Hace seis meses, María Apolinar Rico, de 92 años, buscó una laparoscopía en el Hospital Regional del ISSSTE, sin embargo le colocaron otro tratamiento especialmente intrusivo para alguien de su edad. Aunque intentó ser atendida en otro estado, e incluso interpuso un amparo, tampoco recibió la ayuda que necesitaba. Ella murió el fin de semana a consecuencia de una larga espera.
Al ser derechohabiente del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (Issste), quiso recibir una atención digna en el centro médico que le correspondía, el de San Manuel. Ahí le diagnosticaron cálculos biliares, que le impedían liberar la bilis de su organismo, en octubre de 2021.
Y aunque la atendieron de forma inmediata, a ella le colocaron un tratamiento poco recomendado para alguien de su edad, un stent biliar. En entrevista con este medio, Daniel Rico, nieto de María, refirió que los médicos tratantes de su abuela le dijeron que al ser una persona adulta mayor, el proceso sería riesgoso por la cantidad de anestesia aplicada en la paciente y que además, debía cambiarse cada trimestre.
No obstante, la institución procedió a colocarle ese aparato cilíndrico que le permitió expulsar la bilis acumulada.
Ella enfermó posteriormente en noviembre de ese año, pero en esa ocasión se trató de retención de líquidos a causa de bajos niveles de sodio en su organismo. Ante ello, Daniel llevó a su abuela a ese nosocomio, pero se negaron a recibirla e incluso, le recomendaron acudir a otro lugar.
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Ante la desesperación, viajó junto a su abuela a la Ciudad de México (CDMX) para probar suerte en el Hospital Regional 1 de Octubre, también del Issste. El problema fue que, aunque la trataron de urgencia, le indicaron que al estar registrada en Puebla, no podía continuar su tratamiento en ese estado.
Con el objetivo de asegurar continuidad en el procedimiento médico de su abuela y con la esperanza de que tarde o temprano le hicieran una laparoscopía, Daniel la cambió a una clínica capitalina e inició nuevamente el proceso.
ISSSTE PUEBLA NIEGA QUE MUJER FUE RECHAZADA
En entrevista, Arsenio Torres Delgado, director del Hospital Regional del Issste en Puebla, negó que la institución haya rechazado en algún momento atender a la mujer de 92 años de edad: “A la paciente siempre se le atendió”, dijo con determinación.
Al ser cuestionado sobre la caducidad de un stent biliar, admitió que debe ser cambiado en un periodo mínimo de tres meses y un máximo de seis. Indicó que en ese caso particular, los médicos determinaron que esa opción era mejor, pues supuestamente, la paciente no estaba tan grave: “Mientras no tenga ningún otro problema, se puede quedar ahí el stent”, aseveró.
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Agregó que la institución le agendó dos citas de seguimiento a María Apolinar, una en noviembre del año pasado y otra en enero de 2022, sin embargo, en el caso de la primera, no asistió a consulta y respecto a la segunda, la mujer ya se encontraba registrada en otro hospital.
Respecto a la ocasión en la que la paciente acudió por los bajos niveles de sodio, Torres Delgado indicó que no existe registro alguno sobre el ingreso a piso de la paciente a ese nosocomio, por lo que evitó pronunciarse sobre si se trató de una denegación arbitraria del servicio médico o no.
MARÍA APOLINAR RICO LLEVÓ SU CASO HASTA TRIBUNALES FEDERALES
En el Hospital Regional 1 de Octubre María Apolinar tampoco recibió el trato adecuado, puesto que el stent biliar que llevaba en su organismo caducó desde enero pasado y trabajadores de ese lugar le dijeron que ya no era necesario retirarlo, supuestamente porque el estado de salud de la paciente había mejorado, cuando eso fue falso, insiste Rico.
Ante ello y con ayuda de litigantes, se interpuso el amparo 183/2022 ante el Juez Décimo de Distrito en Materia Administrativa de la Ciudad de México y en contra del Issste en CDMX. Ahí se pidió evaluar nuevamente el tratamiento ideal para María y quitarle el stent caducado, además de garantizar su derecho a una atención ambulatoria.
Pese a que en un principio la justicia federal fijó la audiencia definitiva para el pasado 4 de marzo, personal jurídico de la institución argumentó que la notificación del juicio les llegó tarde, por lo que solicitaron un cambio de fecha para el próximo 11 de abril.
En ese proceso, la defensa de la mujer pidió como medida de suspensión, que antes de la audiencia, el Issste brindara el servicio médico directamente en el hogar de la paciente, pues se argumentó que el nosocomio la dio de alta sin atender su padecimiento adecuadamente.
Aunque la solicitud fue aprobada por el Vigésimo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito, hasta el pasado 15 de marzo, el Issste siguió sin cumplir con lo ordenado.
Finalmente, Daniel admitió que en estos momentos lo único que siente es dolor, pero pide que el caso de su abuela sirva para evidenciar las fallas del sistema de salud pública: “Antes de morir mi abuela me dijo ‘Yo quiero estar bien para ti, porque no quiero que estés solo’”, externó con dolor.
