Aunque resalta que es amigo del titular del Ejecutivo Federal y de su esposa Beatriz Gutiérrez Müller, el presidente del Consejo Asesor Empresarial Capítulo Puebla, Alfredo Rivera Espinosa, advierte que no entregará un “cheque en blanco” a Andrés Manuel López Obrador al avalar y dar un punto de vista favorable, sin previo análisis, a todas propuestas en materia económica para el país.
“Los amigos se hieren con la verdad, se dicen la verdad, ¿por qué?, porque para esos son amigos, es un doble compromiso y sobre encima de todo está mi amor por la nación y la defensa de los valores”, argumenta.
Afirma que el de Puebla, que es el único que es capítulo que se ha integrado a nivel nacional, es un grupo con libertad y autonomía porque no pretende ni quiere contratos de obras y tampoco quiere puestos políticos o cargos en la administración pública.
“Tú no vas a tener un Consejo para que te aplaudan todo y para que te digan que todo está bien. Como dicen ‘¿qué hora son?, las que usted quiera señor Presidente’, no, para eso no estamos y para eso no vamos a estar”, promete.
Para el representante de los empresarios poblanos que están asesorando a López Obrador, hay acciones gubernamentales pasadas a las que se les tiene que dar seguimiento por el éxito que han tenido luego de señalar que el país no se puede estar “reinventando cada seis años”.
Si bien refiere que el gobierno de Enrique Peña Nieto fue y es muy cuestionado, admitió que sí dio buenos resultados el rubro de turismo
“Muy cuestionado el gobierno de Peña Nieto pero en tema de turismo tener estar instalado en el sexto lugar del ranking mundial de captación de turismo te habla de que las cosas se hicieron bien, se hicieron buenos resultados, esas cosas no las puedes descalificar, esas cosas son las que tienes que defender, no tirar a la borda, porque eso es lo que te apuntala el beneficio de la población”, dice.
Cuenta que el Consejo Asesor Empresarial nace tras una reunión que sostuvo López Obrador con un grupo de empresarios en la que estuvo presente Alfonso Romo, actualmente jefe de la oficina de Presidencia, y Ricardo Salinas, presidente de Grupo Salinas, TV Azteca, Banco Azteca y Elektra.
“Él decide invitar a un grupo de empresarios a formar este Consejo Asesor Empresarial, mismos que es bien recibido por empresarios que lo conformará de todos los rubros y de diferentes partes del país, la realidad es que el primer capítulo que se ha formado adicional a lo que es el Consejo Nacional, en el que participaré, es el Capítulo Puebla”, destaca.
Confía que el titular del Ejecutivo Federal sí escuche sus voces y puntos de vista al señalar que son ellos quienes tienen el pulso de la situación laboral del país y viven los problemas de los mercados, los cuales son impactados en favor o en contra de sus empresas por las decisiones gubernamentales.
Manifiesta que además de la seguridad, el gran reto que enfrenta el Presidente es hacer compatibles a los dos México existentes: el de la pobreza, marginado y que demanda justicia y el del progreso, al pujante, al industrial, al que genera empleos y produce riqueza.
“En esa coyuntura y en esa dinámica es donde nosotros tenemos que construir acuerdos con el Presidente y darle lis mejores consejos, estar al pie del cañón con él para que juntos entendamos que el proyecto de nación no es excluyente, ni de un México ni del otro”, dice.
RIESGO DE DESPIDOS
Adelanta que llevarán a la mesa de López Obrador una queja de sobreprecio y desabasto del gas, pues advirtió que esta situación puede provocar despidos debido a que las empresas no están produciendo.
Puntualiza que la Reforma Energética- impulsada en el sexenio anterior- será otro tema que tendrán que abordar con López Obrador dado que existen compromisos preestablecidos con empresas de otros países que no se pueden eliminar de la noche a la mañana.
“Hay acuerdos firmados, hay cosas que se han hecho institucionalmente de este país con otros países en el que los empresarios hacen compromisos, hacen inversiones, se generan cadenas de producción que no es como llegar y decir ‘ahora ya no, ahora ya no quiero, ahora no me late’ porque eso genera lo que no queremos: incertidumbre, dudas el comportamiento del país en relación a la inversión y eso sería gravísimo para apuntar el proyecto de nación que quiere el Presidente”, finaliza.