En Santa Bárbara Almoloya hay un lugar que diariamente recibe hasta 400 mujeres. Todas ellas arriban para compartir un espacio que data de la época prehispánica. Se trata del área de los lavaderos comunitarios, situada atrás de la iglesia de esta comunidad perteneciente a San Pedro Cholula.
Una a una es como las usuarias aparecen en este sitio colectivo. Algunas llegan a pie y otras en bicicleta, pero también hay quienes lo hacen en vehículo.
Generalmente no hacen fila para ocupar una de las 37 pilas agrupadas en dos hileras que son abastecidas por un nacimiento de agua encontrado al interior del templo católico.
Una vez instaladas todas lavan a mano. Aquí no funciona la lavadora, porque ellas siguen ocupando este polígono único con registro en la zona conurbada de Puebla, que antes de 1968 tenía piedras como lavaderos y que después de ese año fueron cambiadas por estructuras de cemento.
Este punto de reunión guarda muchas historias compartidas por los lugareños. Hay quienes refieren que antes y después de la llegada de los españoles a la antigua Cholula (ahora territorio de San Pedro Cholula), las generaciones pasadas ya lo ocupaban para bañarse y tallar ropa. Otros más ventilan que su antigüedad es mayor a un milenio.
También hay voces que aseguran que el agua del manantial es milagrosa, porque muchas personas han aliviado los síntomas de varicela y viruela al ser bañados con ella. Varias más piensan que es un atractivo no explotado en el municipio.
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En esta comunidad no hay documento histórico que ofrezca detalles de los lavaderos, pero los pobladores consideran un privilegio contar con ellos. Otorgan el mismo crédito a la fuente que sigue dotándolos de agua cristalina, pues éstos son parte de los usos y costumbres de Almoloya, comunidad que antes de recibir este nombre por los frailes franciscanos se llamó San Juan Acocomulco.
BENEFICIOS
Justo atrás de la iglesia de este pueblo hay un área rodeada de árboles, donde los lavaderos de Almoloya están a disposición de las mujeres. En una manta puede leerse un reglamento que norma su empleo.
“Respeta la fuente de la vida, es un bien común, no la contamines, cuídala. Prohibido lucrar con este espacio comunitario, comparte los lavaderos, no son para escurrir o remojar. Prohibido meter mascotas al agua. Prohibido nadar y pescar”, piden los cuidadores de este espacio a los usuarios.
Verónica Xicoténcatl, jefa de familia, dice conocer el reglamento ya que, en los últimos seis años, de dos a tres veces a la semana acude a lavar varias docenas de ropa.
“Tengo lavadora, pero vengo porque me ahorro la luz y el agua, aprovecho lo que la naturaleza nos regala, el agua corre aquí”, platica a El Sol de Puebla.
Mientras jabonaba varias prendas, cuenta que su mamá y su abuela también lavaron en este lugar, pero a una de ellas le tocó hacerlo en piedra y debía hincarse para hacer esta actividad doméstica.
Agrega que ella usa su bicicleta para hacer menos pesado el traslado de los botes que emplea para llevar la ropa húmeda. Su fiel acompañante es su perrita “Deysi”, que generalmente duerme durante la espera.
En otro punto de la fila de lavaderos, Patricia Blandón Noriega, de 34 años de edad y con título de enfermera, expresa que hace años llegó a vivir a Almoloya por cuestiones laborales y desde entonces usa el espacio.
“El agua no es fría, sale tibia, pero muchas venimos, hay quienes llegan de madrugada”, añade.
No conoce mucho la historia de la zona, pero indica que Almoloya cuida este sitio natural que la ayudó a conocer a varios habitantes.
“A veces platicas y otras no, depende del tiempo que tengas y a quién te encuentres lavando, pero es una experiencia grata venir aquí”, concluye la trabajadora de la medicina.
UN PRIVILEGIO
En la misma zona estaba Ángel Guerrero Nava, quien, junto con su familia, observaba este sitio.
“Yo no vengo a lavar, estoy de visita. Mi hija se casó aquí y vinimos a visitarla y me parece increíble que los pobladores tengan este lugar donde además nace el agua”, aclara.
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Residente del estado de Oaxaca, puntualiza que en el Istmo de Tehuantepec, donde tiene su domicilio, no hay lavaderos comunitarios.
“No tenemos un lugar así, no lo hay, solo tenemos problemas con el agua y aquí hay mucha riqueza natural”, abunda.
Se pronuncia porque las autoridades difundan Almoloya por sus aportes turísticos y culturales.
¿AGUA MILAGROSA?
Los lavaderos de Almoloya son un espacio bajo resguardo del pueblo, como también lo está el nacimiento de agua encargado de suministrarlos.
El fiscal de la iglesia, Adrián Aguilar Velázquez, destaca que el manantial antes de la Conquista de México formaba una poza que tenía uso colectivo, pero tras la edificación del inmueble religioso ordenada por los franciscanos, éste quedo al interior.
Años posteriores fue levantado un estanque que traza el curso del agua, el cual termina desembocando en la pila central que divide las filas de los fregaderos y posteriormente en el subsuelo.
No minimiza la existencia de un pequeño cuarto integrando a esta infraestructura. Esa construcción sirve para que visitantes y quienes creen que el agua es milagrosa puedan bañarse o empaparse.
“Muchas personas de Tlaxcala, Atlixco y de los alrededores de San Pedro Cholula tienen la creencia de que el agua es milagrosa. Nosotros como pobladores la vemos normal, pero muchos tienen esta creencia y los respetamos porque llegan a bañarse para limpiarse de alguna enfermedad, principalmente de viruela y varicela”, resalta.
Subraya que campesinos de otras zonas han visitado Almoloya para llevarse una porción de agua del estanque para obtener este recurso cuando perforan pozos, pues agregan un poco en la excavación y en muchos casos ha brotado.
El fiscal informa que los domingos se abren los portones de la iglesia de Santa Bárbara para que visitantes y locales conozcan el estanque del manantial que cuenta con varios ejemplares de peces que nacieron en él. Entre semana también se puede recorrer, pero el paso debe estar autorizado por algún custodio.
Admite que el agua hasta ahora no ha dejado de brotar, pero sí ha disminuido su corriente en los últimos 20 años, ya que desde ese tiempo hay extracciones en pozos profundos perforados en otros puntos de este municipio que afectan el atractivo.
DIFUNDIRLO
El presidente auxiliar de Santa Bárbara Almoloya, Edmundo Mitzi, revela que su oficina ha tenido acercamientos con la presidenta municipal, Paola Angón Silva, en donde ha solicitado difusión a favor de este atrayente.
Sintetiza las aportaciones turísticas que tiene Almoloya, como es la zona de los lavaderos y su feria patronal, que es la segunda más grande, después de la patronal de San Pedro Cholula dedicada a la Virgen de los Remedios.
Enlista un trueque tradicional que se celebra en diciembre y la llegada de decenas de comerciantes de toda la región para vender chiles secos y otros productos.
“Queremos difundir nuestra comunidad, porque es parte de la cultura de Cholula. A los lavaderos diariamente pueden llegar hasta 400 mujeres, pues algunas desde las 5 de la mañana llegan, pero todo el día se ve el ir y venir de mujeres cargando sus botes o cubetas de ropa”, concluye.