La amenaza que supone la Inteligencia Artificial (IA) para ciertas profesiones, obliga a las universidades a replantear los programas de estudio para introducir estas competencias y que los egresados adquieran habilidades que los ayuden a no temer por su estabilidad laboral, coincidieron Emilio José Baños Ardavín, rector de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), José Mata Temoltzin, rector de la Universidad Anáhuac Puebla, y Bernardo González Aréchiga, secretario general de la Federación de Instituciones Mexicanas Particulares de Educación Superior (FIMPES).
El temor por la disminución de vacantes laborales, así como en la demanda y el número de matrículas en las instituciones de nivel superior, son los retos y percepciones que las autoridades educativas deben aminorar ante la inminente llegada de la IA a los centros de nivel superior en el estado.
Aun con ello, los especialistas confían en que esto no perjudicará los niveles de profesionalización por una desaparición o desvalorización de las carreras universitarias, ni mucho menos por el decrecimiento de egresados en cualquier área.
Como consecuencia de esta adaptación, los cambios visibles a mediano plazo en este ámbito serán el traslado de centros de educación físicos a la virtualidad y que algunas dinámicas o modos de aprendizaje sean sustituidos por esta herramienta. El rector de la Universidad Anáhuac hizo hincapié en que esta transformación no debe despertar un temor entre académicos y universitarios en Puebla, pues este esta percepción puede convertirse en un panorama optimista para los egresados. “Nos acercamos con celeridad, pero sin preocupación”, insistió.
Emilio Baños compartió que gracias a este recurso, las universidades tienen la tarea de adaptarse al cambio y aprovechar el uso de estas tecnologías para mantener el valor agregado de la educación superior, es decir, para que la sociedad en general no desvalorice el trabajo de un profesionista en comparación con esta herramienta. “El reto es cómo aprovechan esas tecnologías, no cabe duda que el futuro es muy promisorio si lo saben usar con criterio”, sentenció.
Mata Temoltzin recordó que, desde su surgimiento, las universidades han estado en una constante evolución, por esto, la adaptación a las herramientas que ofrece la IA debe ser normalizada.
El acceso a la IA reflejará una mayor competencia para las universidades, nuevas oportunidades de enseñanza para que esta transición no deje rezagos en la sociedad, opinó Bernardo González, por esta razón, urge que los centros educativos, que aún no ponen en marcha estas estrategias, den prontitud al proceso.
Utilidad de las carreras universitarias seguirá vigente
El posible temor de un estudiante universitario, o uno próximo, es que la carrera de su interés deje de ser útil en el futuro si no está encaminada al uso de las tecnologías, o bien, que mientras se profesionaliza la IA sustituya sus labores con una máquina. Sin embargo, esto está lejos de la realidad, aseguró Emilio Baños.
Expuso que, los estudiantes más susceptibles a sufrir este temor son del área de la medicina, ya que han surgido diversas actualizaciones sobre la introducción de la IA a este campo laboral, así como su aprovechamiento en procesos de diagnóstico, no obstante, la intervención del ser humano en este ejercicio es insustituible.
“En la profesión de enfermería y sus especialidades, es mucho más complicado de sustituir o encontrar procesos alternativos, no porque la enfermería no tenga que ver con el uso de las tecnologías, sino porque justamente aprovechan más las tecnologías, la atención indirecta con los pacientes puede ser un poco más certera, pero también requiere de esa cercanía”, dijo a modo de un segundo ejemplo.
Un factor positivo para los especialistas, es que la memorización y la captación de enseñanzas también serán alteradas a beneficio práctico de los estudiantes. “Ya no será tan necesario que las personas conozcan de memoria la información, porque está al alcance”, opinó Mata Temoltzin.
“Es una reflexión sobre la información, es decir, ¿qué harán nuestros docentes y nuestros estudiantes con el gran acopio de información al que se tiene acceso?, ¿cómo se utilizan esos medios?, ¿qué son capaces de hacer con lo que tienen a la mano?”, insistió.
Adaptación requiere transformación
Sin duda la IA representa un impacto en la formación de los estudiantes, tanto en la docencia, evaluación y aprendizaje, sin embargo, urge la evolución de las universidades para que puedan enseñar esta transición a los alumnos y que su adaptación a esta herramienta se facilite, señalaron.
“Deben aprovechar esas tecnologías para generar productos, servicios, dinámicas, de mayor valor agregado y mantener su importancia”, señaló el rector de la UPAEP respecto a la labor de los egresados una vez terminen su estancia en la universidad.
Bernardo González Aréchiga remarcó que la incorporación de nuevos aprendizajes debe ser una prioridad en Puebla, pues a nivel nacional ya se observan diversos cambios en los programas de estudios de nivel superior de otras instituciones para cambiar la percepción negativa de los egresados respecto a sus oportunidades laborales.
“El mensaje es importante para todos, el poder de las herramientas y el poderlas utilizar irá formando las competencias”, dijo.
En este sentido, recomendó tanto a las instituciones como a los futuros profesionistas a no quedarse atrás en el área de las acreditaciones y certificaciones del uso de la IA, independientemente de la carrera que egresó el estudiante, pues esto da un valor agregado y una competencia en el ámbito laboral. “El valor del conocimiento es mayor si la sabemos utilizar”, finalizó.