“Nos dijeron: no salgan y cuando dejamos de salir nos asesinaron adentro de nuestras casas”, lamenta Lorena, bailarina de profesión y feminista que después de perder su trabajo a raíz de la contingencia sanitaria en 2020, aún dice padecer las consecuencias de la violencia machista.
A un año de que las mujeres en el país se movilizaran pacíficamente, dejando de hacer sus actividades diarias, faltando al trabajo y mostrando lo que su ausencia provocaría en la sociedad, las mujeres de Puebla comentan que aun no ha terminado ni la lucha ni el miedo.
Para las poblanas, las demandas de justicia por los feminicidios continúan vigentes; las exigencias para poner un alto a la violencia en todas sus formas persisten y se incrementan, mientras leyes que garantizan los derechos de las mujeres, como la Interrupción Legal del Embarazo (ILE) aún son un pendiente de las autoridades.
El 8 de marzo de 2020 ocurrió por el hartazgo e indignación de la mayoría frente a la violencia que diariamente se ejerce contra las mujeres, es así como lo manifestaron en diversas entrevistas con este medio de comunicación.
“Hace un año era imposible ignorar la violencia que había; las voces de las mujeres pidiendo justicia por las que ya no están; un alto a los feminicidios; un alto a la violencia machista (…) esas voces debían ser escuchadas”, dice Elisa, estudiante de derecho.
CONTEOS DE FEMINICIDIOS NO SE HACEN CON PERSPECTIVA DE GÉNERO
Cada dos horas y media durante 2020, en México fue asesinada una mujer y sólo en Puebla el Observatorio de Derechos Sexuales y Reproductivos (Odesyr) contó a 103 casos, número que superó al de 2019 cuando sumaron 85 asesinatos de mujeres por razones de género.
No obstante, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) contó apenas 52 presuntos feminicidios, incluso frente a aquellos casos en los que los asesinatos de mujeres presentan todas las características para ser tipificados como tal.
Aunque fueran asesinadas por su pareja, sus cuerpos se hallaran en lugares públicos, con huellas visibles de violencia y abuso, los observatorios manifestaron que las autoridades no toman en cuenta todos los elementos.
Cabe recordar que, en febrero de este año, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) hizo un llamado a la FGE para investigar con perspectiva de género dos asesinatos de mujeres ocurridos en Tilapa y Tepeaca; sin embargo, estos no se contaron en el reporte final del mes.
REGISTRAN MÁS VIOLENCIA EN HOGARES
Si bien, el 2020 las autoridades registraron menos feminicidios en 2019, las distintas formas de ejercer violencia no terminaron, es así que el año pasado se registró un incremento en la cantidad de carpetas de investigación abiertas por el delito de violencia familiar, generalmente, contra las mujeres.
De acuerdo con el informe de incidencia delictiva de la Fiscalía General del Estado (FGE) en 2019 se abrieron 9 mil 77 carpetas de investigación por el delito de violencia familiar, mientras que para 2020 los presuntos delitos contra las mujeres fueron 9 mil 125.
Los datos son únicamente los registrados por la autoridad estatal; sin embargo, desde colectivos de mujeres, observatorios y refugios la cantidad de llamadas de auxilio por quienes vivieron situaciones de violencia se incrementó durante los meses de contingencia sanitaria por la Covid-19.
Así lo comentó Mónica, quien recordó como desde El Taller, las mujeres se acercaron al grupo para pedir ayuda y salir del ambiente de violencia en el que se encontraban, es así que Cerca de que el año terminara, el número de mujeres que les pide ayuda se triplicó.
“Hubo una compañera por la que tuvimos que ir en la noche a su casa, cuando no había nadie” porque tenía miedo de que algo le pudiera pasar, cuenta Mónica por teléfono
DERECHO AL ABORTO MÁS VISIBLE POR PANDEMIA
Es así que el informe de incidencia delictiva de la Fiscalía General del Estado (FGE) muestra que en 2020 se abrieron 2 mil 521 delitos contra la libertad y la seguridad sexual, lo que significó un aumento de 6 por ciento con respecto al año anterior.
La violencia contra las mujeres también se manifestó en forma de violaciones, abuso, acoso y hostigamiento sexual, algunas veces, derivando en embarazos no deseados que no podrán ser interrumpidos “por el desconocimiento, la imposibilidad de viajar tras la suspensión de servicios de transporte y el abarrotamiento de clínicas por la pandemia”, mencionó Cinayini Carrasco del Odesyr.
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Algunas mujeres pudieron recurrir a diversas organizaciones y colectivas de feministas en Puebla para acceder a salud reproductiva, de tal forma que los organismos recibieron casi el doble de solicitudes de acompañamiento que en 2019.
De acuerdo con la activista del Odesyr los embarazos no deseados la falta de movilidad significó una baja en el acceso a los anticonceptivos, como el abuso sexual cometido por familiares llevó a que las niñas, adolescentes y mujeres terminaran con el resultado de una violación, incluso, sin poder acceder a un aborto.
En 2019, por lo menos 152 poblanas se trasladaron a la Ciudad de México para realizarse algún procedimiento para la interrupción de su embarazo, mientras que el año pasado, poco más de 6 poblanas pudieron acudir a una clínica certificada.
Ya que el aborto en las primeras semanas de gestación está penalizado en el Código Penal del Estado, las mujeres originarias de Puebla son las terceras de la lista en acceder al ILE en las clínicas de la capital, sólo después de el Estado de México y la misma CDMX.
No obstante, las restricciones de movilidad implementadas con la pandemia de la Covid-19 menos mujeres tuvieron acceso al procedimiento para interrumpir su embarazo y, en consecuencia, más pudieron verse obligadas a recurrir a prácticas no seguras para realizarse un aborto.
MACHISMO SE MANTIENE A PESAR DE CAMBIOS DE GOBIERNOS
El Paro Nacional de Mujeres (8M) para hacer visible el resultado del machismo que impera en la sociedad mexicana “fue posible gracias al trabajo de las activistas, no de los gobiernos (…) ahora se cuelgan de los discursos para sacar ventajas políticas”, comenta Gabriela Cortés, activista.
Después de que Lorena perdiera su empleo como maestra de baile, para poder alimentar a su hijo de un año, comenzó un nuevo trabajo como bailarina exótica en un Table Dance, que a pesar de disfrutar, es una muestra de que el machismo sigue imperando en la sociedad.
De acuerdo con el Ovigem, únicamente 21 por ciento de las notas periodísticas referentes a la movilización del 8 de marzo en medios de comunicación del estado tuvieron una valoración positiva; mientras que en 60 por ciento de las ocasiones fueron neutrales.
A pesar de la pandemia del coronavirus, la lucha de las mujeres persistió, pues en noviembre, tomaron de forma pacífica las instalaciones del Congreso del Estado para exigir la despenalización del aborto; alto a la violencia feminicida; la aprobación de la Ley de Identidad de Género y una mesa de trabajo para dar seguimiento a la implementación de la Alerta de Violencia de Género Contra las Mujeres.
No obstante, a casi cuatro meses y poco tiempo antes de que los diputados poblanos dejen su curul por la renovación de la Legislatura, apenas uno de los compromisos fue cumplido, ya que la Ley Agnes se aprobó fuera de la ficha límite acordada con los grupos de mujeres.