A tres semanas de que el Congreso de Puebla aprobó sanciones más severas contra quienes presten servicio de transporte ilegal, los operadores de las unidades piratas en Periférico Ecológico siguen circulando, algunos de ellos, sin respetar las medidas sanitarias.
En un recorrido, El Sol de Puebla constató que el servicio pirata continua y que, pese a la contingencia sanitaria, se pone en riesgo a los pasajeros –en horario pico– subiendo hasta 8 personas en una sola unidad, es decir, no se respetan los lineamientos de la sana distancia.
Este diario fue testigo y parte de un viaje que iba a su máxima capacidad, cinco personas en la parte trasera y tres más, contando al conductor, adelante.
No obstante, por el cierre de negocios y diversos espacios de trabajo, si es más notorio que existen puntos con menor pasaje. Por ejemplo, en la parada ilegal del Parque Bicentenario hubo un mayor número de unidades estacionadas, por falta de pasajeros.
Durante el recorrido, en la base de taxis piratas de Plaza San Diego, se permitió un ingreso máximo fue de cinco personas y los choferes estuvieron regalando gel anti-bacterial, asimismo, los operadores portaron cubre bocas.
“Tome gel antibacterial, la verdad está un poquito rebajado”, dijo uno de los operadores en tono de burla, antes de abordar la unidad. Otro desinfectante, en tamaño de bolsillo, también estaba junto al asiento del chofer.
Los conductores relataron a este diario que por la contingencia por la pandemia si han bajado el número de pasajeros pero que tienen que seguir trabajando para mantener económicamente a sus familias.
“Claro que, si le tenemos miedo al coronavirus, pero le tenemos más miedo a morir de hambre”, dijo un operador.
En su opinión, uno de los puntos positivos son que por el panorama internacional del petróleo ha disminuido el costo de la gasolina: “nos estamos mandando mensajes constantemente de donde se encuentra más barato, ya encontramos sitios con 13 o 15 pesos el litro”, dijo.
Asimismo, que la afluencia vehicular es menor y que como no hay tráfico, también les permite ahorros en el combustible.
La chamba está bajando cada día más. Pero tenemos que trabajar, porque a lo mejor nos salvamos del coronavirus, pero no del hambre (…) nosotros seguimos trabajando de manera normal, no paramos los servicios hasta la noche como eso de las 9:30 agregó el conductor.
En relación a los costos, por no ser un servicio regulado, hay una tarifa discrecional que se maneja por los líderes. Durante nuestro trayecto, de la base en 24 Sur a Plaza San Diego nos pidieron 30 pesos y de Plaza San Diego a Loma Bella fueron 20 pesos, por persona.
En agosto de 2019, El Sol de Puebla informó que las tarifas eran de la 24 Sur a Cholula eran 20 pesos, de la 14 sur a PeriPlaza 10 pesos, de PeriPlaza al Corredor San Miguelito en Cholula, son 15 pesos, y de la calle 16 de septiembre al Centro histórico 10 pesos, por persona.
Por la contingencia, los operadores dijeron que no analizan aumentar el pasaje y que esperan que los impactos económicos no sean “críticos”.
Si nos bajó la gasolina, pero hay otros productos que nos están subiendo. Más en los alimentos, y las ganancias son pocas agregó, de manera anónima el operador.
NI DECRETO NI OPERATIVOS
El decreto para sancionar hasta con 10 años de cárcel a operadores, así como dueños de las unidades piratas, como fue aprobado por los diputados del Congreso Local, no se había publicado en el Periódico Oficial del Estado.
Asimismo, durante nuestro recorrido en diversas paradas de estas unidades no observamos ningún operativo, aunque la Secretaría de Movilidad y Transporte (SMT), ha referido en diversos momentos que las inspecciones son “todos los días”.
Los propios conductores refirieron a este medio que “las autoridades le han bajado” a los operativos y que nadie ha sido inspeccionado.
De hecho, las largas filas de unidades esperando se vieron en la prolongación de la 24 Sur, la prolongación de la calle 16 de septiembre (debajo del puente), Loma Bella y Plaza San Diego.
En estos puntos, un grupo de conductores observa y mantiene vigilancia de las personas que suben a la unidad, algunas de ellas, con acompañante para cobrar el pasaje a los usuarios.
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