“Tiene como dos años que rentaron este terreno para poner un negocio y es un problema porque tienen arena y se hace polvadera (…) el polvo nos está afectando a mí y a toda mi familia, nos enfermamos de la garganta a cada rato y hasta afónicos estamos”, expone Guadalupe Eustaquio Vázquez, vecina de la colonia Guadalupe Hidalgo, quien junto con otro grupo de señoras, denuncia la situación.

“No podemos abrir ni puertas ni ventanas porque entra todo el polvo, y menos podemos colgar la ropa porque inmediatamente se empolva todo”, añade.

El terreno en cuestión se encuentra en avenida Hidalgo número 737, y es un negocio hechizo de materiales de construcción en el que, al centro, tienen un montículo de tierra y por obvias razones con la fuerza del viento, se levanta provocando molestias en los vecinos que acusan estar hartos de no poder ni sacar a los niños a jugar.

La casa de Lourdes González Huerta está justo junto al banco de arena y por consiguiente es la más afectada, hasta un hoyo le ha provocado la góndola que deposita el material ahí.

“Yo creo que no es sano para nosotros (…) es una tierra delgadita, delgadita, orita está calmado porque ha llovido, pero cuando no llueve el polvo es tan finito que lo respiramos el polvo, te suenas la nariz y sale negro. Mis niños se enferman mucho de la garganta y el doctor ya nos dijo que es por eso”, advierte.

Refiere que además a veces pegan la tierra junto a la pared de su casa y entonces se humedece, pero ahí no para el problema el camión le hizo un hoyo a su pared, que tuvieron que arreglar, y a su hija le tiraron la barda de su casa, que si se la levantaron nuevamente pero la molestia nadie se las quita.

“La barda esta que es de mi hija también, se la tiraron y si la levantaron, pero yo digo que es un peligro y más para la salud, llevan para dos años. Las góndolas llegan de madrugada a tirar la tierra, a la una, a la dos, a las cinco, hacen un ruido muy molesto sobre todocuando se echan de reversa”, sentencia.

Dulce Anahí, otra vecina, acusa que los niños no pueden salir a jugar, “de por si los niños están encerrados en casa, nosotros tenemos un poco de espacio para que salgan a jugar pero no pueden porque se empanizan. Sale una a ver quién toca la puerta y toda la tierra en la cara, pero duro el golpe de tierra, se siente feo como cae toda la tierra pesada, hasta te la tragas”.

“Si lavas ropa tienes que meterla súper rápido porque cuando la sacudes sale toda con polvo, con un montón de tierra, pareciera que ni la lavaste y eso no es justo. Los electrodomésticos, abres las ventanas y todos se llenan de tierra, todos se dañan, tienes que comprar aire comprimido para computadoras”, añade.

Por si esto fuera poco, las señoras acusan que a su vez, las personas que rentan el local, llegan temprano y se ponen a tomar y ya por la tarde estos señores molestan a las jóvenes que pasan.

“El otro día me paso que abrí la puerta y una chica que esperaba su combi me dijo, me están molestando, entonces yo le dije espérate acá (del otro lado de la calle) y cuando llegó la combi y se cruzó y se fue”, señala.

Ha tal extremo ha llegado el problema y la desesperación de las vecinas que Dulce Anahí lo reporto vía telefónica al Ayuntamiento, la atendió Samantha Álvarez quien le dio el folio 15480 y el número de control interno DAC 1037-2021. Aunque la situación parece no preocuparles porque es la fecha que no han ido.