Las autoridades sanitarias tienen ubicados siete municipios poblanos sin registro de casos positivos de covid-19 desde el comienzo de la pandemia, lo que se ha atribuido principalmente a que sus comunidades están alejadas de las grandes concentraciones urbanas. Con poca gente en circulación es menor el riesgo de contraer la enfermedad.
Sin embargo, sus habitantes no están tan convencidos de su buena suerte en medio de miles de casos de coronavirus.
Entrevistados por este diario, los habitantes confiesan que ha habido casos sospechosos, pero que, debido a que en sus comunidades no hay infraestructura médica para atenderlos, las personas que presentan síntomas relacionados con la enfermedad son enviados a otros municipios. Por eso es que consideran que sus demarcaciones no aparecen con registros de covid-19, lo que no significa que ahí no existan contagios.
Los municipios de Puebla que no han reportado ni un sólo caso de coronavirus (de acuerdo con las autoridades estatales) son Zapotitlán, Tlapacoya, Tepeyahualco, Tepango de Rodríguez, Chigmecatitlán, Coyomeapan y Axutla. El secretario de Salud José Antonio Martínez García ha dicho que esto se debía a su baja densidad poblacional, lo que disminuyó la probabilidad de contagio.
EL SOL DE PUEBLA hizo un recorrido en cuatro de estos municipios.
El primero fue Tepeyahualco, ubicado a dos horas de la capital poblana y cerca de “La Célula”, el complejo militar que está en Oriental.
Para llegar se tiene que cruzar una carretera grande en donde no hay negocios ni colonias pequeñas para detenerse. Desde que llegas a este lugar puedes ver a un gran porcentaje de ciudadanos sin cubrebocas, pero, pese a ello, los comerciantes sí te piden portarlo para ingresar a sus establecimientos.
La señora Maribel Hernández es dueña de una miscelánea en la entrada de Tepeyahualco. Desde que se anunció una emergencia sanitaria cubrió sus productos con plástico, ya que no tenía dinero para comprar mamparas de protección. Puso letreros para pedir que usaran cubrebocas e instaló botellas con gel antibacterial.
Hasta el momento no ha tenido en su familia ni círculo cercano enfermos del SARS-CoV-2, ni mucho menos muertes. Sólo se cuidan por miedo a que llegue al municipio, pero la pandemia ha sido lejana de su ambiente.
Lo que sí han visto los pobladores son casos de personas que “enfermaron muy grave de gripa”, “que tuvieron problemas respiratorios”, pero en su Centro de Salud del Núcleo Básico les dijeron que no podían determinar si era coronavirus. Les mandaron tratamiento y se recuperaron sin nunca saber si se trató de este virus o no. O bien, les piden acudir a Libres o a Oriental, donde hay hospitales con características para atenderlos de mejor manera.
Para la señora Estela Hernández el municipio es sano, ya que los abuelos son longevos y muy rara vez los niños se enferman de “cosas extrañas”. Para ella, como para mucha gente del pueblo, la enfermedad al principio les parecía una mentira, pero como fue pasando el tiempo creyeron que era real.
También hay que mencionar que este municipio es muy solitario, no se ven niños jugando en su plaza principal, ni personas aglomeradas, tampoco es un lugar que reciba muchas visitas y eso se puede notar en la escasez de negocios de comida y que no hay lugares de entretenimiento. Sólo hay un spa-hacienda, más para viajeros que para lugareños, pero para ingresar se necesita hacer reservación.
Actualmente están haciendo obras en una calle muy grande del municipio y también eso hace que las personas no salgan frecuentemente de sus casas, pues sus hogares se llenan de tierra y las calles son difíciles de transitar.
POBLACIONES SIN GENTE
Otro de los municipios de este “privilegiado” grupo de siete es Axutla, ubicado en la región mixteca, que está a dos horas y media de distancia de la capital poblana. La carretera para llegar a este municipio está llena de curvas y no se pueden ver comercios a un costado de los caminos como suelen verse los trayectos para otras demarcaciones.
Hasta llegar a Tehuitzingo otra vez hay movimiento comercial y de personas, pero nuevamente al salir se pueden ver carreteras solitarias. No hay servicio telefónico durante este trayecto ni al llegar a la cabecera.
El municipio es muy pequeño, sus pobladores no ocupan el cubrebocas en un gran porcentaje y, a diferencia de otras presidencias municipales, en la de aquí no hay anuncios para cuidarse del coronavirus. Lo que sí hay es información para migrantes que emite el INPI, el Gobierno de México y el Gobierno de Canadá como mendicidad forzosa y modalidades en la trata de personas.
La plaza principal está llena de color. Tiene un letrero grande con el nombre de Axutla, sin embargo, no hay gente, luce vacía y a un costado se encuentra la iglesia en donde solo hay dos cartulinas en donde piden usar el cubrebocas para entrar, pero de igual modo, no hay mucha gente como en otros inmuebles religiosos.
La gente es muy reservada, no les gusta hablar con personas externas al pueblo, sólo se limitaron a comentar que este lugar es de muchos migrantes, por ello luce abandonado, pero con varias construcciones de casas (generalmente bien hechas) por las remesas que mandan los pobladores que trabajan en el extranjero.
En suma, aquí los pocos pobladores que hay no han escuchado de muertes por la Covid-19, pero al igual que las otras demarcaciones, sí de casos sospechosos.
En Axutla hay solo una clínica de Medicina Preventiva adherida al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Bienestar. En este lugar la enfermera encargada confirmó que no se hacen pruebas para detectar la enfermedad ya que la clínica es “austera”, el año pasado la presidencia municipal compró pruebas, pero no dijeron cuántas y si dieron positivo o negativo. En caso de querer hacerse una prueba los mandan a Izúcar de Matamoros.
Secrecía absoluta guardada por las autoridades médicas.
En Chigmecatitlán (también región mixteca) la pandemia pegó de diferente manera, pues, aunque no han reportado tampoco muertes, su economía se ha visto mermada de manera significativa, pues ellos se dedicaban a vender artesanías de rafia para ferias patronales, las cuales fueron canceladas.
Al igual que los otros municipios, para llegar hay que cruzar una carretera vacía y el poblado es muy solitario, los ciudadanos refieren que sólo hacen grandes fiestas el día de su santo patronal que es la de San Antonio, en el mes de julio.
Aquí se ven muy pocos niños jugando en las calles y la mayoría de los pobladores no usan cubrebocas, pero en esta demarcación son más visible las normas de sanidad para evitar los contagios, pues en las calles, la presidencia municipal, en el panteón, en la iglesia y en los comercios hay lonas en donde piden cuidarse del coronavirus, solicitan el uso de cubrebocas, así como mantener la sana distancia.
De la capital de Puebla a Chigmecatitlán la distancia es de dos horas y media, está alejado de las demás demarcaciones y por eso los pobladores creen que los contagios masivos no han llegado. También consideraron que esto se debe a que los posibles contagios no son atendidos aquí, sino que los envían a Tepexi de Rodríguez o a Zacapoala, municipios con infraestructura más grande.
EN PRINCIPIO PENSARON QUE EL VIRUS NO EXISTÍA
En Tepango de Rodríguez (Sierra Norte) al principio los habitantes veían con desconfianza la existencia del virus. La mayoría creía que se trataba de una forma de manipulación del gobierno. Fue hasta cuando empezaron a registrarse los primeros casos de contagio en municipios cercanos o con familiares o amigos cuando notaron e hicieron consciencia de la gravedad del tema.
La primera medida fue no tener puestos en el tianguis tradicional de los martes, las personas ya no salían tanto a las calles y en varias ocasiones se instalaron brigadistas en los caminos para sanitizar a la gente, tomar temperatura y brindar información.
Los pobladores de esta demarcación consideran que si no hay contagios se debe a que los pobladores han acatado las medidas sanitarias que se implementaron por parte de las autoridades, ya que hasta en las fiestas patronales de diciembre pasado la mayoría usó cubrebocas.
Además, creen que influye la alimentación de la zona, basada en productos naturales y la actividad física la a que se someten por sus actividades cotidian