Medio centenar de preparatorianosdel Tecnológico de Monterrey campus Puebla ha trabajado durantesemanas en el robot Nopalito, cuya calidad y seguridad demanufactura les llevará a la final de FIRSTRobotics Competition, que se celebrará el próximo abril enEstados Unidos.
Rafael Arteaga Velasco, docentedel departamento de Creatividad, Ciencias y Matemáticas del Tecnológico deMonterrey campus Puebla, abre despacio una pequeña habitación deledificio de Preparatoria. Al interior de la sala, desde la que aúnse escuchan voces apagadas de los alumnos que toman clases en aulasaledañas, se ven algunas mesas, herramientas en el suelo y unamasijo de hierros envueltoen plástico.
Esta últimaestructura, de 81 centímetros de altura, 130de largo y 120 de alto según calcula JacobSamuel Piñataro Muñoz, también profesor de la universidad, esNopalito. “No hay una razón en realidad para que se llame así,los alumnos lo eligieron”, sonríe Arteaga Velasco. Aunque losdos maestros fueron los encargados de supervisar este proyecto derobótica, tomaron en conjunto prácticamente todas las decisionescon los estudiantes.
La primera fue participar enFIRST Robotics Competition, animados por los buenosresultados queobtuvo lainstitución el año pasado, al alzarsecomo subcampeona regional. “Aquí en México llevamosaproximadamente 10 años que otros equipos están participando,nosotros como Tecnológico de Monterrey campus Puebla esapenas nuestra segunda temporada pero los resultados que hemostenido han sido muy buenos”, relata.
El desafío era,explica PiñataroMuñoz, crear un robot capaz de relacionarse con esferas, globos ocuerdas. “Elrobot tiene tres mecanismos: recolecta pelotas y las deposita,recolecta un engrane y lo lleva a una nave que simula un globoaerostático donde un piloto lo sube para darle presión a eseglobo, y se cuelgade una cuerda soportando todo supeso alrededor de tres segundos”, enumera sobre laestructura, que espera precintada su envío a Houston, Texas, dondese celebrará la final de la competencia.
TRABAJO ENEQUIPO
Durante seis semanas lospreparatorianos crearon no sólo el robot,sino todo un proyecto global en torno a Imperator 5887, el nombredel equipo. Mercadotecnia, búsqueda depatrocinios y divulgación en redes sociales convirtieron a la robótica ensólo una parte más de la planeación. “Este concurso no es nadamás de robótica, la robótica es el pretexto porque tiene lafinalidad de promover el trabajo en grupo”, comenta ArteagaVelasco, antes de ofrecer una botella de agua con el logo oficialdel grupo.
El esfuerzo fue recompensando enel torneo regional celebrado en Toluca, Estado de México, con elpremio a mejor calidad, elreconocimiento a mejorseguridad de manufactura y un pase directo a la final, prevista del19 al 22 de abril. Unos galardones que, asegura, son fruto de launidad mostrada por los preparatorianos.
“Lo más difícil es ser un equipo, que todos sepamos escuchary construir, empatar las ideas para un sólo objetivo que esconstruir un robot, el robot es el resultado de todas lasaportaciones de un equipo, en el robot se quedan sonrisas y en elrobot se quedan también frustaciones,tristezas”, apunta PiñataroMuñoz.
Durante los casi dos meses en losque se gestó Nopalito, la universidad -ayudada por recursosobtenidos de patrocinios- invirtió alrededor de 20 mil dólares.Aunque si ganan esta final disfrutarán de becas para cursos en lasmejores universidades, el verdadero premio es el compañerismoaprendido.
“Es la pasión, no se trata dehacer algo extraordinario, porque realmente no hicimos un robotextraordinario sino que con pocos recursos, con ingenio, con ideasconsensuadas y con una buena estrategia se pueden lograr lascosas”, señala su compañero antes de cerrar con llave de nuevola puerta de la sala.