus seres queridos, los peregrinos acudeneste fin de semana atravesando los municipios a las faldas delvolcán Popocatépetl y buscando senderos que les ahorren unoscuantos kilómetros y reduzcan las ámpulas en los pies por tantocaminar.

Jorge Mendivia y su hermano recién acababan de cruzar SantiagoXalitzintla y titubeaban un poco para atravesar un camino deterracería que les ahorraría unos cuatro kilómetros hacia Pasode Cortés, donde los agarraría la noche antes de poder ver e laVirgen de Guadalupe.

Un par de días dura su traslado a pie y el cansancio esindescriptible, pero este año los motiva algo muy especial pues elpasado lunes otro de sus hermanos cayó en cama aquejado por unaperitonitis por la que se debate entre la vida y la muerte.

Las lágrimas en los ojos de Jorge describen, sin palabras, laangustia que carga en el corazón, pero la fe depositada en laMorenita del Tepeyac le da el valor a él y su hermano, quiencargaba el cuadro de la Virgen en la espalda, para seguircaminando, pues están seguros de que Ella les cumplirá el milagrode poner de pie nuevamente al enfermo y pasar las fiestas denavidad como si nada pasara.

Unos minutos se detienen para charlar, agradecen y reemprendensu camino por un paso de terracería que saben les daría másretos pues las condiciones del paso son agotadoras.


UN PROBLEMA DEL CORAZÓN LAAQUEJA


Desde hace 23 años y motivada únicamente por la fe la señoraMaría Dolores Zacarías visita a la Morenita del Tepeyac. Hastahace un año el trayecto a pie fue sin problemas, pero este 2017 lasituación es un tanto complicada pues padece taquicardia y fuediagnosticada con una falla en el corazón, por lo que el esfuerzoal andar y la presión por la altura le provocan fatiga de manerainmediata, de tal forma que su peregrinación es muy difícil.

Caminando o en autobús se propuso que llegará antes del 12 dediciembre a la Basílica de Guadalupe, de ser posible, a partir dePaso de Cortés el viaje sería completamente a pie, mismo sitio enel que se encontraría con su esposo, cuñados y hermanos.

Poco antes de llegar a Santiago Xalitzintla la fatiga la aquejóy su estado de salud se tornó un poco complicado, relata con unasomo de preocupación y angustia, por lo que decidió tomar unautobús y adelantarse para recuperar el aliento. Con la vozentrecortada dice que confía en que llegará con bien a los piesde La Guadalupana y además de agradecer por entrar a la Basílicacon bien pedirá por la mejoría de su salud.

Con sonrisas tímidas confió en que su travesía fervorosatendrá buen término y cada persona a quien le confía suhistoria, en la comunidad, le desea lo mismo.


GRACIAS A LA VIRGEN SUHIJO GOZA DE SALUD


La mochila y la Virgen de fibra de vidrio que Macario Contrerascarga sobre su espalda es mucho más ligera que la fe que lomotiva, por décimo primer año, a peregrinar hacia la Basílica deGuadalupe.

El primer año que prometió acudir a la Villita fue porque suesposa sufrió un parto complicado y su hijo, ahora de 11 años deedad, estuvo a punto de morir, pero gracias a la intercesión de laVirgen Guadalupana, ambos gozan hoy de muy buena salud.

Por eso, con la mochila en los hombros, un tapaboca yacompañado de otro grupo, cuyos integrantes también llevan mandasdiferentes, realiza otra vez este año su peregrinación sinimportarle las ámpulas que a ratos no lo dejan seguir con elviaje.


A SU FAMILIA SOLO LA MUEVELA FE


José Luis Nava avanza con el cuadro de una Virgen en la espalday lo acompañan Juan Carlos y Jesús. No tienen más motivo que lafe y la devoción para llegar con la Guadalupana, más que pediralgo quieren agradecer todo lo que tienen: familia, salud ytrabajo.

Cada año desde hace más de 40 viaja en diciembre a la Ciudadde México Sara para encontrarse con la Virgen, lo ha hecho enautobús, en bicicleta y a pie, pero es de esta última forma comodisfruta más el viaje.

De forma apresurada caminan sobre la carretera uno detrás deotro para encontrar los puntos exactos en los que pueden descansary parar a tomar algunos alimentos, pues en todos lados encuentran apersonas que les dan de comer o un vaso de agua, que además deconfortar su estómago, alivian su alma.

Saben que hay problemas económicos por los que este año muchaspersonas decidieron no participar en la peregrinación del 12 dediciembre, pero la familia Nava cree que cuando hay devoción todoes posible.

Como ellos, miles de poblanos piden permiso en sus trabajos,cierran sus negocios, dicen adiós a sus familias por un par dedías y cumplen con sus mandas, agradecen los milagros, piden pornuevos dones.

La forma de traslado no importa, la mayoría de ellos lo hace apie y termina con los pies llenos de ámpulas, pero para ellos valela pena pues su devoción es más intensa. El regreso es un tantomás fácil, toman autobús y viajan, parece, más ligeros,teniendo como propósito regresar el próximo año.

Algunos viajan solos, otros con la familia, muchos de ellos engrupos de amigos o conocidos y cada año son más los niños que sesuman entusiasmados y, algunos de ellos, asustados por el viaje,pero –dicen- también van con mucha fe.

Hay quienes toman la celebración como un momento de diversión,lo cual no es bien visto por quienes viajan con fe, pues muchasveces los grupos solo aprovechan para emborracharse y de latradición católica no aprovechan nada, pero aun así todos semuestran respeto en esta fecha.

Toda la carretera hacia Paso de Cortés y el sitio conocido comoLas Torres, que forman parte de la ruta en las faldas del volcánPopocatépetl, poco a poco se va llenando de peregrinos y para el12 de diciembre todo habrá vuelto a la normalidad en lascomunidades en las que, a veces, parece que no pasa nada.


“A PIE, EN AUTOBÚS O PORRIDE, HE DE LLEGAR”


Don René Sarmiento viaja con una ligera mochila y pasa decamioneta en camioneta con singular alegría. Hace unos 50 añosque realiza este viaje hacia la Basílica de Guadalupe, aunque elaño pasado el recorrido se vio frustrado por un problema de laciática que lo llevó a estar en cama algunos días, sin embargo,se prometió que este 12 de diciembre no pasaría lo mismo por loque se enfundó en una faja y pantalones deportivos para realizareste viaje.

Las palabras que se repite todo el camino son "a pie, enautobús o por ride, no importa la forma pero voy a llegar a ver ala Virgen de Guadalupe". Está consciente que es un viaje pesado ymás si lo hace solo, pero conoce bien el camino, sabe dóndedescansar y siempre hay gente que ayuda a los peregrinos en estasfechas.

Don René se para a platicar con cuanta persona se cruza en sucamino y le cuenta un poco de su historia, se preocupa por labasura que los peregrinos tiran en el cerro y la carretera puesasegura que dañan a la naturaleza y empobrecen los bellospaisajes, pero nada puede hacer.

Unas monedas carga en su mochila para poder pagar su pasaje aaquellas personas que se lo cobran, pues no todos los vehículosque lo levantan lo hacen gratis. Realiza la seña característicapara pedir ride, se detiene una camioneta con batea, rápidamentese sube y reinicia su viaje.