Hace algunos años el trabajo de camarógrafo era considerado exclusivamente de hombres debido a que se necesitaba mucha fuerza física o esfuerzo prolongado para cargar equipo pesado, sin embargo, Nadia González vino a cambiar ese status quo y se convirtió en la primera mujer y, hasta el momento, en la única camarógrafa de la capital poblana.
En entrevista con este medio y como parte del mes de la mujer, Nadia compartió que dedicarse a capturar imágenes no es tan fácil como se cree, pues al inicio se encontró con muchos obstáculos, principalmente por su sexo, porque sus jefes de aquel entonces y sus propios colegas creyeron que no podría lograrlo.
“Tengo 25 años y comencé desde los 19, desde que inició mi carrera y desde ese entonces empecé a hacer prácticas como microfonista y como técnica que es considerado lo más básico y hoy, soy camarógrafa en una televisora de Puebla (…) fue complicado al inicio, ya que aquí en Puebla no están acostumbrados a ver una mujer haciendo este trabajo y fue difícil hacerles entender que yo podía con el paquete”, compartió.
Lo que al inicio necesitó Nadia para seguir su sueño fue apoyo del medio, pero no lo tuvo. Esto no la desanimó, ya que por su propia cuenta buscó aprender, incluso compró libros para informarse del tema, aunque la mayoría no estaban en español. “Compré muchos manuales para ocupar los equipos técnicos, en aquel entonces sólo encontré en inglés y tuve que traducirlos”, agregó.
En uno de sus anteriores trabajos estaba prohibido que una mujer fuera camarógrafa, por ello, cuando tuvo la oportunidad de tomar el equipo y grabar en otro medio de comunicación, lo tomó, no lo pensó dos veces y avanzó hacia su nueva aventura.
Nadia tuvo que ingresar al gimnasio para comprometerse al cien por ciento con este trabajo, ya que necesitaba más fuerza en los brazos y ser más ágil para poder correr o trasladarse más rápido cargando el equipo. Además, en los llamados “chacaleos” que es en donde todos los reporteros y camarógrafos se concentran para entrevistar a un personaje, la solían empujar o quitarla de su lugar, por lo que necesitó más fuerza en piernas para defender su espacio.
En ese entonces creyeron que yo no podría con el trabajo, también tengo que decir que en ese entonces las cámaras y el equipo técnico eran muy pesados y yo creo que mi estatura y mi complexión no ayudaron para que ellos creyeran que yo podría cargarlo, por eso me preparé físicamente, entré al gimnasio y ahora puedo cargarlo sin problemas comentó.
Su familia y sus amigos cercanos han sido su sostén y la razón por la que no tiró la toalla, pero, en definitiva, su mayo fan es ella misma, pues día con día se da cuenta del camino recorrido y espera que con el tiempo más mujeres quieran dedicarse a esto. En suma, si alguna mujer quiere aprender, Nadia está en toda la disponibilidad de enseñar, ya que, en su momento, no tuvo dicho respaldo.