Paseos en sitios públicos, fiestas multitudinarias y hasta torneos de futbol, son algunos ejemplos de la desobediencia social y la falta de la cultura de los poblanos para atender las medidas sanitarias por Covid-19, que ha contagiado en la entidad a 5 mil 571 personas y matado a 733.
Tomar un helado en familia, tener una cita romántica en pareja, o simplemente platicar con uno o varios amigos en el centro de la ciudad, pasó de ser una escena cotidiana a representar un riesgo de expansión del virus, aún sin tratamiento médico y cura. Sin embargo, los poblanos siguen llevando a cabo esas actividades como si no “pasara nada”.
Carlos Martínez, su esposa Rocío y Naty, la hija menor, comían un helado bajo los rayos del sol en una banca de zócalo de Puebla, pasando inadvertida la alerta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que refiere que el coronavirus "puede persistir en las superficies durante algunas horas o hasta varios días" y que, en la entidad, los contagios diarios superan los 80.
A mediados de mayo, en el zócalo de la capital y parques como el del Carmen y el Paseo “Nicolás Bravo” se colocaron las cintas amarillas para prohibir su uso, no obstante, los elementos fueron inmediatamente arrancados por los poblanos, que no acataron la medida de sana distancia y salieron de casa.
Por varios días, policías municipales hicieron un llamado a las personas que ocupaban indebidamente las bancas de hierro para pedirles se retiraran a su hogar o que usaran el cubre bocas. Todos los esfuerzos con resultados negativos. “A mí no me mantiene nadie, a ti te lo regalan”, responde un varón de la tercera edad, en uno de tantos videos que se han hecho populares en redes sociales.
Las postales del centro histórico reflejan (hasta la actualidad) dos realidades: un comercio establecido que cerró negocios, con pedidos en domicilio en caso de los restaurantes, y el segundo, el sector informal que trabajó sin restricciones ni sanciones.
El 9 y 10 de abril, con motivo de la Semana Santa, cientos de poblanos acudieron a comprar pescados y mariscos en las inmediaciones del mercado 5 de Mayo, ubicado en la 18 Poniente. A pesar de la emergencia sanitaria, nadie guardó distancia.
Mientras, en la periferia de la ciudad, los poblanos también desafiaron al coronavirus y la autoridad con la instalación de tianguis en puntos como San Isidro, San Ramón Primera Sección, la Unidad Habitacional Antorchista, Loma Bella y hasta en la popular zona de Los Lavaderos.
En el ámbito religioso, los católicos “pecaron” al festejar al Señor de las Maravillas, y aunque en la entrada del templo había un letrero que advertía no tocar la urna para no contagiarse con la “bacteria”, a muchos no les importó. La iglesia lució abarrotada y hasta con mariachi.
Asimismo, cada 15 días hay largas filas en los bancos con personas que van a cobrar su nómina, algunas de ellos, sin ninguna protección.
La contingencia por la pandemia tampoco limitó que familias completas acudieran a comprar la despensa en supermercados.
En el transporte público, las omisiones son tanto de los operadores que levantaron pasaje pese a que sus unidades iban a toda su capacidad, hasta de las personas que observando esa situación decidieron subirse, sin salir con tiempo de sus viviendas.
NO RESPETARON EL DÍA DE LAS MADRES
De las largas filas por la pizza hasta el pastel, los poblanos no respetaron las medidas de salud en los festejos con motivo del Día de las Madres, así como el Día del Niño.
El pasado 30 de abril, la compañía Little Caesars lanzó una promoción que generó aglomeraciones en sus sucursales de Puebla y otros puntos del país, como Veracruz, Sinaloa y Jalisco.
Diez días después, con motivo del Día de las Madres, los poblanos abarrotaron las pastelerías, como la famosa “Nonina´s” y la de la “Abundacia”. En tanto, vendedores de flores aprovecharon la ocasión para colocar pequeños puestos o acomodar cubetas con ramilletes en calles y cruceros de la ciudad. Los festejos en casa no se cancelaron.
¿UNA CASCARITA?
El 50 por ciento de los poblanos con teléfono inteligente y que tienen la herramienta de ubicación de Google salieron de su casa para ir a un parque público, refiere el último reporte de movilidad del buscador, con fecha actualizada al 7 de junio.
Los poblanos han usado estos espacios públicos para la reta de futbol. En redes sociales y medios de comunicación se han exhibido estos casos en La Margarita, Barranca Honda, Granjas de San Isidro, San Pedro, Álamos Vista Hermosa, Guadalupe Hidalgo y Bosques de San Sebastián.
Además de las colonias Solidaridad Nacional, Analco, Colonia Patrimonio, Satélite Magisterial y Xilotzingo, en algunos puntos ha acudido la policía u otras autoridades para cancelar los juegos, pero es evidente la molestia ciudadana.
LAS FIESTAS COVID
Tomar un whiskey de la misma botella, besos, abrazos, fotos grupales y un sensual baile de reggaetón pegadito son las características de las múltiples fiestas en tiempos de Covid-19.
Estas situaciones han generado que se creara la cuenta de Instagram “covidiotas.puebla”, en la que hay decenas de videos de jóvenes divirtiéndose sin tomar las medidas de salubridad necesarias. Algunos festejos son por cumpleaños y algunos se valen hasta de una alberca.
“De algo nos vamos a morir” y “El corona no me hace nada” sic., son algunas de las frases en la que jóvenes exponen sus festejos, rodeados de mucho alcohol.
Las autoridades también han intervenido. El viernes 23 de mayo acudieron funcionarios municipales a un domicilio donde había alberca y unas 50 personas en Jardines de San José en la junta auxiliar Santa María Xonacatepec; después, en la colonia SNTE, donde había unas 100 personas.
Adicionalmente, han sido clausurados establecimientos donde venden alcohol abierto a sus clientes. Entre el 21 y el 24 de mayo se clausuraron 7 establecimientos, en las que destacas pulquerías ubicadas en la 4ta Sección de San Ramón y otra en Bosques de Manzanilla; y la papelería “Faty”, en la colonia 10 de Mayo.
FEDERACIÓN EXPUSO A ABUELITOS
Más de dos horas de espera de pie, cambios bruscos de temperatura que iban de frío a calor, largas filas y sin la aplicación de medidas de sana distancia por la contingencia sanitaria del coronavirus, fueron las complicaciones que vivieron en marzo los poblanos de la tercera edad para cobrar su pensión por parte del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
“No quería venir por la enfermedad del coronavirus, pensé que nos iban a citar cuando ya pasara esto (la contingencia), pero nos hablaron para que lo hagamos. Sí hay temor, pero nos arriesgamos por necesidad, ya se lo dejamos a Dios”, dijo Ana María, de Barranca Honda.
Fue hasta la primera semana de abril cuando las personas de la tercera edad fueron atendidas por parte de la delegación de la Secretaría del Bienestar, con previa cita, y se acondicionó un espacio para prevenirse de Covid-19 con un área más amplia y en la que ya pudieron tomar asiento.
LA NUEVA NORMALIDAD
Para junio, cuando se decretó la denominada “nueva normalidad”, los comercios de la zona centro de la ciudad, de la 8 a la 22 Poniente, están abiertos pese a ser “no esenciales”. Se trata de zapaterías, salones de belleza (uñas, cabello, maquillaje), cadenas de electrodomésticos, joyerías, entre otros.
Este primer fin de semana, en el zócalo, se puedo observar mucha gente, más del 50 por ciento de ella sin utilizar el cubre bocas, comiendo en las bancas del zócalo o caminando en familia sobre la calle 5 de Mayo.
Una trabajadora declaró, de manera anónima, que en la tienda de ropa donde trabaja abrirán solo de jueves a domingo de 12 horas a las 5 de la tarde. “Solo tienes que tocar y ya les abrimos; sí me da miedo (el coronavirus), pero ¿qué le podemos hacer?”, dijo.
En una joyería, un empleado señaló que los supervisores los tienen amenazados por lo que no podían dar una declaración, pero que hacía todo lo posible para protegerse: “yo traigo mi cubre bocas”, apuntó.